CRÓNICA
“El olvido no existe”, último homenaje a Antonio Gala
En el salón de actos de la Fundación Antonio Gala en Córdoba el respeto y el cariño por el escritor se mantienen a cada minuto que pasa. A media hora del cierre todos esperan para los actos finales que rendirán homenaje a la figura de Antonio Gala. Los bancos están repletos de admiradores de él y su obra, que quieren despedir al dramaturgo, fallecido el pasado domingo a los 92 años.
A las 16:30 se escucha la cantata 147 de Bach interpretada por el Coro de Ópera de Córdoba. Tras esto, dos residentes de la fundación se suben al escenario para recitar dos poemas de Gala. La primera comienza con “el olvido no existe” un verso del poema Sierra de Córdoba. Su compañero comienza con unas palabras en referencia al fundador de este espacio de jóvenes creadores. “Antonio decía que los demás poetas no sabían leer sus poemas”, dice con una sonrisa.
Este emotivo homenaje ha estado protagonizado por la cultura. No podía ser de otra manera. La música y la poesía han protagonizado los últimos minutos de la capilla ardiente, donde se ha puesto a disposición de los asistentes un libro de condolencias. Todos querían dejar sus palabras de cariño y sus recuerdos con el dramaturgo.
Los aplausos han invadido la sala y su sobrino, José María Gala, ha subido al escenario para agradecer la presencia durante todo el día de los centenares de asistentes. “Las puertas las podéis encontrar abiertas todos los días”. Además, ha destacado los 20 años de trabajo que pasaron juntos.
El presidente de la fundación, Francisco Moreno, ha dedicado unas emotivas palabras a Gala, en las que se ha dirigido directamente a él. “Hoy no lo despedimos, su obra sigue y estoy seguro que se va a incrementar. Pronto vamos a leer algo nuevo de Antonio”, ha asegurado. A esto ha añadido que “se empeñó en que Córdoba tuviera la mejor residencia de creadores de España. Seguiremos trabajando cada día más por tu obra”, ha sentenciado.
Cuando dan las cinco de la tarde el coro interpreta la ave verum corpus de Mozart. Tras otra ola de aplausos, varios hombres transportan el féretro hasta el coche fúnebre a las puertas de la fundación. Los aplausos acompañan el recorrido. Una señora grita: “Antonio, siempre en el corazón de Córdoba”. Una frase certera que recoge la figura de este importante dramaturgo y su impacto en la cultura cordobesa.
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