Cuando todo suma
Muy atrás queda ya el tiempo de la incertidumbre. Olvidadas están, al menos hoy por hoy, las dudas que surgieran tras las primeras jornadas de 2021. Todavía resta mucho camino por recorrer pero los últimos pasos son en realidad grandes zancadas. Y con ellas el Córdoba Patrimonio de la Humanidad se acerca bastante a la meta, que no es otra que la permanencia, un año más, en Primera de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS). Avanza con firmeza, sobre todo, tras vencer al Ribera Navarra, un rival directo en la pugna por la salvación ante el que, además, estableciera varios hitos importantes dentro de la presente campaña. Por ejemplo, logra su segunda victoria como visitante y esta vez sirve para encadenar dos triunfos por primera vez en lo que va de curso. Un hecho éste que es posible gracias al trabajo colectivo, lo cual se demuestra, sin ir más lejos, con la aportación goleadora de hasta cuatro jugadores diferentes.
Cuando todo suma cualquier reto es más sencillo de superar. Bien lo sabe el conjunto blanquiverde, que atraviesa su mejor momento de la temporada. Lo hace tras padecer la etapa más complicada no sólo de este curso sino, probablemente como mínimo, de su aún breve trayectoria en la considerada mejor liga del mundo. El equipo dirigido por Josan González encadenó en las primeras semanas de 2021 cinco derrotas y recibió, en estos encuentros, la friolera de 26 tantos –esto es una media de 5,2 por choque–. Por primera vez entró en una zona de descenso que le costó abandonar y que ahora deja a una distancia relativamente holgada. Con todo, el último encuentro de esta fase ya permitió intuir un cambio de dinámica del cuadro califal, que el sábado terminó de convencerse de su capacidad para dar un paso más en la máxima categoría. Con la victoria obtenida en Tudela el Córdoba Patrimonio de la Humanidad cierra un ciclo de tres triunfos en cuatro duelos –y nueve puntos de 12 posibles–.
El caso es que el conjunto blanquiverde se impuso al Ribera Navarra, al que adelanta en la clasificación, después de firmar varios registros significativos. De entrada, éste es el segundo triunfo que logra lejos del Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre en lo que va de campaña. Y llega en un partido propicio, en efecto. Hasta el momento los cordobeses tan sólo pudieron ganar como foráneos en su visita al Real Betis Futsal, en choque aplazado de la primera jornada. Por si fuera poco, se trata en realidad de una estadística mucho más relevante pues es la tercera victoria lejos de su feudo desde que milita en Primera de la LNFS. Para encontrar el primero es necesario acudir, nada más y nada menos, a la segunda fecha del campeonato pasado –cuando sorprendió al Levante en Paterna–. Pero no sólo supone dicho hito el golpe en la mesa dado en el Ciudad de Tudela: además encadena al fin dos encuentros con tres puntos en el zurrón, lo que no hacía también desde su estreno en la élite.
La consecución dos triunfos seguidos, en efecto, era un mérito que se le resistía esta campaña y que, de una vez por todas y también en el instante preciso, pudo rubricar. Ahora busca el tercero uno tras otro, dato que desconoce todavía en su periplo en la máxima categoría. Sobre todo porque marcar este hito supone, en esta ocasión, otra gran zancada –enorme quizá en este caso– en su camino hacia la permanencia. Más que nada porque su siguiente rival es el Burela, que aguarda en un duelo atrasado de su fecha original. Ambos equipos se miden el miércoles. Ésta es otra historia distinta, de todas formas. De vuelta al encuentro en Tudela, todo se produce a partir de otro hecho no menos relevante. Por primera vez este curso, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad cierra con victoria un partido en el que encaja más de dos goles. Esta vez son tres los que recibió, una cifra ante la que, como mucho, el cuadro califal sólo supo arrancar un empate: fue ante el Peñíscola en la primera vuelta. También es cierto que el apunte tiene lugar al llegar el tercer tanto rival con cuatro ya en su casillero por parte del equipo dirigido por Josan González. Sea como fuere, la globalidad de los detalles positivos de un resultado aún más favorable es consecuencia únicamente de un factor: el magnífico nivel actual de trabajo colectivo de la plantilla.
Porque es en este aspecto donde más fácil es comprobar que todo suma hoy por hoy en el conjunto blanquiverde. O más bien, que todos suman. El ejemplo más claro se halla en el marcador del choque con el Ribera Navarra. Y no en el número de dianas sino en los autores de las mismas. No en vano, el cuadro califal se impuso en tan vital contienda con cuatro goleadores diferentes, uno por cada tanto. Fue Alberto Saura el encargado de abrir la veda, y lo hizo con su decimoséptimo gol de la campaña –ahí es nada–. El murciano igualó un tempranero 1-0, al igual que Jesulito neutralizó después un 2-1 adverso. Otro gaditano, esta vez Zequi, se agregó a la fiesta para dar la vuelta al tanteador con su décima ocasión en que ve puerta este curso. Para completar esta aportación colectiva surgió la figura de Lucas Perin, fichaje invernal que ya no deja un resquicio a la duda sobre la importancia de su incorporación. El brasileño, que tenía que demostrar su potencial debido a su juventud, acumula ya tres tantos en apenas ocho partidos. Si bien sus prestaciones van mucho más allá del remate.
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