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Bebé, un cordobés en el partido más grande

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Cristian López

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Todos los focos apuntaban hacia un mismo sitio. Las dos mejores selecciones de la historia del fútbol sala se medían cara a cara en el duelo de vuelta de un enfrentamiento que se denominó como El Desafío. España y Brasil se vieron las caras en el Wizink Center de Madrid y, pese a la caída final (1-3), un cordobés se erigió como protagonista del combinado de Fede Vidal en uno de esos encuentros para el recuerdo. De hecho, el cartel de amistoso quedó rápidamente lapidado por la ambición de dos titanes del fútbol sala que llevaban ya unos años ansiando volver a medirse sobre el parqué. La cita, sin nada en juego más allá del orgullo, se programó como guinda a una pequeña gira en la que la selección española regresó también a Córdoba más de dos décadas después, enfrentándose a Hungría a doble partido en Vista Alegre y Pozoblanco.

Una preparación que servía de antesala para una historia que arrancó de manera oficial hace unos días en Cáceres. Ambos conjuntos, que se conocen a la perfección (la mayoría de los jugadores compiten en la Liga Nacional de Fútbol Sala), midieron fuerzas en un primer encuentro en el que saltaron chispas desde el primer momento y que finalizó con empate a dos, después de que el combinado auriverde neutralizara en la segunda mitad la diferencia de dos tantos obtenida por los españoles. De esta forma, solo podía quedar uno y todo se iba a resolver en el emblemático feudo madrileño.

Cerca de 10.000 personas se dieron cita en el escenario capitalino. La emoción estaba servida. Dicen que el único camino que conduce a la grandeza pasa por desafiarse a uno mismo y eso es exactamente lo que hizo España. No obstante, el potencial brasileño sorprendió de inicio a un equipo que tardó en reaccionar y que vio cómo su desventaja al descanso ya era de tres goles. Fue ahí, tras el tiempo de asueto, cuando surgió la figura del cordobés Rafael García Bebé, en su partido número 49 como internacional, para otorgar una dosis de esperanza a un equipo moralmente herido. El cierre del Inter Movistar, formado en la cantera del Adecor, sorprendió al guardameta Guita con un potente disparo imparable a trece minutos del final, justo antes de que Juan Emilio, Miguelín y Pola, con sendos remates a bocajarro, hiciesen soñar con la remontada.

Sin embargo, el buen hacer atrás de los brasileños frustró el propósito de voltear el resultado y facturó el trofeo con destino a Brasil. Era el colofón a un memorable desafío entre dos selecciones llamadas a mandar en el planeta del fútbol sala. Un duelo que en su previa tuvo además otro reconocimiento para dos cordobeses, pues el propio Bebé y Andresito, junto al resto de internacionales, fueron homenajeados por sus éxitos europeos y mundiales. Sin duda, ese será el próximo reto para la selección: seguir sumando oro a sus vitrinas. Pues cuanto mayor es el desafío, más grande es la oportunidad que representa.

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