Dos de cada tres vecinos de Las Palmeras prefieren escolarizar a sus hijos lejos del barrio
Dos de cada tres vecinos de Las Palmeras prefieren escolarizar a sus hijos en centros lejos del barrio, uno de los más castigados de España y Europa por la exclusión social. Lo hacen a pesar de que tienen en alta estima las instalaciones y la capacidad del profesorado con el que cuentan los dos colegios públicos ubicados en la barriada, el Duque de Rivas y el Pedagogo García Navarro.
Es una de las conclusiones del Diagnóstico socioeconómico del barrio Las Palmeras
, un informe realizado por la Universidad Loyola Andalucía que traza un análisis del “estigma” de vivir y estudiar en este barrio, uno de los más lastrados por la pobreza del país. Así lo han relatado el presidente y uno de los miembros de la Asociación Vecinal Unión y Esperanza de las Palmeras (Avuyep), Luis Maya y Antonio Fernández.
Según el informe, realizado a partir de 396 encuestas a vecinos del barrio, solo uno de cada tres vecinos de la barriada que tiene hijos los mantiene en alguno de los dos colegios públicos del barrio. El resto opta por escolarizarlos fuera. Quienes se quedan con sus hijos en los dos colegios son, según el estudio, las familias de menor poder económico. “El rechazo a dejarlos en el barrio va aumentando con el nivel de renta hasta llegar a ser el doble el porcentaje de los que lo llevan fuera”, dice el informe.
Y todo ello a pesar de que entre el 70 y el 80% de los encuestados considera buenos o muy buenos tanto las instalaciones del Duque de Rivas y del Pedagogo García Navarro como la capacidad del profesorado. El problema está, sin embargo, en el nivel de preparación con el que salen los alumnos, la escasa implicación de las madres y padres, y el ambiente y la seguridad. Todos ellos son muy deficitarios, según los encuestados.
El barrio con mayor fracaso escolar de Europa
La publicación de este informe ha coincidido en el tiempo con la del artículo El barrio con mayor fracaso escolar de Europa: Las Palmeras, obra del educador social Manuel Ríos y de la maestra de Pedagogía Terapéutica del IES Clara Campoamor Violeta Veredas. En él, estos dos expertos trazan la realidad educativa de una barriada en la que, según sostienen, se ha llegado a “institucionalizar” el abandono educativo.
Aunque a partir de datos oficiales -no de encuestas-, Ríos y Veredas han llegado a la misma conclusión: “solo uno de cada tres niños que vive en el distrito estudia en el mismo”. Esto ha provocado que los centros del barrio de Las Palmeras solo tengan “unidades mixtas con muy poco alumnado”, alrededor de 30 alumnos en toda la Primaria de cada centro. Eso en uno de los barrios con mayor natalidad de Córdoba.
El informe de estos dos educadores revela también datos demoledores sobre absentismo y fracaso escolar. En el caso de la escolarización intermitente, la tasa de absentismo escolar en el distrito Poniente Norte -el único de capital de provincia de toda Andalucía que no cuenta con un IES- fue de un 14,10% y en los CEIP de Las Palmeras de un 26,71%. Aunque mucho más dramático es el dato de abandono escolar, que se sitúa, según esta publicación, en más del 99% en los dos colegios del barrio. “Lo que significa que de 386 alumnos y alumnas que han pasado por los últimos cursos de dichos CEIP desde el año 2008, sólo 2 han conseguido obtener el título de la ESO o equivalente”, señalan Ríos y Vereda.
Los investigadores hablan de un fracaso escolar “prácticamente absoluto”, que suele producirse definitivamente en segundo de ESO. Y otro dato a tener en cuenta y que muestra la singularidad del barrio: en Las Palmeras, al contrario que en el resto del estado y de la UE, abandonan más las chicas que los chicos.
Esto se debe, según Ríos y Veredas a que “el mero hecho de ser mujeres constituye un factor más de riesgo de abandono del sistema educativo”. “En el barrio son más frecuentes de lo que nos gustaría los embarazos entre los 13 y los 16 años, que habitualmente provocan que las madres dejen de asistir a clase por recomendación médica al existir riesgo para su salud y la del bebé. Por otro lado, sigue arraigada la cultura de que las niñas han de quedarse en casa para ayudar en las tareas de cuidados a partir de que tienen una edad que suele coincidir con su entrada en la Educación Secundaria, por lo que presentan más absentismo y abandonan la escuela antes que los chicos”, sostienen en la publicación.
“Hay mucha gente en el barrio diciendo que viven en Miralbaida”
“Cualquier niño de cualquier otro barrio tiene un acceso más fácil al empleo que uno de este barrio. Hay mucha gente en el barrio diciendo que viven en Miralbaida”, relata Antonio Fernández, que recuerda que la diferencia entre Las Palmeras y el resto de barrios en exclusión de la ciudad está en la situación “de aislamiento” geográfico de esta barriada, ubicada en las afueras de la ciudad.
El resultado es que el rendimiento escolar y el nivel educativo en el barrio son bajísimos. El informe de Loyola demuestra que el 23% de los encuestados carece de estudios y el 9% son analfabetos. En el otro lado, es apenas un milagro estadístico (0,3%) el vecino que consigue sacarse un título universitario. La mayoría (37%) consiguen aprobar primaria y un 29% incluso secundaria. El problema llega en el instituto. En el barrio no hay ninguno y cuando tienen que integrarse en otros centros de la ciudad es cuando enseña su cara el “estigma de Las Palmeras”, según relataron Maya y Fernández, que mantenían que la mayor parte de los jóvenes que llegaba al bachillerato acaba abandonando.
“Necesitamos una educación distinta para una realidad diferente”, explica Luis Maya, que recuerda que la enseñanza convencional ha fracasado en un barrio que convive con una realidad étnica y social absolutamente diferente a la del resto de la ciudad, y que requiere, por tanto, “un plan de educación diferente para un alumnado diferente”.
En este ámbito, los vecinos piden algo que creen que las administraciones, en este caso la Junta de Andalucía, puede valorar. Esto es convertir al Duque de Rivas en un centro de primaria y secundaria y convertir al Pedagogo García Navarro en un instituto para que los alumnos que consiguen llegar a este nivel no pierdan el ánimo y el interés y abandonen los estudios, y porque también podría suponer la llegada al barrio de estudios de Formación Profesional, una salida muy demandada entre los habitantes de Las Palmeras.
Maya y Fernández han sido muy cautos en su reclamos a las administraciones. Quizá porque, como Fernández ha reconocido, a ellos no les ha sorprendido el informe de la Loyola. Lo que ambos tienen claro es que la solución ha de tomarse ahora. “Estamos luchando por la integración, no podemos ir hacia la exclusión”, ha sentenciado Luis Maya. “Si es necesario movilizar al barrio, se va a movilizar”, ha añadido Fernández. Ambos han sido la voz de un colectivo estigmatizado.
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