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Un recibimiento a la altura de todo un campeón del mundo, a la vez que fraternal, familiar, cariñoso y especial. Hace apenas unas horas, España se coronó con la medalla de oro en el Mundial juvenil masculino de balonmano, celebrado en Croacia, tras imponerse en la final ante Croacia por un marcador de 28-23. No fue fácil para los Hispanos Juveniles, pero, sin duda, la aportación del cordobés y granate José María Fernández-Martos contribuyó a que el combinado nacional se alzase con este histórico metal que augura un futuro prometedor e inigualable para una camada que ya es de oro.

Y esta oportunidad no la ha querido dejar pasar la familia y amigos de lateral izquierdo cordobés, que han copado la subida del andén cuatro, donde el tren que portaba a José María se detenía en Córdoba a mitad de la tarde. La historia, por especial, merece ser contada. Y es que, desde el año 2017, el dorsal '14' ha adquirido un significado especial para el jugador cordobés. Y, a la vez, ha servido de motivación, de fuerza, de ganas y de empuje para que, con su contribución, haya logrado este histórico mundial que ya podrá presumir de por vida en su vitrina.

Y es que, hace seis años, el hermano de José María, Eduardo, sufría un derrame cerebral que lo dejaba inmovilizado en una silla de ruedas a causa de un desacertado diagnóstico. Su médico, Ángel Salvatierra, tampoco ha querido perderse la llegada de José María a la estación. Al igual que tampoco se la ha perdido Eduardo, que ha esbozado una sonrisa inspiradora durante todo el mágico momento. En su momento, tal y como cuenta la familia a CORDÓPOLIS, Eduardo estuvo federado con el equipo de La Salle, y portaba el dorsal catorce a su espalda. A día de hoy, en el colegio todavía hay mensajes de ánimo para el joven. Hoy, José María ha decidido que, para honrar a su hermano, también portará el '14' en su andadura con la selección.

“Esta recompensa hace que merezca la pena todo el esfuerzo dedicado”

Rosinda, madre de José María y de Eduardo, ha reconocido que está “contentísima, sobre todo por él”, ya que José María es “un niño que ha luchado un montón”, en unas “circunstancias en casa que no han sido fáciles”, ya que “seguir en el deporte a todos nos ha costado un poco, pero él ha luchado una barbaridad, lo ha dado todo, y luego ha querido hacer el regalazo de elegir el dorsal número catorce con el que jugaba su hermano, y ponerse en la camiseta el apellido”.

José María Fernández-Martos, por su parte, en declaraciones a CORDÓPOLIS, también se ha mostrado en una nube, ya que reconoce que “aún no nos lo creemos, no somos conscientes de lo que hemos conseguido, y creo que vamos a tardar unos días en darnos cuenta”, aunque sí que se siente “muy bien” ya que “ha sido mucho esfuerzo, un verano entero empleado en el balonmano, y conseguir esta recompensa hace que merezca la pena todo el esfuerzo dedicado”. No quiso olvidarse de “toda la gente que me ayudó en los inicios, en mi decisión entre balonmano y fútbol, y en los que siempre me han apoyado y han conseguido que forme parte de esto”, habiendo creado un legado que siempre estará ligado a ese dorsal catorce. “Lo elegí porque era el número de mi hermano, y para mantenerlo siempre en el recuerdo, ya que es una de mis principales inspiraciones”.

Ahora, lo que se acerca para el joven cordobés es un pequeño descanso antes de comenzar pronto la pretemporada con el Cajasur CBM, con el que intentará ascender a Plata, a la vez que el año que viene tratará de estar en el Europeo sub 21 con los Hispanos Junior. Un futuro prometedor se le antoja a este joven granate, que ya siempre tendrá su nombre y su dorsal catorce escrito en oro en los libros de historia.

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