Éibar, El Arcángel, la presión y el valor del cero
El conjunto armero vuelve cuatro años después a Córdoba como aspirante no declarado al ascenso a Primera
Seguramente no tiene esa pinta, pero el de este domingo es un partido grande. El Córdoba-Éibar sería, si la competición terminara hoy, un partido de play off de ascenso a Primera División. Sexto contra tercero. Lo saben aquí y allí, aunque cada cual lo vive a su manera. En la casa blanquiverde, después de los seis fichajes en el mercado invernal y unas últimas actuaciones de corte discreto, se ve la cita como una oportunidad para homologar la condición de aspirante. En Éibar disfrutan, sin gula, del hecho de marchar en tercera posición. Son un equipo recién ascendido y su entrenador, Gaizka Garitano, ha vuelto a hablar durante esta semana de la necesidad de llegar cuanto antes a los cincuenta puntos para verificar la continuidad en Segunda. Si a alguien se le ocurre decir lo mismo en Córdoba, lo destierran. La presión está en el lado de los de Pablo Villa.
En ocho visitas al estadio cordobesista, el Éibar ha sido capaz de puntuar en seis ocasiones: arrancó dos victorias y cuatro empates. La equis es el resultado más frecuente entre ambos. En la ida, en Ipurúa, el equilibrio se rompió en el último suspiro con un gol de Urko Vera. Hay datos curiosos en los duelos entre estos equipos: se han cruzado quince veces y en doce de ellas siempre hubo uno que no marcó. La estadística histórica habla de poquísimos goles. La actual presenta la misma tendencia: el Córdoba no es de los más voraces ofensivamente hablando y al Éibar le hacen pocos goles. Ha encajado 21 en 24 partidos. Sólo el líder Deportivo (17) recibe menos.
El Éibar ganó dos veces en Córdoba (0-2, temporada 2001/2002; 0-1, temporada 2007/2008) y compareció por última vez en la campaña 08-09, cosechando un empate a uno. Más tarde descendería. Ahora vuelve con otros aires, pero la humildad de siempre. Puntuó las tres últimas veces que llegó y su última derrota en suelo cordobés data de febrero de 2004, hace exactamente una década: fue un 1-0, anotado por el argentino Ariel Montenegro. En el Córdoba jugaba Pablo Villa.
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