Martes de Humildad en Capuchinos

Es perceptible. Desde hace un tiempo ya, pero estos días con mucha más intensidad. Apenas restan unos días para el inicio de una nueva Semana Santa. Y entre los actos de los días previos uno es tradicional. Se trata del Vía Crucis que la hermandad de la Paz celebra con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. Un rezo público de las Estaciones que tuvo lugar este martes. Comenzó éste antes de que el sol se marchara y de nuevo contó en su recorrido con la parroquia de San Miguel. 

Sobre las 20:30 se encontraba ya en el vano de la iglesia conventual del Santo Ángel la serena imagen que talló el hacedor de la Semana Santa de Córdoba. De las gubias de Juan Martínez Cerrillo salió la efigie del Señor en 1943. Esta vez, Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia lució su túnica bordada en oro sobre terciopelo morado que se realizó en los Talleres de Salteras. Por supuesto, marchó en parihuela, que ofreció detalles especiales.

En el pequeño trono de turno se situaron faroles de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario y San Bartolomé, patronos de Montoro. El exorno floral, por cierto, se compuso en un calvario de clavel sangre de toro. No fueron los únicos aspectos interesantes de la salida en Vía Crucis del titular de la hermandad de la Paz. Porque al conmemorarse el 600 centenario de la introducción del rezo de las Estaciones en Occidente por Beato Álvaro de Córdoba se siguió éste según su estructura.

Por tanto, fueron ocho las Estaciones que se leyeron durante un trayecto por la zona Centro de Córdoba. El cortejo, por cierto, contó con un cuarteto de música de capilla. Y muchos de los puntos en los que tuvo lugar la parada para la oración fueron icónicos o significativos para la cofradía, como junto al Cristo de los Faroles, la propia parroquia de San Miguel o el azulejo de María Santísima de la Paz y Esperanza Coronada, cotitular.