Lo hará de la mano... o volando solo

El fútbol sala cordobés vivió un curso 17-18 formidable con la explosión del Itea CCF Futsal, que debutó en Segunda División y estuvo peleando hasta el último segundo por el play off de ascenso a Primera. La ayuda del Córdoba CF fue clave en lo económico. Un acuerdo firmado en verano de 2017 permitió el modesto club local lanzarse a una aventura trepidante. La directiva anterior ya no está y la actual, una vez cerrada la temporada con una histórica salvación, parece haber puesto el foco en otras modalidades.

“Hemos contribuido al desarrollo del fútbol sala local, pero creo que tenemos que estar centrados en el fútbol. Deben venir otros actores de la ciudad a ayudar”. Lo dijo Jesús León, el presidente, en la cadena Cope. Sus palabras siguen resonando en el mundillo del fútbol sala local, que ve con inquietud el porvenir de un equipo que logró algo increíble: apasionar a toda la ciudad y llenar hasta los topes el Palacio de Deportes Vista Alegre.

“Oficialmente no hemos hablado nada, pero sería una pena que algo tan bonito se perdiera en el segundo año”, dijo -con pesar pero también con firmeza- el presidente del Itea CCF Futsal, José García Román, en los micrófonos de Canal Sur a propósito de la desvinculación del Córdoba CF del proyecto del fútbol sala. El club de El Arcángel aportó 70.000 euros en la pasada campaña para que el club pudiera ocupar una de las plazas quedaron libres en Segunda. El resultado fue magnífico. “Creo que lo hicimos bien, dimos alegría al cordobesismo y llevamos el escudo con orgullo por toda España. Solo hay que recordar las imágenes del último partido, con las gradas llenas y la gente cantando el himno del Córdoba CF”, ha señalado García Román, que se confiesa “cordobesista al máximo” y desvela que no tiene “ningún apego al cargo”. “Si el Córdoba CF quiere el club para llevarlo el, lo tiene a su disposición y yo doy un paso al lado”, ha explicado. “Mi interés es que el fútbol sala aproveche esta oportunidad, porque lo que hemos hecho es muy grande.  En Córdoba es dificilísimo que salgan adelante proyectos de deporte de sala masculino, como se ve en baloncesto o balonmano”, apunta.

En el calendario hay una fecha subrayada en rojo: 20 de junio. Ese es el día limite que ficha la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) para que los clubes presenten la garantía -en forma de contratos publicitarios- de tener cubierto el 75 por ciento del presupuesto. “Unos 110.000 euros”, ha estimado el presidente en el canal de radio autonómico, ya que el 25% restante de podría sufragar con gastos de socios, taquillas y otros ingresos. Las próximas semanas serán frenéticas y García Román no descarta cualquier desenlace.

“Intuíamos, y lo entendemos, que en caso de descenso a Segunda B el Córdoba hubiera retirado su apoyo, porque las circunstancias deportivas y los ingresos hubieran disminuido drásticamente. En Segunda sí tienen más recursos y por eso esperamos aún, porque creo que ellos nos dieron mucho, pero nosotros también contribuímos engrandeciendo su marca en unos momentos que no eran fáciles”, explica el mandatario cordobés.

El club de fútbol sala plantea todos los escenarios posibles. Ya sea con el Córdoba CF o volando solo. El proyecto deportivo está guardado en el cajón hasta que llegue el 20 de junio y se vea si, finalmente, Córdoba sigue contando con un equipo en Segunda División. La continuidad de Miguel Ángel Martínez Maca como entrenador es un asunto apalabrado, al tiempo que se pretende mantener el armazón de la plantilla con algún retoque puntual. “Hemos contactado con jugadores y hay conversaciones en marcha, pero el tema económico nos condiciona todo y hemos tenido que frenar. Las expectativas son buenas, pero tiene que estar todo atado. Yo soy cumplidor y no voy a embarcarme en nada que no pueda pagar. El 31 de mayo liquidamos a todos nuestros jugadores y técnicos y no se le debe nada a nadie. En eso somos inflexibles”, dice García Román, que pasa por días de zozobra. El equipo que mayor impacto ha causado en el deporte local en la última década tiene su futuro en borrador.