Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Crónica

Ni pena, ni gloria

Panadería Pulido - Córdoba CF

Cristian López

0

Territorio hostil. Una vez más. Ahí viajó el Córdoba CF este domingo en la que iba a suponer la última visita de la temporada a las Islas Canarias. Y en ninguna de ellas, pese al absoluto dominio durante toda la campaña, los de Crespo habían conseguido sacar los tres puntos, ya sea por causas deportivas o administrativas. Tampoco lo tuvieron fácil en esta ocasión, pues los cordobesistas sufrieron de lo lindo en un duelo en el que fueron por detrás en su mayor parte. Entre el contexto y las circunstancias de ambos, el duelo gozó de una intermitente emoción y los califas fueron de menos a más. Con todo, lo tuvieron en su mano, aunque un chispazo final de los locales hace que se prolongue el maleficio de las Islas Canarias.

Los ecos del campeón seguían retumbando también lejos de la península, ya que el Panadería Pulido quiso igualmente mostrar sus respetos al cuadro blanquiverde tras su ascenso, por lo que le hizo un merecido pasillo antes del inicio de un partido que, en realidad, no iba a gozar de ningún objetivo clasificatorio. Uno ya tenía billete para la Primera RFEF, al tiempo que el otro confirmó hace días su descenso de categoría. Sea como sea, había otros objetivos secundarios en mente, y fue por ello por lo que el Córdoba dio un paso al frente en el arranque, ya que salió dispuesto a hacerse con el dominio del choque desde el primer momento. No había presión, aunque sí ambición por dejar atrás una fatídica y sorprendente dinámica en suelo canario. De este modo, de parte de los califas llegó la primera ocasión del partido, en concreto, a los cinco minutos, y a través de un disparo escorado de Gudelj que se marchó desviado.

Pero también los locales pretendían dar a su afición las mayorías alegrías posibles antes de finalizar el curso. Una manera de compensar ese duro destino. Así, los canarios subieron la intensidad y, por consiguiente, fueron acumulando también más acercamientos al área defendida por Felipe Ramos. Eso si, ninguno de peligro real. Y es que el encuentro estaba transcurriendo en un tímido intercambio de golpes. Lo cierto es que se notaba que ninguno tenía objetivos deportivos en juego. Había intención, pero sin riesgos.

El transcurso de los minutos no hizo más que adormecer el partido, que cayó en una casi absoluta relajación en el ecuador del primer tiempo. Así es, pues no había intentos francos de gol, más allá de una jugada aislada de Casas en solitario, o un disparo lejano de Willy que detuvo Hormiga con una buena estirada. Eso sí, los compases finales de los primeros 45 minutos trajeron consigo un empujón final del Córdoba, que quería, al menos, marcharse a vestuarios con algo positivo en su casillero. Ese nuevo paso adelante se transformó en cierta verticalidad hacia la meta canaria, aunque no encontraba la clarividencia en los últimos metros. El choque iba más bien encaminado a la paciencia, ya que el que sí consiguió abrir la lata antes del descanso fue el cuadro local, que desde el córner pudo golpear con un gran remate de Godoy que ponía el 1-0.

Germán Crespo removió la coctelera del banquillo en la pausa, y los cambios dieron su efecto. Inmediato, además. El Córdoba volvió a salir más enchufado que su rival, y fue el joven Ale Marín, uno de los recién incorporados, el que encontró portería al aprovechar un balón muerto en la frontal tras una jugada trastabillada, y que permitió al extremo del filial igualar la contienda y, además, estrenarse como goleador con el primer equipo. Pero lo cierto es que tampoco le duró mucho la alegría a los califas, que otra vez sufrieron a balón a parado. En esta ocasión fue en un golpeo magnífico de Kilian en una peligrosa falta desde el vértice del área, y en la que el jugador canario sorprendió a todos con un preciso golpeo dirigido a la escuadra y haciéndoselo imposible a Ramos.

El segundo gol en contra no desactivó el empeño del Córdoba que, de hecho, continuaba siendo el claro dominador de la posesión. Y por ende, también de los acercamientos. Fue avisando poco a poco y parecía que la posibilidad del empate rondaba de nuevo. Y así fue, con el sello del mismo autor. Un día para no olvidar por parte de Marín, que se sacó un gran zapatazo al aprovechar un despeje de la zaga canaria y que establecía el 2-2 con algo menos de media hora por jugarse. El técnico granadino dio entrada a más jóvenes con la presencia de Castillo, que debutaba así con los mayores.

Más mordiente bisoña para unos últimos minutos frenéticos. La temperatura subió mucho en la recta final del partido. El empate, pese a todo, no dejaba conforme a ninguno, y lo cierto es que eran los blanquiverdes los que disponían de más talento sobre el verde. Y en medio de un sinfín de acciones polémicas, apareció la pólvora rambleña. Una rápida jugada a la contra entre Luismi y Casas, que el delantero acabó facturando dentro de las mallas para terminar de voltear el marcador. Es más, el propio Luismi acarició el cuarto de la mañana en el 86' de partido, aunque su disparo, cuando ya todo el mundo cantaba gol, lo acabó despejando de manera providencial un defensa canario bajo palos. Pero la maldición del Córdoba en las islas no iba a tener el final esperado. Un testarazo de Javi Martínez en el último suspiro del encuentro acabó con las esperanzas de triunfo de los blanquiverdes, que cerrarán la temporada sin haber conseguido ganar fuera de la península.

Etiquetas
  •   /  
  • CCF
stats