Un canto a la Esperanza
El escritor argentino Julio Cortázar decía que “la esperanza le pertenece a la vida, ya que ésta es la misma vida defendiéndose”. Una esperanza de tiempos mejores con la que conviven y batallan las hermandades de nuestra ciudad desde hace poco más de un año, cuando un extraño virus de origen chino cambió -no sabemos si de manera temporal o para siempre- el ritmo y la forma de vivir nuestras vidas. Una nueva normalidad que no es ajena para los cofrades cordobeses, que este sábado tuvieron su anuncio oficial con el Pregón de la Semana Santa 2021, que cómo suele ser habitual en los últimos años se desarrolló sobre las tablas del Gran Teatro de Córdoba.
La novedad estuvo en el formato y el estilo del pregón, ya que lo que se pudo escuchar este sábado en el Gran Teatro fue una antología de los pregones más recordados de la Semana Santa de la ciudad en la voz de seis cofrades cordobeses, coordinados por Miguel Ángel de Abajo. Gonzalo Herreros, Miguel Ángel Lopera, Pastora Doctor, Andrés Romero, Maite Montero y Domingo Torres fueron los encargados de pronunciar un pregón coral, conjunto, que tuvo como eje central los pregones que en su día pronunciaron Francisco Montero Galvache, Francisco Melguizo, Pablo García Baena y Fray Ricardo de Córdoba. Entrelazados con los anteriores, también tuvieron cabida fragmentos de algunos pregones más recientes -de manera que también estuvieran representadas las hermandades que han ido surgiendo en los últimos años-, así como las aportaciones de nuevos textos elaborados por los propios pregoneros que le dieron al pregón la pátina de actualidad necesaria.
El acto comenzó más pronto de lo habitual, a eso de las 18:00, y estuvo presentado por Rafael Fernández, a quién la pandemia le privó de pronunciar el Pregón de la Semana Santa 2020. Lo que no puso ser posible este año, como ha ocurrido en otras ocasiones, fue la actuación de la Banda de Música de María Santísima de la Esperanza, debido a las limitaciones propias de la pandemia. Sin embargo, la música sí estuvo presente en el Gran Teatro de la mano de Rafael y Eduardo Wals, quienes a piano y violín respectivamente, interpretaron adaptaciones de las marchas Un recuerdo, de Eduardo Lucena, Lágrimas y Desamparo, de Francisco Melguizo, De tus Penas, Soleares, de Juan Luis del Valle, y En el cielo de Capuchinos, de Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros. Precisamente esta última pieza, junto con los textos de su pregón, sirvieron de homenaje a Fray Ricardo de Córdoba, tristemente desaparecido en mayo de 2019. Con anterioridad a todo ello, tuvo lugar el ceremonial de entrega de los reconocimientos de Cofrade Ejemplar de los años 2020 y 2021. Premios que recibieron los cofrades Fernando Morillo-Velarde y Ángel María Varo de manos de Olga Caballero, presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías.
Posteriormente comenzaría el pregón con los versos que el propio Miguel Ángel de Abajo pronunció en el suyo de 1998: “¡Madre, levanta, despierta!, ¡que ya es Domingo de Ramos! ¡Padre, descorre cortinas, que el sol está despuntando! ¡Madre, prepárame pronto, mi traje nuevo planchado!”. Y es aquí donde estuvo una de las grandes sorpresas de la tarde, ya que estas palabras no las pronunció ningunos de los pregoneros anunciados, sino que lo hizo un joven cofrade de diez años, Pablo Gallego, cofrade de la hermandad de la Merced. Tras él, los seis pregoneros fueron engarzando algunos de los fragmentos más recordados de los pregones anteriormente mencionados, con pasajes de especial brillantez y singularidad que fueron recibidos con gran cariño y entusiasmo por parte de todos los asistentes.
Sobre el escenario, justo detrás de los pregoneros, se podía contemplar la tradicional Cruz Guiona, escoltada a un lado y a otro por los estandartes corporativos de las hermandades a las que pertenecen cada uno de los pregoneros; El Rescatado, La Estrella, La Merced, Los Dolores, La Sagrada Cena y La Soledad. En declaraciones a CORDÓPOLIS, Miguel Ángel de Abajo, adaptador y coordinador de los distintos textos, destacó que, aunque este pregón “recoge el pasado, somos conscientes de la situación en la que nos encontramos en 2021, de ahí esas pinceladas de actualidad que han introducido los distintos pregoneros con sus fragmentos de nueva creación”.
Además, de Abajo manifestó que todo el conjunto del pregón, más allá de rememorar y homenajear al pasado, tiene la motivación clara de ser “una proyección hacia el futuro, con un gran mensaje de esperanza, ya que en la situación tan dramática en la que nos encontramos no podemos estar lamiéndonos las heridas continuamente, sino que tenemos que darnos ánimo para seguir adelante”. Y es que, aunque suene a tópico, cada año la Semana Santa es diferente, y la de 2021 tocará vivirla de puertas hacia dentro. Eso sí, lo que no cambiará y seguirá imperturbable son las emociones y los sentimientos de las personas que la hacen posible. Porque sin las personas no habría cofradías, y sin ellas, tampoco habría pregón.
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