Vimcorsa invita al diálogo ciencia/arte a través de la mirada de Elena Asins

La Sala Vimcorsa acoge desde este viernes hasta el 15 de septiembre la exposición La ciencia como herramienta del arte, que recoge el trabajo de la creadora Elena Asins (Madrid, 1940 - Navarra, 2015), una obra que es uno de los máximos exponentes del arte concreto en España y pionera en el uso de técnicas a priori lejanas del arte, como la computación, las matemáticas o la tecnología.

Claro que 400 años antes de la era común, un filósofo heleno escribió en un cuaderno que Dios algunas veces geometriza y 2.400 años después Elena Asins le tomó la palabra. Siendo, claro está, dios el arte, y la geometría todo lo que ella entendía que podía aplicar a su obra.

En la exposición que se ha instalado en Vimcorsa hay 41 piezas originales (esculturas, instalaciones, dibujos e impresiones sobre papel) y varias videoproyecciones procedentes de varios prestadores. Todo ello ha sido comisariado por Angustias Freijo Mouliaa, amiga personal de Elena Asins, de quien ha recordado este viernes su extravagante personalidad y la que uno imagina como un logaritmo sin descifrar.

Freijo ha presentado la exposición junto al concejal de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, y el presidente de Vimcorsa, Salvador Fuentes, con quiénes ha pasado por la exposición, la primera que se pone en esta sala tras el cambio de poderes en el Ayuntamiento.

Artista, escritora, conferenciante y crítica de arte, Asins desarrolló una intensa carrera que culminó, quizá de forma inesperada, con grandes premios como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2006) y el Premio Nacional de Artes Plásticas (2011). A su muerte, legó toda su obra al Museo Reina Sofía.

En la muestra de Vimcorsa se pueden ver algunas de sus obsesiones, desde las matemáticas a la música, pasando por la tecnología, el urbanismo, la arquitectura y la creación audiovisual a la que dedicó sus últimos años, y que está recogida en Vimcorsa con una obra de inspiración helena no por casualidad titulada Antígona por Sófocles.

Todo ello marcado, además, por la ausencia de color, pues Elena Asins entendía que los colores solo eran una ilusión y que lo real era el blanco y negro. Blanco y negro, ciencia y arte.