Javi Flores amplía su leyenda
Las leyendas se forjan en el tiempo. La fidelidad trae como recompensa un estatus eterno. Figuras que marcan una época, siendo, por muchas cuestiones, protagonistas inolvidables a ojos de la afición. En el mundo del deporte hay miles de protagonistas que dejan huella por su talento o sus éxitos deportivos, aunque es más reducido aún el grupo de actores atemporales. Jugadores que sobreviven en la memoria colectiva pese al paso de los años, y cuyo legado ha significado un antes y un después en el devenir de un club. Y aunque falte aún para zanjar esa afirmación en forma de trayectoria deportiva completa, precisamente ese reconocimiento es el que se ha ganado ya Javi Flores, quien ha subido por pleno derecho al Olimpo de mejores futbolistas de la historia del Córdoba. Merecido premio emocional por su indiscutible aportación al plantel cordobesista, aunque, de momento, es solo un paso más en un camino que avanza hacia senderos mucho más ambiciosos.
El centrocampista de Fátima vivió este miércoles una jornada muy especial defendiendo la elástica blanquiverde. Los colores de su vida y que, tras el choque disputado en la eliminatoria de Copa RFEF ante la Real Balompédica Mínense, ya ha defendido hasta en 200 ocasiones. Y seguirá sumando. De hecho, el hito no ha podido llegar en un momento más propicio para él, puesto que los problemas físicos le están impidiendo tener una regularidad sobre el césped durante este curso. El jugador cordobés apenas ha podido participar en dos encuentros ligueros, y en ambos casos partiendo desde el banquillo. Un total de 50 minutos disputados en los que, pese a todo, volvió a dejar patente su calidad aportando situaciones de mucha ayuda para su equipo. Sin embargo, una recaída en la lesión volvió a apartarle de la dinámica de grupo, vuelta que se produjo esta misma semana ante el inminente inicio del duelo copero.
Javi Flores volvía a una convocatoria y se presentaba en el feudo gaditano dispuesto a recuperar sensaciones. Además, con un propósito secundario de continuar aumentando su leyenda cordobesista. Corría el minuto 56 de partido, que estaba siendo controlado por su equipo, cuando Germán Crespo solicitó sus servicios para saltar al verde del Municipal de La Línea de la Concepción. Y así se confirmaban los 200 partidos oficiales vistiendo la camiseta del conjunto califa. Sin duda, una situación trascendental para un futbolista de época (de más de una época, incluso), y que ya se sitúa cerca de otras figuras históricas como Toledano (210), Colodrero (229), Álvarez (231) y Escalante (232), los cuales ocupan el top de partidos disputados en clave cordobesista.
El propio capitán cordobés resaltaba al término del encuentro que “cuando tienes un empate o una derrota, el siguiente partido es muy importante ganarlo y creo que hemos dado una buena sensación, hemos seguido en la línea que veníamos de comienzo de temporada y lo bueno que tiene este equipo es que va mirando partido a partido, que juegue quien juegue cumple y lo hace bien”. Asimismo, sobre sus 200 partidos afirmó sentirse “un privilegiado, un afortunado de poder jugar 200 partidos con esta camiseta, en esta ciudad, en este club”, al tiempo que admitió estar “bien” tras la lesión, reiterando que se había encontrado “muy bien”, pese a “llevar más de un mes sin competir y estar en los últimos días con fiebre y un poco más flojo de lo normal”.
Palabra de capitán. Esa es la condición que ostenta hoy en día aquel chico del barrio de Fátima que soñaba con ser futbolista y que ahora lidera el vestuario cordobesista. Un futbolista forjado en El Arcángel desde Segunda B en la campaña 2005-06 hasta Segunda en la 2010-11, y que por caprichos del destino tuvo que emprender nuevos retos lejos de su ciudad. Getafe, Hércules o Elche fueron sus nuevos destinos, hasta que el Córdoba volvió a cruzarse en su camino en la 2019-20. Aquel desafío lo asumió para escapar de Segunda B, y hoy en día lo hace para subir desde la Segunda RFEF. Más abajo aún, pero con la misma ilusión. La de un capitán de leyenda.
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