Calma contra la preocupación
Caras largas y pocas bromas. El ambiente en las entrañas de El Arcángel era el propio tras una derrota. Más si cabe cuando ésta se produce de la manera en qué llegó ante el Real Oviedo. El Córdoba sella su doble partido como local con sólo un punto, con siete goles en contra y una imagen más que mejorable. La preocupación es razonable y lógica, y este sábado se percibió en el estadio después del choque con el conjunto asturiano. Sin embargo, el vestuario optó por levantar el ánimo de alguna manera y hacer una llamada a la calma en el entorno del cuadro califal. El arranque liguero no es el soñado, pero resta una temporada casi completa para remontar el vuelo. Éste fue el discurso de dos hombres que vivieron una noche de extrañas sensaciones.
Uno de ellos fue Federico Piovaccari, que estrenó su cuenta goleadora esta campaña. Pero su tanto de poco sirvió, puesto que al final el marcador reflejó un doloroso 2-4. “Es muy agridulce el sabor. El resultado no está bien”, expresó el italiano después del encuentro. “Tenemos que mejorar en la faceta defensiva, porque arriba tenemos ocasiones. Tenemos que empezar a encajar menos y dejar la portería a cero”, añadió posteriormente. Para el delantero los sufridos ante el Oviedo “son fallos normales”, si bien acto seguido consideró que “no es normal que te metan cuatro goles en casa”. “No puede ser que te metan un gol en el minuto 6 después de una jugada tuya”, dijo.
Con todo, el atacante prefirió restar importancia al duelo en la medida de lo posible. Ésta era la segunda jornada y no es momento, entendió, de que se activen las alertas. “Estamos en la jornada dos, nadie se tiene que alarmar. Tenemos tiempo para lograr el objetivo de los 50 y queremos llegar lo antes posible. Podemos hacerlo y divertirnos después”, aseveró. En cuanto al plano personal, afirmó que desea más la suma de puntos que engordar su cuenta anotadora. “A nivel personal quiero aportar lo máximo posible al equipo. Más que goles quiero ayudar a sumar puntos o conseguir victorias. A partir del martes pensamos ya en el Albacete, faltan 40 partidos”, apuntó.
Mezcla de emociones también la que tuvo Luismi Quezada. El hispano dominicano disfrutó de su estreno con la elástica blanquiverde. Pero lo hizo en un mal partido de su nuevo equipo. “Es un sabor agridulce, ya que el resultado no ha acompañado. Pero bueno, estoy feliz de haber debutado y empezar a rodar con el equipo”, comentó. El interior zurdo mantuvo la misma línea discursiva que su compañero al aseverar que “no ha pasado nada” en especial dentro del duelo. “Esta competición es muy dura y cualquier equipo en cualquier momento te puede hacer daño”, expuso. “No hay que preocuparse, estamos empezando”, agregó el jugador cedido por el Real Madrid, que destacó que “lo positivo es que el equipo de cara al gol está bien”.
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