Sebas Moyano, en un extraño compás de espera
En tierra de nadie se encuentra en la actualidad. Porque no pertenece ni a un club ni a otro mientras cierra la temporada con un tercero. Su situación es la más extraña de las que tiene por delante la dirección deportiva del Córdoba. Ya sea por renovación o por solución tras cesión, así como las posibles rescisiones de contrato, son bastantes los futbolistas que aguardan para conocer su futuro próximo. Dentro de este panorama el caso de Sebas Moyano es, en efecto, el más difícil. Cuando menos resulta curioso. El canterano no tiene capacidad de movimiento hoy por hoy Tampoco la posee el cuadro califal. El motivo no es otro que la opción de compra que por el futbolista tiene el Lugo. Precisamente a una decisión por parte del conjunto gallego esperan tanto el atacante como la entidad blanquiverde, que están vinculados, de no producirse el traspaso -por llamarlo de alguna forma-, hasta junio de 2021.
La realidad del futbolista de Villanueva del Duque es muy distinta a la de cualquiera de los otros cedidos por el Córdoba. Mientras Fernando Román tiene contrato también con el Marbella para la próxima campaña, Víctor Ruiz regresa sí o sí desde el Atlético Levante. Otra cuestión es que el club decida romper el vínculo. Por otro lado, la vuelta o no de Zelu depende de si el Logroñés asciende o no en el play off exprés ideado por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Sin embargo, Sebas Moyano se sitúa en un limbo debido al acuerdo que cerró Jesús León, entonces propietario y presidente de la entidad califal, con Tino Saqués, su homólogo del Lugo. Ambos rubricaron en verano de 2019 un documento por el cual el conjunto gallego tenía opción preferente para hacerse con los servicios del jugador por apenas 25.000 euros. Y eso si se daba otro requisito.
Como se pudo conocer ya en diciembre, el acuerdo se selló con la posibilidad de que Sebas Moyano se marchara al Lugo por sólo 1.097,27 euros en caso de que no tuviera a 1 de julio ficha con el Córdoba. Pero lo más relevante en este sentido es la garantía que obtuvo el conjunto del Anxo Carro hasta el momento en que expira el plazo para el traspaso de los derechos del futbolista de Villanueva del Duque. Ésta no es otra que una cláusula de penalización por la que el cuadro califal habría de abonar un millón de euros como indemnización en caso de que el jugador abandonase su disciplina. Dicha información la aportó CORDÓPOLIS en enero, cuando publicó lo que venía a ser una clara atadura entre el club y el atacante. Tanto es así que su posible salida durante el mercado de invierno sólo podía darse bajo préstamo. Y así sucedió.
El canterano tuvo que buscar nuevamente minutos fuera de El Arcángel y los encontró en el equipo en que ya había militado la segunda vuelta de la temporada 2017-18. Hizo las maletas y marchó a Valencia para competir con el Mestalla -filial che-. Con el cuadro levantino disputó un total seis partidos, sólo dos como titular. El caso es que la medida de la RFEF de dar por finalizado el campeonato con motivo de la pandemia de Covid-19 le dejó fuera de juego. Ahora ya no forma parte del segundo equipo de la ciudad del Turia pero tampoco, en cierto modo, al Córdoba ni al Lugo. Oficialmente es futbolista del conjunto blanquiverde hasta junio de 2021 pero la realidad es que hasta el 11 de julio, fecha que se estableció como límite en el contrato antes mencionado, la entidad gallega tiene la posibilidad de hacerse con sus servicios. Mientras tanto, sólo queda esperar en El Arcángel y por parte del propio Sebas Moyano.
De entrada, el Lugo todavía no informó sobre su intención en referencia al jugador. Así lo señaló días atrás el consejero delegado del Córdoba, Javier González Calvo. “No lo ha transmitido pero también lo vemos normal después de lo que hemos vivido con ellos en diciembre y enero”, expresó el mandatario blanquiverde al respecto. Lo hizo en una rueda de prensa telemática y tras ser cuestionado sobre si en El Arcángel se había recibido comunicación desde el Anxo Carro. Por si fuera poco, el acuerdo recogía como condición indispensable que el cuadro gallego esté a final de temporada en categoría profesional -esto es en Primera o Segunda A-. A día de hoy, es antepenúltimo y el pacto se rompería. Sin embargo, la cuestión importante en este sentido es que la liga va a terminar después del 11 de julio... Así, mientras no haya decisión en uno u otro sentido, el futuro de Sebas Moyano está, más que ningún otro, en el aire.
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