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Romeromartín: “El Rocío puede llegar a ser más transgresor que un Sonar o que una rave”

Romeromartín.

Juan Velasco

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En su último sencillo, Mora cantaora, Romeromartín rescata una vieja canción que Paco Cepero escribió para La Marelu y la convierten, de inicio, en una aterciopelada balada triphopera, para acabar llevándola a la pista de baile gracias a una sincopada percusión de breakbeat, aquel género que, en los noventa penetró con fuerza en Andalucía y que, todavía hoy, sigue siendo un fenómeno regional digno de estudio.

La canción es una buena muestra del imaginario que ha construido el dúo formado por el cantaor Álvaro Romero y el productor Toni Martín con un proyecto que abraza, por igual, el flamenco y los sintetizadores, y que, en su parte lírica, aboga por la crudeza sin aditivos ni simbologías rancias con las que ocultar la sexualidad, la diversión o la vida misma.

Romeromartín estarán este miércoles en la Casa de la Música dentro del ciclo Planneo al Fresco, y en Cordópolis aprovechamos para charlar con su cantante de éste y otros temas.

PREGUNTA. Primera vez en Córdoba, según tengo entendido.

RESPUESTA. Sí, la verdad es que estamos muy ilusionados. Nunca hemos estado con este proyecto. 

P. Y tras más de un año de pandemia, que además paraliza el despegue del proyecto, ¿no?

R. Sí. Justo, el disco acababa de salir. Ha sido una putada, para nosotros y para todo el mundo, pero bueno, la verdad es que acabábamos de empezar y fue duro. Así que nada, a adaptarnos. No había otra opción.

P. ¿Y a nivel personal, cómo lo has vivido?

R. Yo la verdad no he podido trabajar mucho. A mí esto me afectó bastante. No era como esas personas que estaban todo el día haciendo cosas. Yo no pude hacer nada. Entré en una especie de depresión con todo esto. Pero bueno, ahora no nos podemos quejar. La verdad es que nos están saliendo un montón de conciertos ahora mismo.

P. Y todo ello a partir de una mezcla de flamenco y sintetizadores que, si bien no es novedosa, sí que es muy personal.  

R. Yo creo que es normal. Vivimos en una época en la que las nuevas tecnologías están muy presentes y son algo que convive con nosotros de manera natural. Así que yo lo veo un poco así. Y, bueno, no queremos desplazar a la guitarra de ningún lado. A nosotros nos flipa la guitarra flamenca y escuchamos mucha guitarra clásica, porque nos gusta ese sonido. Esto, realmente, fue algo más en plan: “Vamos a probar”. Me apetecía usar otro sonido a la hora de acompañar el cante.

No nos interesa cantar cosas para que la gente se evada de sus problemas

P. Otro sonido y otro universo.

R. Sí, tenía que acompañarlo de una letra que a mí me emocionara o me tocara de cerca. Así que me junté con Toni, que era un colega, y queríamos ver sencillamente qué pasaba. 

P. Las letras son, sin duda, parte de la identidad de Romeromartín, tanto las vuestras como las que habéis tomado prestadas de otros poetas.

R. Sí, a ver, a mí hay letras clásicas y más antiguas que me dicen mucho. Pero, en este caso, me interesaba tratar con poetas homosexuales, puesto que yo lo soy y porque tengo experiencias vitales con el tema de la sexualidad, que es muy importante en mi vida. Así que me era necesario dar con letras de poetas con los que yo me identificara y también quería textos que fueran directos. 

P. Huir de lo lorquiano.

R. A mí me flipa Lorca, pero no me interesaba musicar a Lorca. No porque esté tan trillado o se haya hecho mucho, sino porque quería hacer algo más directo. Claro que Lorca tiene cosas muy interesantes, pero yo necesitaba poetas más directos y que no usaran el simbolismo. Porque creo que hace falta ir al grano y decir: “Esto es lo que hay y esto es lo que hacemos en nuestro día a día”. Y en ese sentido me interesaba mucho un texto como el manifiesto de Pedro Lemebel, porque le da caña tanto a la derecha como a la izquierda. Porque la homofobia siempre ha existido, con independencia de ideologías políticas. Me interesaba ese descaro con el que Lemebel lo decía y quería llevar eso al flamenco.

P. Dotar al flamenco de un planteamiento político así no es lo común. 

R. Claro, es que en los últimos años ha habido un auge de partidos que tienen un discurso fascista y duro contra el colectivo LGTBI, por lo que me parecía interesante llevar este mensaje al flamenco y que la gente lo escuchara. Y, ahora más aún, con lo que ha ocurrido con el asesinato de Samuel. Ahora sí que tiene esto más sentido que nunca.

P. Además muchas de las temáticas que tratáis en el disco, como pueden ser la droga o la homosexualidad, son temas que el propio género las elude o oculta en sus letras, a pesar de que en el imaginario popular, sí que se puede llegar a identificar al flamenco con esto.

R. Claro, yo quería darle una vuelta a todo eso y evitar la hipocresía o el edulcoramiento. El flamenco siempre ha tenido esas cosas. Hoy en día, parece que se intenta no cantar sobre lo que realmente vivimos. Y yo creo que sobre eso es sobre lo que se tiene que cantar. A nosotros no nos interesa cantar cosas para que la gente se evada de sus problemas, sino para que la gente confronte con ellos.

P. ¿Y cómo han acogido el disco los círculos flamencos? Tú estudiaste con Esperanza Fernández ¿no?

R. Sí. Pero hace años que me salí de ese circuito más clásico. Yo es que soy un flamenco de segunda división. Yo no soy como Paco (Niño de Elche) u otros flamencos que, sin saber mucho, tuvieron la suerte de cantar en un tablao potente o tener compañeros que te ayudaran o de cierto nivel. Yo, aunque he trabajado mucho, he cantado mucho para el baile y he hecho mucho tablao, nunca he entrado en un circuito de primera. Y eso ha hecho que, de alguna manera, me haya dado igual. Así que, en ese sentido, me he sentido más libre. A mí me da igual lo que piense Esperanza Fernández y, de hecho, es que no tengo contacto con ella. 

P. Habéis obviado esa mirada.

R. A ver, por redes sociales hemos recibido más insultos que críticas. Pero la verdad es que, con el flamenco tradicional, lo único que podemos decir de los festivales de flamenco a los que hemos ido, es que nunca nos ponen en las redes. Nos ponen en el cartel, pero después, no nos ponen en las redes sociales. Ponen vídeos y fotos de todo el mundo menos de nosotras.

P. A lo mejor es porque tenéis más hueco en un Sonar que en La Noche Blanca.

R. Afortunadamente.

P. Pues ya que estamos, ¿qué crees que es más moderno, un Sonar o una romería?

R. Pues yo creo que las dos cosas. Incluso igual una romería. El Rocío puede llegar a ser más transgresor que un Sonar o que una rave. Es que se asemejan muchas cosas ahí. A nivel de ritual, se crean cosas tanto en una romería como en un Sonar.

P. ¿Os sentís parte de algún movimiento que esté reivindicando un nuevo sonido flamenco?

R. No. Yo no me siento parte de ningún movimiento. De hecho, aquí en Sevilla no hay ninguna escena. Lo que pasa es que nos conocemos todas. Pero yo no veo que haya ningún movimiento. Yo vengo del flamenco clásico, más tradicional, y a partir de ahí fui cogiendo otros caminos. 

Por redes sociales hemos recibido más insultos que críticas

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