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La unión de unos escolares y una abuela al recuperar el envío de cartas

Una de las cartas de la correspondencia entre la abuela y los niños.

Alejandra Luque

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En tiempos de Whatsapp, de instantaneidad y de los mensajes caducos parece imposible pensar que una relación entre dos personas pueda comenzar a través de las tradicionales cartas. Es el caso de los alumnos del colegio Blas Infante, del municipio Los Llanos de Dos Juan, y Ana Martín, una mujer mayor y usuaria de un centro de discapacitados ubicado en Pozoblanco. Ella, amante de la escritura. Ellos, nativos digitales que apenas tenían noción de cómo enviar una carta.

Todo comenzó el pasado año, cuando Isabel Amo puso de nuevo en marcha la iniciativa Hoy me acordé de ti, una actividad solidaria a través de la cual enfermos hospitalizados, niños y usuarios de centros y residencias reciben cartas de ánimo durante las fechas navideñas. Una de esas misivas la escribió la pequeña Ángela, alumna del colegio, y fue a parar a las manos de Ana, quien se emocionó al ver cómo una niña le había dedicado una carta de esas características.

Dentro de la carta, la pequeña puso la dirección del colegio en el que estudiaba sin caer en la cuenta de que, quizás, obtendría respuesta de Ana. Y así fue. La mujer escribió otra misiva dirigida a la menor en la que le agradeció las palabras tan cariñosas que leyó, a la vez que se mostró sorprendida por cómo esta iniciativa le había despertado las ganas de escribir cartas a ella misma. La respuesta no se hizo esperar aunque, esta vez, el remitente no sólo fue Ángela, sino toda su clase y la profesora Ana Cristina Cambres. Junto al escrito, los alumnos también enviaron fotografías para que Ana le pusiera rostro a las palabras que leía.

Como cada día, Ana acudió al centro una mañana cuando recibió la respuesta de aquellos pequeños que habían resucitado en ella la ilusión por escribir. La emoción pudo con ella al ver que Ángela no era la única que le escribía la carta. Abrumada, vio cómo diez niños mostraban interés en conocerla, le relataban su día a día y le explicaban todo tipo de anécdotas gracias a la labor de la profesora Cambres, que intentaba adaptar la temática escolar a esta relación manuscrita, que continuó durante todo el pasado curso con el envío de cartas cada semana y que cesó durante las vacaciones de verano.

Con la vuelta al cole, alumnos de 3º y 4º de Primaria como Leonor, Luna e Irene ya tienen preparadas sus cartas a la espera de ser enviadas al centro y que Ana les responda. En ella le cuentan cómo han pasado sus vacaciones, cómo ha sido el inicio del colegio, los nervios con los que han vivido los primeros días y qué harán durante la fiesta de Halloween.

A pesar de su carácter de polvorilla y de su actitud positiva ante la vida con la que describen a esta mujer en el centro, hablar de esta iniciativa le provoca sonrojo y sólo es capaz de mostrar la felicidad que le provoca hacer algo que le sale del corazón.

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