A vueltas con los aplazamientos: una liga de incertidumbre
De una forma u otra, la pandemia está afectando al deporte. Era de esperar. Sin embargo, de lo que aún no hay constancia es del modo en que se resolverá la situación. De esta forma, una de las competiciones que más se está viendo afectada es la Primera División de fútbol sala, que desde este curso ha pasado a organizarse por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Una decisión que ya causó debate cuando se produjo, el cual no ha dejado de crecer desde el inicio de la misma, incentivado a sus vez con los daños colaterales provocados por el Covid-19. Incertidumbre es la palabra que, hasta la fecha, mejor puede definir el torneo doméstico de fútbol sala, considerado como la mejor liga del mundo. Y con todo ello, las dudas son constantes semanas tras semana, algo que ya ha llevado incluso a muchos clubes a movilizarse en busca de una solución, o al menos de encontrar una vía más favorable para los intereses de los mismos, que no dejan de ser los protagonistas.
En total, son 15 los partidos que han tenido que suspenderse en diez jornadas de competición. Entre ellos, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad acumula tres, de los cuales el correspondiente al duelo ante el Real Betis está previsto que se celebre el próximo 1 de diciembre. Los otros dos corresponden a las dos jornadas más recientes frente a Inter y Valdepeñas, que en este caso estaba programado en principio para este mismo miércoles, aunque un positivo en las filas manchegas ha impedido su disputa. En este sentido, el conjunto blanquiverde, pese a no haber tenido que posponer ningún choque por causas propias, se encuentra ya como uno de los clubes a los que más está afectando -de manera colateral- la incidencia del coronavirus.
De hecho, son siete los partidos que ha jugado, lo cual le está provocando estar en las cuerda floja con respecto a los puestos de descenso, pues al no poder vestirse de corto, no depende de sí mismo para evitar caer a dichas posiciones (aunque de forma virtual). Además, esa irregularidad puede provocar también un desequilibrio en el ritmo y en el tono competitivo del plantel, dentro de una campaña tan exigente para el propósito de permanencia del club.
Así, a falta de que Jaén, Betis, Inter, Navarra, Levante y Barça, cuya victoria podría enviar a los cordobeses a la zona roja, disputen sus choque de la décima jornada, únicamente tres equipos tendrán más partidos aplazados que el Córdoba Patrimonio. Son los casos del propio Valdepeñas y del Inter, ambos con cuatro por jugar. En lo que respecta al resto de la clasificación, a Jaén le faltarían seis; al Levante, ElPozo, O Parrulo y Cartagena les quedarían dos; y a Palma, Barça y Navarra uno. Por tanto, únicamente Peñíscola, Osasuna, Burela, Santa Coloma, Zaragoza y UMA Antequera han jugado todos sus enfrentamientos hasta la fecha.
Una problemática que ha suscitado también las dudas sobre los propios puestos de la tabla, pues en la inmensa mayoría de los casos son virtuales. Esto mismo ha provocado que los mismos clubes de la Liga Nacional de Fútbol Sala se haya reunido en busca de pedir una solución a la RFEF, planteando a su vez la inquietud que tienen por conocer si habrá alguna variación en los criterios de clasificación para la Copa de España 2021 ante la numerosa cifra de partidos suspendidos, y que deberían disputarse antes del final de la primera vuelta el 16 de enero del próximo año. A vueltas con una liga cargada de dudas. Los de Josan González seguirán con su trabajo en Vista Alegre de cara al fin de semana. Con el descenso acechando y sin la posibilidad de evitarlo -de momento- por méritos propios.
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