Veintiún jugadores en 12 días para tres bofetadas
Tres derrotas consecutivas erosionan la imagen del Córdoba en la Liga y le dejan fuera de la Copa | Sólo Deivid, Víctor y Ríos repiten en este ciclo
Leganés, Alcorcón y Lugo. Pura Segunda División. Al Córdoba -y al cordobesismo- le han bastado doce días para recordar, a quien lo hubiera olvidado o prefiriese mirar hacia otro sitio, la crueldad de una categoría que no perdona a los pusilánimes. Y el conjunto blanquiverde lo es, y mucho, a día de hoy. “Nadie puede decir que el equipo no pelea y lo da todo”, dijo Oltra después de la última derrota, la tercera consecutiva de un ciclo que ha rebajado el nivel de euforia que generó el debut ante el Valladolid (1-0) de un modo drástico.
Efectivamente, en la división de plata es imprescindible el vigor físico para ser alguien relevante, pero no lo es todo. Entre las pifias individuales, los costurones en algunas zonas -la defensa genera más que dudas- y la falta de cohesión propia de un equipo reconstruido, el Córdoba ha despachado doce días francamente duros. Tres partidos. Tres derrotas. Cero puntos en Liga y eliminados a la primera en la Copa del Rey, por tercer año consecutivo y en El Arcángel.
“Nosotros acusamos esa presión por el resultado, la sensación de ser favoritos, el objetivo y tal... Mejor que nos olvidemos de esto y nos centremos en disfrutar, pero desde el sufrimiento y el trabajo”. La reflexión de Oltra llegó después de la experiencia express en la Copa, que duró noventa minutos más el alargue para los blanquiverdes, noqueados en casa por un Lugo que no fue mejor pero que lo hizo mejor. Ganó y no encajó gol. Poco más hay que decir en un escenario como el de la Copa, donde el que pierde se va a casa. El Córdoba se queda liberado de ese engorro y ahora podrá centrarse en la Liga. “Lo que realmente importa”, dijo Caballero, uno de los veteranos del grupo, aferrándose al tópico por necesidad.
Oltra utilizó a 21 futbolistas en los últimos tres partidos. Solo tres participaron en todas las citas: Deivid, Pedro Ríos y Víctor Pérez. Y de ellos, únicamente el central canario disputó todos los minutos en juego. Aún teniendo en cuenta las rotaciones de la Copa del Rey, el hecho de que solo haya habido un futbolista siempre fijo en el once denota la inconsistencia de un bloque que todavía busca piezas fiables. Desde el arco hasta la punta. En la portería, Razak jugó en Leganés y se fue con la selección de Ghana. Falcón ocupó el sitio y padeció la derrota liguera ante el Alcorcón (1-3) y la de Copa frente al Lugo (0-1). En el cuarteto defensivo, Cisma, Deivid y Rodas estuvieron fijos en los dos partidos en los que el equipo encajó seis tantos, una cifra “inasumible”, según resaltó el propio Oltra. En el lateral derecho, Dalmau y Stankevicius. Para la Copa ingresaron los jóvenes Abel Moreno -banda derecha- y Fran Serrano -central-, que no desentonaron en absoluto. Como tampoco lo hizo Rafa Gálvez, bien posicionado y contundente hasta que le aguantaron las fuerzas, que afeó su actuación con el error en el pase atrás que costó el 0-1.
En la media, Sasa Markovic parece fijo y a Víctor Pérez se le están concediendo oportunidades para recupere el tono. El albaceteño, en forma, puede ser un jugador diferencial. Pero aún le falta. Como a Carlos Caballero. Luso va de apagafuegos polivalente, mientras los extremos siguen sin ofrecer regularidad. Nando ha tenido destellos. López Silva, Pedro Ríos y Fidel también, pero menos. Las ocasiones que erraron los dos últimos ante el Lugo enervaron a la afición. Arriba, Pineda debutó y aún no se sabe bien qué puede aportar y dónde. Arturo queda como ariete de última hora para causas perdidas y en los tres partidos hubo tres puntas: Florin Andone, Xisco y Raúl de Tomás. Sólo un gol: lo hizo el balear, de tacón.
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