Lola Herrera, toda una vida con Mario
Lola Herrera interpreta a Carmen Sotillo, la viuda de Mario, desde 1979. Lejos de pasar solo Cinco horas con Mario, la actriz lleva toda una vida a su lado. Y ahora, regresa a los escenarios con una gira que estrena en Córdoba y que puede ser la última con la obra de Delibes que la ha visto madurar en el teatro.
“No pensaba hacer esta obra nunca más”, explica la actriz, pero en 2016 volvió a coger el texto y la volvió a enganchar. “Me fascinó otra vez y, al verlo con una distancia de tantos años, me apetecía mucho ver qué le podía dar y ver qué podíamos intercambiar”, relata la actriz que se sube desde este jueves y hasta el sábado al Teatro Góngora para hacer este monólogo imprescindible del teatro español.
En la dirección estará de nuevo la cordobesa Josefina Molina y en la producción José Sámano. Junto a Herrera, forman el trío de ases que se aventuraron a estrenar Cinco horas con Mario en 1979 -en la primera función todo el patio de butacas se durmió, cuentan- y que han visto pasar casi cuatro décadas después del éxito cosechado con la obra, durante años y giras a sus espaldas.
Cuenta Lola Herrera que, ahora, le daba cierto pudor encarnar a un personaje al que le podía doblar la edad. Pero se dio cuenta de que la Carmen Sotillo de la obra era importante por ser mujer y no por la edad que tuviera. “He descubierto que es una mujer que puede tener la edad que tenga, la edad es una anécdota. Lo importate es que sea una mujer, dirigida por otra mujer (Josefina Molina) y contar cosas nuestras”.
Porque la obra retrata la educación y la falta de libertad de las mujeres en su época. Y cómo “las consecuencias de todo eso queda coleando porque para las mujeres ha sido muy duro, salir, asomar la cabeza, de todo eso. Esta Carmen ayuda a reflexionar”, dice la actriz.
Con gratitud expresa hacia el texto que la acompaña desde hace cuarenta años, Lola Herrera apunta a las generaciones más jóvenes para dirigir el sentido de la obra: “Para mucha juventud, es importante que las mujeres jóvenes sepan de dónde venimos, poner un espejo delante con un tipo de mujer producto de una educación y una sociedad. En ese espejo hay que mirarse y viene muy bien para las mujeres”.
El personaje de Carmen Sotillo sigue sin tener límite después de estas cuatro décadas. “Le encuentro mil recovecos, mil pasillos.. A medida que una va viviendo vas descubriendo cosas nuevas y recogemos a Carmen con otra óptica, otra manera de mirarla… con el mismo personaje y el mismo texto. Es un regalo”.
En la dirección, Josefina Molina ha acompañado a Herrera en todos estos años de Cinco horas con Mario. “A medida que pasa el tiempo hemos ido viendo que el texto es como un manantial y, según la época, hemos subrayado lo que mejor podía entender el espectador, siempre pensando que el espectador mas joven necesitaba saber cómo era la mujer de nuestra generación y que debíamos hablar de ello para que nos entendieran”.
Molina describe a los hombres de aquella sociedad como “castradores de la personalidad, de las ambiciones...” de las mujeres. “Nos vimos obligadas a derribar muchos tabúes, para empezar a ser personas”.
Esa es la historia de Carmen Sotillo, la historia de su propia libertad, su propia capacidad de entender el mundo, la realización personal y emocional. Y a esa historia de nuevo se ha vuelto a subir Lola Herrera, en un camino que augura “muy gratificante”. “Yo salgo del teatro con mucha más fuerza de las que entro”.
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