Aslándticos: “A nosotros no nos ha inventado un anuncio de Donut”
La última vez que Aslándticos tocaron en la ciudad que los vio nacer fue en el marco de Eutopía y lo hicieron como cabeza de cartel en un concierto enérgico y lleno hasta la bandera. Era uno de los primeros conciertos de su quinto y hasta la fecha último disco, Aquí y ahora, un trabajo que apenas 6 meses después los trae de vuelta a Córdoba y de nuevo como cabeza de cartel, en esta ocasión de Río Mundi.
Pienso en que, casi 15 años después, los Aslándticos se han convertido en una banda-bandera de Córdoba y en el largo camino que han recorrido para ello. En la época de las descargas y el streaming, que un proyecto aguante casi 15 años y mantenga intactos sus señas de identidad es casi un milagro. Que en una época tan oscura para la industria musical como la última década, los Aslándticos hayan preservado su componente feelgood y sigan llevándolo a nuevos públicos es síntoma de que la banda sigue creciendo, más allá de que, como ellos dicen, la gente los tararee por las calles tras haber escuchado una de sus canciones en la tele.
El secreto, según nos cuenta Bueno Rodríguez, es hacer del carpe díem la raíz y el tronco mismos de la filosofía de la banda y de sus miembros. Con un verano lleno de auditorios y festivales por reventar, los Aslándticos llegan mañana a su ciudad a bautizar con su música un nuevo festival que nace en Córdoba, para, al día siguiente, llevar su calor escénico a Madrid. Ni un minuto perdido. Ni un paso atrás.
PREGUNTA. Visto lo visto, vuestro último disco ha resultado profético.
RESPUESTA. Sí. De alguna manera nosotros hacemos bandera de eso, de saber dónde se encuentra uno y hacia dónde va. Sobre todo disfrutar el momento y ser muy conscientes. Estamos haciéndole caso a lo que nosotros mismos hemos dicho y nos está yendo bien con este disco.
P. El disco lleva poco tiempo en la calle, pero ya me puedes hacer un resumen de lo que ha sumado a la trayectoria de la banda.
R. Creo que este quinto disco ha hecho algo muy importante. Ha dejado como mínimo dos o tres canciones en la discografía de Aslándticos. Nosotros teníamos ya Mi primer día como bandera, o alguno más, pero La receta o Equilibrista han entrado directamente al top 3 de las canciones de la banda. Ha sido un hito en nuestra carrera porque nos ha abierto nuevas puertas en la visión del horizonte de Aslándticos y ha abierto mucho camino que ahora estamos andando.
P. Vuestros primeros discos era pura actitud, y este disco ya parece una obra más madura.
R. Bueno, seguimos manteniendo el mismo espíritu de disfrute de la música sin que las letras pierdan mucho contenido. Pero es verdad que a lo largo de todos estos años hemos ido afinando en cómo decirlo, y en este disco quizá no desprenda una alegría de juventud, pero tienen la misma esencia. No obstante, sí que hemos intentado hacer canciones que lleguen a todo el mundo y sí que son canciones mucho más maduras. La verdad es que creo que funcionan. Lo que queremos transmitir lo consiguen.
P. De alguna manera, de hecho, vuestro público ha ido evolucionando con los años y ahora quienes os seguían desde el principio son más maduros, al tiempo que habéis conectado con nuevos públicos. ¿Eso es un trabajazo, no? Porque ya lleváis más de 10 años.
R. Imagínate. El primer disco salió en 2004. Ése es el secreto de que Aslándticos siga funcionando y cada vez más. Es sorprendente que, a día de hoy, en algunos medios nos nombren como un grupo novel con todos los años que llevamos. Yo creo que es resultado de algo que nosotros trabajamos mucho, y que es seguir ampliando el círculo de gente que nos escucha. ¿Cómo hacer para seguir siendo muy Aslándticos pero a la vez traspasar nuestras propias fronteras y llegar más lejos? Pues sí. Nuestro público ha ido creciendo y madurando y ahora mismo es un gustazo ir a un concierto y encontrar que lo mismo que hay niños, hay hombres y mujeres de todas las edades.
P. Que os estén descubriendo ahora, con todos los kilómetros y tiros pegaos tiene su punto. Casi que seriáis una súper banda novel, ¿no?
R. Hombre, si Aquí y ahora hubiera sido nuestro primer disco hubiera sido la bomba. Está bien porque te dice que sigues avanzando y que el camino es muy largo y que quedan muchos sitios a los que llegar.
P. Y está bien porque encajas el éxito, entre comillas, con más madurez, ¿no?
R. Sí. Desde luego. A nosotros no nos ha venido ningún pelotazo de la noche a la mañana. A nosotros no nos ha inventado un anuncio de Donut, como algunos se piensan. Eso nos da un punto de madurez en el que sabes cómo quieres hacer las cosas y las alegrías y el éxito se llevan bien.
