El último que apague la luz (de la Feria)
Domingo de resaca. Aunque depende. No al menos para las miles de personas que desde que a las 5:00 de la madrugada se apagaron las luces de la portada de la Feria en el recinto de El Arenal trabajan sin descanso para dejar la zona totalmente despejada lo antes posible.
La música, las risas, los platos de comida y los vasos de mucha bebida han dado paso al ruido de golpes, de tablas que caen al suelo ordenadas y apiladas, sobre camiones y pequeños toritos. Los vehículos vienen y van por las calles en las que hasta hace unas horas circulaban coches de caballos y gente, mucha gente, en una de las ferias con más asistencia de los últimos años, según coinciden muchos de los caseteros que han trabajado sin descanso en la zona en los últimos diez días.
La Feria no se desmonta en un día. Igual que no se instala en 24 horas. Pero sí que el trabajo de retirada es mucho más rápido que el de toma de posesión de El Arenal. A media mañana, algunas casetas estaban ya literalmente desmontadas. Otras, más complejas, tendrán que esperar unas horas más.
En muchos casos, las casetas alquilan sus instalaciones. Es decir, pagan a empresas por días por el uso de toldos y muchos de los aparatos que allí se usan. Por eso, la ciudad efímera de El Arenal desaparece tan rápido. Los feriantes habituales, los habitantes de la calle del Infierno, también tienen prisa. Les esperan otras ferias, donde tendrán que montar sus instalaciones pronto. Unos empiezan a salir este mismo domingo. Otros lo harán en los próximos días. Y vuelta a empezar. Pero, una pregunta: ¿Alguien sabe dónde se guarda toda la Feria? Es para un amigo.
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