Otra vez tú, Alfaro
El punta onubense vuelve a marcar en partido oficial después de 27 meses | Su gol valió tres puntos en el estreno del Córdoba
Fue un 10 de mayo, en el estadio de Los Pajaritos, en los estertores de la caótica temporada 13-14 en el Mallorca. Alfaro hizo un gol que sirvió a los baleares para empatar a uno frente al Numancia y avivar la llama de la esperanza de un conjunto que se movía con los planes alborotados, sin más interés que terminar cuanto antes el curso del mejor modo posible: con la salvación. Lo consiguieron al final. De aquello hace 27 meses. Un desierto para Alejandro Alfaro (La Palma del Condado, 1986), que desde entonces no festejaba el éxito de la acción que da sentido a la vida de un delantero.
Dos malos años en el Valladolid, una trayectoria encallada, un caché en declive... Todo se le había torcido hasta que este verano recibió una llamada del Córdoba de Oltra. Sí, el mismo con el que despachó sus mejores momentos en la categoría con el Tenerife, formando un dúo letal con Nino que llevó a los chicharreros a Primera División. El mismo que aquel año le dirigió en el Mallorca -hasta que le despidieron-, con el que marcó 9 goles en ocho partidos. Fueron buenas cifras personales en un mal año colectivo. Oltra y Alfaro tienen una relación especial. Cuando el andaluz se fue al banquillo en el minuto 77, sustituido por el joven Guille Donoso, él y su técnico se cruzaron una mirada cómplice. Quizá todo pueda ser como antes. Va en camino. La escena tuvo como banda sonora el aplauso de una grada que aprobó el papel de Alfaro, que ha encontrado en El Arcángel un escenario para su redención. “Los inicios cuestan bastante en Segunda y lo importante hoy era empezar bien ante nuestro público. Los tres puntos se han quedado aquí con un partido bastante trabajado y jodido, pero lo importante era la victoria”, expresó el jugador ante las cámaras de GolT al finalizar el pleito. Había sido otra vez protagonista.
Titular, goleador y aclamado por la grada. El equipo ganó con un gol suyo, tras remachar en la línea de gol un balón que le había llegado, peinado por un compañero, al saque de un córner. Tras el estallido de la grada, el jugador no parecía creer lo que estaba sucediendo. Miró de reojo hacia la banda, por si al linier le daba por levantar el banderín. No hubo lugar. Cuando los compañeros se le fueron a echar encima, eufóricos, él levantó los brazos mientras los fotógrafos disparaban con frenesí sus cámaras. Otra vez iba a salir en las fotos y las portadas.
Alfaro durmió satisfecho en la noche del sábado. Pudo ser aún mejor la jornada para el delantero, que erró en una jugada clave. En el 71, el árbitro señaló penalti en una jugada en la que Luso porfiaba por Iñaki. Los dos se magrearon de mala manera hasta que el capitán cordobesista cayó al césped y levantó los brazos airado. El colegiado señaló el punto de penalti y allí que se fue Alfaro ante el silencio de El Arcángel, que contenía la respiración para lanzar el grito de la victoria sentenciada. El onubense se fue con decisión hacia la pelota y la golpeó con la derecha hacia arriba. Demasiado. El balón fue a parar a manos de un seguidor del Fondo Norte y Alfaro se echó las manos a la cabeza. La última vez que marcó dos fue en diciembre de 2013, contra el Girona, en Son Moix. El segundo fue de penalti y en el banquillo insular estaba Oltra.
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