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Cara a cara Córdoba Futsal
Zequi: “Me iba tres días a la semana a entrenar haciendo autostop”

Entrevista Cara a Cara con Zequi

Jesús Ventura

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Para cumplir un sueño siempre hay mucho esfuerzo por detrás, a veces, incluso, más sacrificio de lo esperado. El fútbol sala es un deporte que, igual que la disciplina del balompié en césped, que trae consigo ilusión y ganas por llegar a la profesionalidad, pero no todos llegan. De hecho, lo bonito después de consolidarte en la élite es ver el camino que has podido recorrer, como le ha ocurrido a Zequi en este coloquio con CORDÓPOLIS. No es simple casualidad que el jugador del Córdoba Patrimonio de la Humanidad haya llegado a disputar seis temporadas en la máxima categoría de este deporte a nivel nacional, ya que, como ha dejado claro, su recorrido se basa en el trabajo, esfuerzo e ilusión por triunfar en el deporte de sus sueños, a pesar de que su lugar de procedencia no invita a ello. Un auténtico gladiador dentro y fuera del 40x20.

PREGUNTA. El pasado fin de semana habéis estado en Getafe. Al parón os marcháis con ese sabor positivo, aunque también el trabajo es innegociable.

RESPUESTA. Teníamos como objetivo primero de pretemporada intentar hacer una preparación inmaculada, intentar no perder, ganar casi todos los partidos. Al final solo hemos tenido dos rivales de Primera División. Los de Segunda también nos han puesto las cosas difíciles como la Copa de Andalucía. Teníamos ese objetivo y ahora pues en Liga hemos seguido marcando ese objetivo, con humildad, con trabajo. No perder es el siguiente el siguiente punto. Íbamos a un amistoso a Getafe con la ilusión de de sumar, de no restar. Teníamos la baja de los chicos paraguayos, que están con sus selecciones y se incorpora Guilherme de nuevo. Son dos partidos para que, los que están teniendo menos minutos, vuelvan a jugar confianza y sobre todo eso, hacer grupo, seguir con la misma iniciativa de continuar compitiendo los cuarenta minutos al 100% y no bajar el ritmo en ningún momento.

P. Hasta llegar a la actualidad imagino que habrá sido un camino muy largo en el que el esfuerzo día a día pues ha marcado el tramo hasta llegar y consolidarte en Primera División.

R. Mi camino personalmente ha sido complicado. Yo vengo de fútbol. Yo empecé a jugar fútbol sala a nivel semiprofesional o un poco serio hasta los dieciocho años, hasta que me fui a estudiar y tuve que dar el fútbol por mis estudios. Ahí empecé mi andadura en el fútbol sala. He pasado muchísimos acontecimientos complicados en mi situación familiar para poder hacer mi deporte, mi hobby, y llegar aquí para mí es un logro que me gustaría mantener durante muchos años pues lo difícil no es llegar sino que es mantenerse. Me gustaría seguir competiendo a este nivel, esforzándome día a día como hago para que, por lo menos, mi hobby, que es mi trabajo, me dure cinco o seis años más.

P. Cuando tienes tantas dificultades para iniciar tus trayectoria, te sabrá incluso mejor cuando llegas a este tipo de nivel.

R. Sí. Valoras mucho más el trabajo y el esfuerzo realizado. Como ya sabéis, soy de un pequeño pueblo de la sierra de Cádiz, de Algar, que no tiene conexión ninguna con las grandes ciudades como son Jerez o Cádiz. Mi situación familiar era complicada porque mis padres trabajaban, mis hermanos mayores también trabajaban y no tenía ese apoyo de que me llevasen a entrenar o que me recogiesen. Tenía que usar mucho autobús, mucho tren, muchos amigos pidiendo favores. Económicamente no tenía tanta ayuda a nivel personal como a nivel de mis padres para poder pagar a alguien o cosas así. Me ha costado bastante, he sufrido mucho, he llorado mucho. Al fin lo conseguí con 22 años, me llegó la oportunidad de dar el salto de Segunda División B a Primera División, cogí el toro por los cuernos y de ahí no me bajaron.

P. Tiene que ser complicado dedicarte a un deporte como fútbol o fútbol sala y vivir en un pueblo chico sin combinaciones como tú has dicho.

