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Lágrimas para aclarar la vista

Jugadores cordobesistas tras el Nástic - Córdoba (2-1) en el Nou Estadi de Tarragona | LOF

Paco Merino

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“Me voy de aquí jodido porque es duro ver llorar a chavales de 30 años”, dijo Luis Carrión en el Nou Estadi de Tarragona, donde el Córdoba padeció la cara opuesta de la jornada anterior. Ante el Alcorcón venció por un gol en el último suspiro; frente al Nástic, cedió cuando el cronómetro se había consumido. De la euforia a la depresión en siete días. Con ese carrusel anímico -y con muchos asuntos más- tendrá que lidiar el técnico blanquiverde desde este martes, día fijado para la reanudación de los entrenamientos. El lunes, tras el retorno de Tarragona, se ha declarado jornada de descanso. Un paréntesis para reflexionar y situarse ante lo que se avecina: quedan 14 partidos por delante y los dos próximos son en El Arcángel.

“Tenemos que estar orgullosos del trabajo del equipo y empezar a preparar ya el siguiente partido. Tenemos dos seguidos en casa y si seguimos trabajando así, y con once en el campo, no nos ganarán seguro”, dijo Rodri, goleador en Tarragona y portavoz de una sensación de amargura que invadía al vestuario tras el choque. Hubo lágrimas de impotencia, pero no hay tiempo para lamentarse. El equipo sigue fuera de la zona de descenso, aunque los resultados de la jornada dibujan un panorama inquietante: hay ocho equipos metidos en un margen de cuatro puntos. Los blanquiverdes están a un del descenso y a dos de distancia del colista, el Mirandés.

Al Córdoba se le acumulan los problemas en un tramo decisivo de la temporada. La salida del campo por lesión de Héctor Rodas y Carlos Caballero crea incertidumbre sobre su estado para el partido frente al Zaragoza. El levantino es el único central puro que quedaba en la plantilla. En la recámara está Jonathan Bijimine, que se encuentra “apto para jugar”, según reveló Carrión, tras unas semanas fuera de la actividad por las lesiones que sufrió en un accidente de tráfico. Sin Deivid, en la fase final de su recuperación, ni Juli, al que le quedan dos o tres semanas de inactividad, Carrión se verá forzado a retocar de nuevo una formación en la que tampoco podrá contar con Pedro Ríos, expulsado este domingo y a la espera de conocer de manera oficial su sanción.

La labor del árbitro en el partido ante el Nástic dejó un poso de indignación en el cordobesismo. Ais Reig fue rodeado al final del partido por los jugadores, abatidos tras perder en el tiempo añadido un partido en el que mantuvieron el empate durante más de 75 minutos en inferioridad numérica. Las quejas se quedaron allí. “Trato de no opinar sobre el árbitro, él hace su trabajo y se puede equivocar. Son cuestiones que se escapan de lo futbolístico y a nosotros no nos incumbe porque nuestro trabajo está dentro del terreno de juego”, dijo Bíttolo en la zona mixta. El argentino es ahora una pieza de valor en un equipo en reinvención constante, tanto en su composición como en sus objetivos.

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