“¡Lo importante es el control!”

Día uno en Segunda B. Una veintena de seguidores en las gradas de la Ciudad Deportiva y un grupo de jugadores que se veían por primera vez en su vida sobre el césped. Unos pocos se conocían, pero la mayoría están recién llegados y solo saben que han aterrizado en una entidad en la que la presión es el pan nuestro de cada día. Un histórico en convulsión. El Córdoba será el enemigo a batir en el grupo IV de la categoría de bronce, en la que ha caído después de perpetrar una temporada horrible en la Liga 1/2/3. Ahí quedó el dato y no merece la pena darle más vueltas. También el entrenador, Enrique Martín, entiende de qué va el asunto. Le tocó despedirse de la Segunda División en el banquillo del Nástic de Tarragona. El fútbol es un presente continuo. Y siempre concede una nueva oportunidad.

La primera sesión cordobesista fue tan peculiar como lo son siempre en esta fase veraniega, donde hay que conjugar los intereses individuales con el progreso colectivo. La tarea es compleja porque hay jugadores que tienen asumido que no seguirán en la plantilla y otros que se están ganando el puesto para el porvenir. En el caso blanquiverde, el arranque del trabajo deparó una situación especial en la portería. Entrenaron Isaac Becerra y Edu Frías, los dos fichajes, al lado de Marcos Lavín y Alberto González, con los que el club no cuenta y a los que se busca una salida. El quinto elemento era Llamas, del filial. Entre el cuerpo de jugadores estuvo Víctor Mena, a quien también se le está gestionando un nuevo destino, y una brigada de elementos del filial que van como meritorios.

Enrique Martín estuvo acompañado por su equipo habitual: el preparador físico Javier Ramos López y el segundo, Alfredo Sánchez. Una fase de acondicionamiento físico y unos minipartidillos fueron la primera toma de contacto. “¡Hay que hablar, hay que hablar!”, les indicaban los técnicos a los futbolistas. Algunos se lo tomaron al pie de la letra y radiaron cada acción. Es la época para conocerse. A Martín, atento a cada gesto, le importaba mucho una cuestión. “¡El control es lo importante!”, expresó a los suyos en un corro después de un ejercicio de pases bajo presión. De eso se trata. De tener el balón y de hacerlo en las mejores condiciones para tomar la decisión correcta, que siempre será la más rentable. Más que nunca, lo bello será lo útil. Esto es el Córdoba en Segunda B. Después del caos, quiere tomar las riendas en todos los aspectos. El control es necesario así en el césped como en los despachos.