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Córdoba Futsal
Crónica
Orgullo para no desfallecer

Córdoba Patrimonio - Levante UD

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La necesidad apretaba y se notó sobremanera en un encuentro de máxima tensión. Lo mucho que había en juego generó un partido de máximo nivel en la vuelta a casa del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, que recibía al Levante UD en un choque cargado de ilusión y ganas por escapar de abajo. Tantas que la mecha fue total para ambos, pero ninguno acabó llevándose el premio final.

Volcados hacia la portería. Así arrancó el encuentro en Vista Alegre, en el que, en un inicio, como era de esperar, muy ofensivo, fueron los locales los que se apuntaron la primera llegada del partido, con un disparo de Jesulito que se marchó desviado. Una acción que dio paso a una mejoría del Levante, también con mucho que decir en este arranque del choque, ya que fueron los granotas los que firmaron las siguientes oportunidades a través de disparos lejanos, uno resuelto con parada de Fabio y otro, más claro aún, que se estrelló en el poste.

Lo cierto es que las sensaciones eran de mayor insistencia de los visitantes en el cómputo general, con pequeños chispazos locales, como fue un disparo de Lucas Perin que se estrelló en el cuerpo de Fede. Sea como sea, la más clara de inicio la tuvieron los visitantes a los siete minutos, en un mano a mano de Pedro Toro que no logró que su disparo fuera entre los tres palos. Además, esa acción dio paso a otra más desafortunada si cabe para el Córdoba Patrimonio, que encajó el primero de la mañana de la mano del propio pívot, que se encontró un balón muerto tras una gran parada del guardameta cordobesista. 

Con todo, acto seguido al gol fue Saura el que tuvo una oportunidad clara para nivelar el duelo, aunque no estuvo tampoco acertado en el uno contra uno. Y de nuevo aparecieron los fantasmas para los de Josan, otra vez muy inseguros atrás, pues se produjo una acción que bien podría recordar al primer gol en Antequera, y que desembocó también en gol, ya que un fallo defensivo generó que Rubi se plantara solo ante Fabio para convertir el 0-2.

No obstante, como viene ocurriendo en lo que va de curso, la debilidad defensiva se contrapone con un gran tono ofensivo, pues no tardó mucho el Córdoba Patrimonio en recortar la diferencia. Fue Miguelín con un gran disparo de falta directa. Este gol sí que devolvió la igualdad, al menos en sensaciones. Los siguientes minutos fueron de intercambio de oportunidades. Primero saldada con una especular parada de Fabio en otro desajuste defensivo local que dejó a Roger solo ante el meta, y poco después fue Viana el que acarició el empate en una contra en la que se quedó sin espacio para rematar ante Fede. Y Vista Alegre comenzaba a caldearse.

Tanto como lo que ocurría sobre la pista. Y es que los últimos segundos de primer tiempo fueron de auténtica locura. Un encontronazo entre Rubi y Perin acabó en empujón del jugador visitante, lo cual generó una trifulca entre ambos banquillos. Acción que acabó con multitud de amarillas para ambos y una roja directa para Rubi Lemos. Con esa superioridad iba a finalizar el primer acto, en el que no hubo tiempo casi para jugar. 

Tal que así arrancó también la segunda parte, con uno más para los blanquiverdes, que lo intentaron pero consumieron su tiempo sin hacer gol. Eso sí, éste sí que llegó una vez recuperada la normalidad, en una oportunidad trastabillada en el área levantinista en la que el balón acabó entrando tras mucha polémica. Mejoraron notablemente los cordobeses tras el empate, ahora mejor asentados sobre la pista y acumulando ocasiones francas de Zequi o Jesulito. Rondaban la remontada y el optimismo se palpaba en la grada. 

Sin embargo, la situación se iba a complicar, una vez más, en el ecuador del segundo tiempo, ya que Ismael vio la segunda amarilla en una entrada sobre Rafa Usín, y el propio ala, ya con su equipo en superioridad numérica, fue el encargado de desnivelar otra vez el resultado a su favor. Otra vez había que buscar la heroica. Y como no podía ser menos, no se redujo el pundonor de los blanquiverdes, que siguieron peleando hasta que a falta siete minutos, pusieron en problemas de faltas a su adversario, con peligro ya de doble-penalti. 

Lo lucharon, lo encontraron y Jesulito se encargó de convertirlo. Se avivaban otra vez las esperanzas. Espadas en todo lo alto en un partido que se iba diluyendo con el abanico de opciones completamente abierto. La balanza podía caer para cualquiera de los dos lados, y Josan tenía la responsabilidad de apostar más por los tres puntos. Así se introdujo el portero-jugador a falta de dos minutos. Había precedentes para soñar, pero esta vez la moneda no salió de cara. Y entre intentos fallidos de golpear a portería acabó muriendo el choque con reparto de puntos para ambos conjuntos.

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