'El laberinto de columnas' muestra las imágenes más antiguas de la Mezquita-Catedral
El Cabildo Catedral de Córdoba presenta el libro El laberinto de columnas del fotoperiodista y especialista en fotografía antigua andaluza del siglo XIX, Antonio Jesús González. Este trabajo es el producto de cinco años de investigación en colecciones, archivos y museos de Europa, Estados Unidos y Canadá, donde el autor ha localizado las fotografías más antiguas que se conservan de la Mezquita Catedral de Córdoba.
Asimismo, realiza un estudio de sus autores y del nacimiento del medio, desde la presentación del daguerrotipo en 1839 hasta la aparición del primer proceso fotográfico industrial, las placas secas, en la década de 1870. Un periodo en el que tomar fotografías solo estaba al alcance de unos pocos artistas e investigadores.
Estos apasionados de la imagen viajaron a Córdoba desde Francia, Reino Unido o diversas ciudades españolas para inmortalizar sobre una fina hoja de papel el símbolo del gran templo cordobés: el Laberinto de Columnas. Un icono difundido por los viajeros románticos, pero muy complejo de fotografiar durante estos años, tanto por la escasa luz del interior del edificio, como por las limitadas técnicas fotográficas.
Exposición fotográfica
Además del libro, se ha diseñado una exposición con una selección de 60 incunables de la historia de la fotografía universal. Un recorrido visual por las imágenes más antiguas conservadas de la Mezquita Catedral y, por tanto, de Córdoba. La exhibición está compuesta por 56 piezas originales de época datadas entre los años 1857 y 1881, así como cuatro reproducciones de cuatro calotipos de 1852 y dos paneles didácticos de apoyo.
Entre los autores seleccionados hay destacados fotógrafos europeos del siglo XIX, como los británicos Charles Clifford y Edward King Tenison (quien realiza la fotografía más antigua en 1852), los franceses Jean Laurent y Luis Masson o los españoles García Córdoba y Casiano Alguacil, entre otros. Además de sus valores visuales, estas fotografías son documentos históricos de gran valor, ya que nos permiten contemplar el estado del templo hace más de 150 años.
Unas imágenes tan increíbles como las de las arquerías del templo pintadas de blanco y sin sus característicos colores rojo y ocre o las vistas de todo el Bosque de Columnas iluminado por las bóvedas barrocas. Aunque, la exposición también nos permite visualizar la interrelación urbana del monumento con la ciudad en este periodo, tanto a través de las vistas panorámicas desde el río o desde la torre, como en las tomas callejeras a ras de suelo. Una muestra única para disfrutar de un conjunto de fotografías extraordinarias y que en su inmensa mayoría nunca han sido expuestas en la ciudad.
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