Por qué el rey Baltasar de la Cabalgata de Córdoba no puede ser de color de verdad
Todos los años, tras la Cabalgata de los Reyes Magos de Córdoba, hay una queja que se difunde en redes sociales allende los mares: ¿por qué el rey Baltasar no es una persona racializada de verdad y se trata de un cordobés, blanco como la leche, al que hay que pintarle cara, manos, brazos y hasta cuello de negro? Pasarán los años, se sucederán las cabalgatas, y Baltasar siempre será (absténganse niños de leer a partir de aquí) un blanco pintado de negro.
En otras ciudades, incluso en pueblos de Córdoba, Baltasar (el rey favorito para una multitud de niños) es una persona de color de verdad. Los niños de los ochenta comenzaron a ver a personas de origen africano representando a Baltasar en cabalgatas televisadas en Madrid o Almería, ciudades con una potente población inmigrante, algo que no ocurre en Córdoba. ¿Quiere decir que en la ciudad no hay personas de color que podrían representar a Baltasar? En absoluto. La respuesta es más simple de lo que parece.
La Cabalgata de los Reyes Magos de Córdoba es organizada desde 1968 por el Ayuntamiento y, de manera conjunta, con la Federación de Peñas Cordobesas. A cambio, las peñas solo piden una cosa: que uno de sus peñistas, previo sorteo, encarne al Rey Baltasar. Esto es algo que lleva siendo así desde entonces, que no se alteró con la llegada de la democracia y que no está previsto que cambie en los próximos años.
Por un lado, el Ayuntamiento prefiere que un evento tan popular tenga su parte espontánea, de participación ciudadana. Así, y aunque sea quien financia la Cabalgata, son los peñistas los que lo organizan todo. Aunque hay empresas que patrocinan, y configuran, carrozas, con la crisis hace años que prácticamente el cien por cien de la organización corresponde a los peñistas y a algunos colectivos sociales de Córdoba, que también participan.
Por otro, para los peñistas la Cabalgata de los Reyes Magos es uno de los grandes acontecimientos del año, casi a la altura de la Feria de Córdoba. Y la posibilidad de convertirse en la estrella de la cabalgata (Baltasar, el favorito de los niños, de toda la vida) es algo que anima especialmente a los peñistas.
Este año, por ejemplo, Baltasar es Rafael Viso, de la peña Los Tenorios, que logró ganar el sorteo celebrado en la sede de la federación. Por su parte, el Ayuntamiento se reserva el nombramiento del rey Melchor (por sorteo entre los ciudadanos de Córdoba que se presenten) y del rey Gaspar (un puesto que normalmente elige el alcalde o alcaldesa entre una persona famosa, destacada o importante de la ciudad).
Por tanto, para que Córdoba tuviese un rey Baltasar de color de verdad, y no pintado, solo tendría que ocurrir una cosa: que una de las personas racializadas de la ciudad se hiciese peñista, se presentase al sorteo y lo ganase.
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