De nuevo al Sánchez Pizjuán, un escenario especial
Es sin lugar a dudas uno de los estadios con mayor solera del fútbol español. No sólo por su aforo, que es uno de los más grandes, sino también por su ambiente. El Ramón Sánchez Pizjuán aparece de manera indiscutible entre los principales campos del país. Resulta un escenario especial para cualquier conjunto, más si cabe para uno que es vecino como el Córdoba. El conjunto blanquiverde regresa en apenas unos días a Nervión, un lugar que al igual que dejara gratos recuerdos en determinados momentos en otros se convirtió en una especie de sala de tortura. Lo cierto es que el cuadro califal tratará de buscar en tierras hispalenses reencontrarse con la victoria después de que el pasado sábado no pudiera obtenerla ante el Numancia. Además, tendrá que intentar mejorar su imagen tras un partido completamente prescindible -en términos globales, también por parte de los sorianos-. Nada mejor que lograr ese doble objetivo ante el Sevilla Atlético y en un terreno como ése.
La trayectoria del Córdoba en el Sánchez Pizjuán es menos extensa de lo que quizá hubiera podido desear. El motivo es sencillo: el Sevilla cohabitó con los gigantes en la elite de manera habitual a lo largo de su historia y a los blanquiverdes les tocó padecer durante años en Segunda B -y Tercera- más allá de la categoría de plata. Sea como fuere el césped del estadio de Nervión no es ni mucho menos desconocido para los califales, que de hecho lo visitaron más de que muchos pudieran imaginar. La razón, en este caso, es que el filial hispalense también ejerció allí de local en un gran número de ocasiones. Es lo que sucederá el próximo domingo a las 18:00, cuando el equipo que dirige Luis Miguel Carrión se enfrente en ese escenario al Sevilla Atlético. Regresará a ese campo apenas dos años y un mes -y algunos días- después de su más reciente comparecencia en el mismo. Fue en la campaña 2014-15, en Primera.
Son amargos los recuerdos de la última visita blanquiverde al Sánchez Pizjuán, pues ésta se saldó con un negativo 3-0, alguna que otra acción reprobable -como la que costó la expulsión al tristemente desaparecido Ekeng- y cánticos que sobraron por parte de la afición rival. Djukic manejaba las riendas de un conjunto que ya andaba de capa caída y en descenso libre hacia Segunda A. De los futbolistas que participaron en ese choque sólo continúa Deivid en El Arcángel. Meses antes, por cierto, el cuadro califal cedió por 2-0 en el Memorial Antonio Puerta. Nadie presagiaba entonces lo que después vendría. En partido oficial ese duelo en la elite supuso el reencuentro con el Sevilla, al que se midió por vez última en la categoría de plata allá por la 2000-01. En aquella ocasión dos goles de Podestá y Míchel hicieron sucumbir al Córdoba, que en ese período no dejó de acudir al coliseo nervionense.
También al Sevilla Atlético se enfrentó en el estadio y no en la Ciudad José Ramón Cisneros desde el inicio del nuevo siglo. Fue en sólo una ocasión de las cuatro en que coincidieron entre Segunda B y Segunda A. Concretamente en la división de plata. Un partido ése que no sirvió para olvidar el amargo sabor del anterior enfrentamiento con el filial hispalense en el Sánchez Pizjuán. En la campaña 2007-08, de vuelta al escalón segundo del fútbol español el cuadro califal cedió por 2-1. Al equipo lo dirigía entonces Paco Jémez y el gol de Arthuro de poco serviría en una mañana de febrero. El triunfo de los jóvenes jugadores sevillistas tuvo sello, por cierto, de un hoy por hoy miembro del vestuario blanquiverde. Alfaro hizo el segundo tanto de los suyos para provocar que su rival, ahora su equipo, mordiera el polvo. El último precedente del choque del domingo en Nervión tuvo lugar en la campaña 1998-99, la del ascenso en Cartagena, y acabó con un rotundo 3-0 a favor de los locales. Habrá que revertir esa dinámica.
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