R. Para que te hagas una idea y no te miento, yo siempre he jugado al fútbol en mi pueblo en categoría juvenil, ya en juvenil no había más equipo. Me tuve que ir a Arcos de la Frontera que está a unos 20 kilómetros y me iba a dedo (autostop). Me iba tres días a la semana: lunes, martes y jueves a dedo, me paraba en la gasolinera y el coche que quería me recogía y me dejaba cerca de donde yo quería. Vuelta para atrás a las 21:30 exactamente igual. Me ponía en un punto céntrico de Arcos donde conectase con la carretera de Algar. Ahí me ponía hasta que alguien pasara y vuelta a mi casa. Todos esos días, si se le suma que, además, estaba estudiando Bachillerato y que quería estudiar una carrera, pues más complicado se me hacía disfrutar de mi deporte favorito, el cual hoy es mi trabajo.

P. Era tu sueño y lo perseguiste.

R. Sí. Tenía un rayito de luz, una esperanza de que podía llegar a ser jugador profesional de Primera División y no paré de trabajar, de luchar. Me iba día a día, me costaba mucho. Llegaba del colegio, comía, descansar y si me tenía que ir a dedo no me daba vergüenza, me iba de nuevo a ir a entrenar, a dar el 100% porque algún día me llegaría ese premio y podría ser jugador profesional.

P. ¿Alguna vez has pensado que no te compensaba o que, incluso, no ibas a llegar a jugar en Primera División?

R. Sí, sí. Muchísimas veces bajé los brazos. Por suerte siempre he tenido un grupo de amigos muy sano, que siempre había luchado por mí, me ha ayudado, me ha acompañado, incluso me han abierto las puertas de sus casas mientras estaba en los Arcos o en Jerez para dormir algunos días, que me ha recogido... Siempre había alguien que apostaba por mí porque desde chiquito siempre me han visto con un balón en la mano, correteando por todo el pueblo, dando patadas por todos lados. Siempre me habían dicho que iba a llegar, que luchara y que luchara. Ellos me han levantado, mi familia también y a día de hoy ya llevo siete años en Primera División. Que lleguen muchos más y que así sea.

P. Es positivo para todo el rodearte de buenas personas.

R. Siempre me ha rodeado un grupo muy humano. También empecé a trabajar desde muy joven, entonces me quité un poco de las fiestas porque necesitaba económicamente para exámenes, zapatillas o ropa deportiva. Entonces, me desplacé de malas juntas que en esa edad es normal y ahora que trato con chicos en el club que estoy de monitor en la Tecnificación y tengo a cargo a niños de 13,14 y 15 años. Sé que es una edad muy mala, donde se junta con buena y mala gente. Yo decidí el camino correcto.

P. Pasando ya al apartado deportivo, ¿cómo te fue esa etapa de fútbol césped?

R. Fue muy buena. Estuve con 16 o 17 años en División de Honor Juvenil con el Arcos e incluso pude debutar en Tercera División con el Arcos. Pero los estudios me obligaron a decidir. Terminé Bachillerato, hice una carrera y me tuve que desplazar a Algeciras que fue el primer desplazamiento de mi carrera. Tuve que dejar el fútbol y estuve un año parado, donde no estuve haciendo nada, dedicándome únicamente a los estudios. Después de un año sí que pido el traslado del expediente, como mi padre le entró una pequeña enfermedad pues tuve que pedir el desplazamiento para estar más cerca de ellos. Ahí empecé con 18 o 19 años a jugar al fútbol sala. En tres o cuatro años llegué a Primera División.

P. ¿Cómo fue esa transición de fútbol a fútbol sala?

R. Me costó. Empecé en el Virgili con un muy buen entrenador llamado Sergio Barroso, pero la primera vuelta, los diez o doce primeros partidos, pues no jugaba mucho. También me lesioné, me costó bastante. Aun así, cogí ritmo, él confió bastante en mi. Se cambió al Xerez porque era un proyecto nuevo y ambicioso y me fui con él. Por suerte, subimos a Segunda B e hice una muy buena campaña en Segunda B porque creo que metí 52 goles y ahí mi salto al Santiago Futsal, al antiguo Lobelle, a Primera División. A partir de ahí empecé mi etapa como profesional, una etapa que aún sigo y que me gustaría seguir.

P. Después de todo lo vivido, ¿de quién te acordaste cuando debutaste en Primera División?

R. Me acordé mucho de mis padres, que ellos lucharon por mí, de mis amigos y también, parece que no, pero me acordé de todas esas personas que pusieron un granito de arena para que yo llegara a Primera División. Muchísimos amigos que pudiera nombrar porque me acuerdo de cada uno de ellos y no son dos o tres sino que 15 o 20 personas o más que me ayudaron fin de semana tras fin de semana, cambiándome el turno de trabajo, les pagaba mis horas de trabajo para que yo pudiera jugar a este deporte, me llevaban... Ese primer gol en mi debut lo tengo tatuado, ante Movistar Inter. Me acordé mucho de ellos y gracias a eso sigo disfrutando de lo que me gusta.