P. Vuestro último concierto en Córdoba fue hace unos meses y este viernes volvéis pero con el añadido de que vais a tocar con la Mezquita al fondo. Un puntazo, ¿no?
R. Para nosotros es muy especial cada vez que venimos a Córdoba. Siempre es increíble. Es el momento en que mucha gente nos pueda ver de nuevo. Y ahora, tocar en un sitio como el entorno de la Ribera, en una festival gordo que se va a hacer en Córdoba, con la Mezquita de fondo, en un marco tan bonito, para nosotros es un orgullo. Y además, también en el escenario grande, un día fuerte, en una hora potente y como cabeza de cartel, es un orgullo que nos encanta y que llevamos siempre por bandera.
P. De alguna manera vosotros ya os sentís embajadores de Córdoba, aunque algunos no vivís ya en la ciudad.
R. Pues yo llevo como 4 años viviendo en Cádiz.
P. Qué mal sitio.
R. Sí. Hombre, los cordobeses somos muy listos. Ahora tengo la suerte de ser cordobés en Cádiz y gaditano en Córdoba. Yo llevo ese punto muy bien. Yo amo Córdoba, que me ha dado mucho, toda mi infancia y juventud.
P. ¿Creéis que Córdoba es una buena ciudad para que una banda crezca?
R. Bueno. Yo creo que sí. A la vista está que hay grandes bandas que han salido de Córdoba, desde Medina Azahara, Estirpe, Fuel Fandango... En Córdoba se dan muchos factores que son positivos, porque es una ciudad pequeña en la que, en un momento dado puedes estar muy conectado con toda la ciudad. En un momento dado puede conocerte toda la ciudad y puede hacer un boca a boca increíble, que fue lo que ocurrió con nosotros. Hay buen acceso a locales de ensayo, hay buenos locales para tocar en directo y hay buena cantera de grupos. Siempre ha habido mucho rock, pero hay mogollón de gente con mucho talento. De hecho, nosotros estamos muy en contacto con un par de raperos que están despuntando en el hip hop, en España, que son Clásico y Klayt, y tenemos el gusto de que van a subirse con nosotros en el escenario este viernes. Y es un gustazo porque son de la tierra y hay que echarse un cable unos a otros.
P. El otro día hablando con Fito, me decía que los norteños, cuando vienen a tocar a Andalucía, sienten el calor del público desde Despeñaperros. Si le damos la vuelta a esto, ahora que subís a Madrid, ¿cómo se siente el sureño cuando tira al norte a tocar?
R. Es que nosotros llevamos el calor con nosotros y eso el público lo sabe. Hay mucha expectación con el concierto de la Joy Eslava y con que Aslándticos estén en Madrid, y yo creo que a la gente le gusta. Cuando hemos estado en Bilbao o en Burgos, el carácter de Andalucía y la manera de ser nuestra llega al público y la gente disfruta. La alegría se transmite y eso es una cosa cien por cien real. De Despeñaperros para arriba, cuando subimos, se nos espera con ganas y la gente recibe justo lo que espera.
P. Es mi pregunta comodín, pero la tengo que hacer. ¿En alguno de estos conciertos os van a identificar o detener como a Evaristo?
R. No. Nosotros somos gente que decimos las cosas de una forma muy sutil. No creo que nos detengan. Nuestra manera de decir las cosas es para todos los públicos y nuestra intención nunca es la de levantar ampollas. Sí que buscamos que la gente abra los ojos y piense, pero nuestra manera de decirlo es una manera amable.
P. Claro. Ésta era mi manera amable de preguntarte cómo ves el panorama artístico en tiempos de la Ley Mordaza.
R. Las cosas que están pasando son increíbles y estamos completamente indignados, como está cualquiera en el mundo de la música. Que haya sentencias como las que hay para una persona que canta una canción y no las haya para tantas otras cosas que claman al cielo, como artista resulta indescriptible. Pero bueno, por desgracia estamos en un país en el que estamos demasiado acostumbrados a ver cosas increíbles. Las fuerzas del estado y quien tiene la capacidad de actuar, muchas veces lo hace de forma desproporcionada. No nos gusta nada.
P. ¿Cómo afecta la vida diaria de la que hablas a vuestras canciones?
R. Hombre, nosotros somos un grupo de buen rollo, pero siempre nos hemos comprometido con la realidad y hemos estado donde teníamos que estar y hemos estado en todas partes donde había que estar para manifestarse. Siempre lo hemos hecho. Lo que pasa es que a nosotros nos gusta hacerlo a nuestra manera. Hablamos de la inmigración, hablamos de la droga, hablamos del alzheimer, pero lo hacemos sin que nadie nos ponga un veto por ello. Intentamos que nuestras canciones, aún diciendo cosas, te den ganas de bailar. Ése, creemos, es el secreto para saber decir las cosas. Ése es nuestro rollo. Para decir algo no hay que decirlo a voces ni de mala manera para que se escuche.
0