Llámalo revolución
¿Y quién es ése? ¿Cómo se llama ese delantero? ¿Y aquél es del filial? Los comentarios entre los aficionados cordobesistas en los partidos de verano y en los entrenamientos de la Ciudad Deportiva reflejan, con total fidelidad, el nivel de novedad en el Córdoba 17-18. La remodelación ha sido drástica. Dicen las normas no escritas del fútbol -y de la vida- que resulta altamente arriesgado dar la oportunidad de hacerlo bien a los mismos que antes lo hicieron mal. Puede funcionar, y de hecho lo hace a veces, pero en el deporte profesional no son amigos de apuestas de este tipo y se prefiere lanzar los dados con rostros distintos. Quizá con estos sí salgan los planes. Nadie se acordará del pasado si no ve de frente a sus protagonistas. Las reformas han sido a lo bestia.
Hasta diecisiete futbolistas de la primera plantilla fueron puestos en la puerta por el Córdoba CF, que desechó la idea de la continuidad de un bloque. Descartó a los capitanes, a los más veteranos y a aquellos que venían ocupando una plaza sin tener protagonismo ni visos de tenerlo. La dirección deportiva que encabeza Álex Gómez -con el asesoramiento de Cándido Cardoso- ha reclutado producto joven y jugadores que, por una u otra razón, están en una encrucijada para relanzar sus carreras deportivas. El Córdoba como banco de oportunidades. Ya funcionó una vez. Fue en la Liga 11-12, con Paco Jémez en el banquillo. Ahora se busca un efecto parecido en una Segunda División que, aún más que entonces, ofrece oportunidades de ascenso al menos a una docena de equipos.
Nueve jugadores finalizaban contrato y no recibieron propuesta de renovación, algo que sí sucedió en los casos de Markovic, Alfaro y Javi Lara. Así, salieron de la entidad Razak, Bíttolo, Héctor Rodas, Rodri, Piovaccari, Juli, Pedro Ríos, Samu de los Reyes y Zacharya Bergdich. Tres de ellos han encontrado puesto de trabajo en el extranjero: Piovaccari en el Zhejian Yiteng de China, Rodas en el Círculo Brujas de Bélgica y Bergdich en el Sochaux de Francia.
La lista de salidas se amplió con un puñado de rescisiones de contrato. Con esta modalidad -todos con la carta de libertad bajo el brazo- se han ido Guille Donoso (Lugo), Antoñito (Valladolid), Deivid (Valladolid), Luso (Huesca), Domingo Cisma, Jonathan Bijimine y Abel Moreno, que volvía de la Ponferradina tras su cesión y se ha enrolado en el Zaragoza B.
El único traspasado ha sido Borja Domìnguez, que fichó el pasado verano procedente del Racing de Ferrol y en el mercado invernal salió cedido al Real Oviedo. Los carbayones lo devolvieron, a Carrión no le interesaba y el mediocentro fue vendido por 100.000 euros al Alcorcón.
A estas 17 salidas hay que añadir otras de jugadores del filial que estuvieron en la órbita del primer equipo y que llegaron a debutar en partidos oficiales, como Fran Serrano y Pablo Vázquez (se marcharon al Granada B) o el delantero malí Moha Traoré, que fue fichado por el Cádiz.
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