P. ¿Qué le dirías a aquel niño que iba a dedo a entrenar y que estaba haciendo todo lo posible para dedicarse a este deporte?

R. Le diría que, si pudiera, seguiría ese camino, que con esfuerzo y sacrificio se ganan las cosas. Normalmente, el 70 u 80% de las personas no llegan porque hoy en día somos muchísimos jugadores que no llegan, con mucha calidad pero por diferentes motivos como que viven lejos no pueden llegar a ser profesionales. Si tiene una pequeña ayudita pues que luche, que tenga mucho sacrifico porque eso es en lo que consiste el deporte. Que confíe en él porque si hace todo esto, llega.

P. Después de estar dos años en Santiago te llamó Córdoba. Parece que aquí se está forjando una relación que perdura.

R. Sí. Esto no lo sabe mucha gente, yo tenía firmado en Noia, el equipo que actualmente está en Primera División. Esa misma tarde me llamó José, el presidente, y estuve tres o cuatro semanas de mucho agobio por romper el contrato en Noia, porque en ese momento estaba en Segunda y yo quería volver a Primera División. Yo llegaba de dos años en Santiago, uno en Primera y otro en Segunda en el que hago buena temporada, donde también casi le peleamos el play off a Córdoba, el año que ascendió a Primera. Ese año rompí contrato con Noia y gracias a Dios pudimos pagar la multa que nos pusieron por firmar y no subir a competir. Hoy en día sigo aquí, estoy contento por haber renovado, del grupo que se ha formado con los fichajes, estamos seguros de que vamos a hacer una campaña buena, que Córdoba se va a mantener en Primera sí o sí y que ojalá tengamos ese proyecto ambicioso de aspirar a otras cosas.

P. Cinco años en Primera con el Córdoba. Has visto el crecimiento hasta llegar a la actualidad. ¿Crees que puede dar ese pasito para luchar por objetivos más ambiciosos?

R. Sí. Soy el único jugador que comenzó con Córdoba en Primera División y aún sigue. He visto cosas muy buenas y también he visto cosas muy malas tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo. Esas cosas poco a poco se van mejorando, pero aún quedan cosas a tratar. Córdoba poquito a poco va creciendo. Lo que me gustaría decir es que Córdoba ya es equipo de Primera División. Córdoba no es un proyecto que empezó hace poco y es novato. No. Córdoba ya lleva cinco años y tiene que actuar como tal. Si quiere tener un proyecto ambicioso, tiene que ser desde lo deportivo, empezando por mí y acabando por el último compañero, y todo lo extradeportivo, todo lo que se refiere a directiva o cuerpo técnico. Córdoba es de Primera División y tiene que pelear por cosas mayores como luchar por estar en los ocho primeros. Eso pasa por mostrar un rendimiento alto, el trabajo día a día y que la directiva apoye a los jugadores, que sea ambiciosa y dé ese puntito más que necesitamos.

P. Que tenga ganas de crecer.

R. Por supuesto.

P. Para finalizar la entrevista y en tono más personal, ¿dónde te ves dentro de cinco años?

R. No lo sé. Aún queda mucho, pero me gustaría, y siempre lo he dicho, jugar en otra etapa de fútbol sala, en otro país. No solo por conocer el mundo del fútbol sala, sino que también para conocer otras culturas, sus ambiciones. Quizás dentro de cinco años sí que me vea disfrutando del fútbol sala en otro país. Quiero irme con la cabeza muy alta, por eso he renovado un año más. Quizás el año pasado, tanto personalmente como grupalmente, no me gustó la temporada y no quise abandonar el barco cuando peor estábamos. Por eso mi renovación y me gustaría irme de Córdoba cuando sea, ya sea el año que viene o dentro de dos años, cuando toque, me gustaría jugar una Copa de España o un play off con Córdoba. Me gustaría irme diciendo que he dejado a Córdoba en un buen nivel y que, a partir de ahí, venga otro chico como los chavales del filial como son Rafa, Joaqui o Víctor, que sean ellos los que peleen por su futuro, por su ciudad y que digan en un futuro que hubo chicos en el pasado que lucharon por Córdoba.

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