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El Hospital Reina Sofía realiza los dos primeros trasplantes de médula ósea a domicilio

Primeros trasplantados en médula ósea en casa

Alejandra Luque

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El Hospital Universitario Reina Sofía ya tiene acumula otro hito en su historia: el realizar trasplantes de médula ósea en casa, aportando más ventajas al paciente, quien puede estar en un entorno más confortable junto a un familiar. Hasta el momento, el hospital de Málaga es el único que realizaba este tipo de procesos. Denominado trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos -de células del propio paciente-, la directora gerente del hospital, Valle García, ha presentado este programa denominado TAD –Trasplante Autólogo Domiciliario-, junto a la directora de la Unidad de Hematología, Concepción Herrera, y las responsables del programa, la enfermera Laura Romero y la hematóloga, Estefanía García. También han estado presentes los dos primeros pacientes en beneficiarse de esta técnica.

García ha explicado que la apuesta por este proyecto ha venido precedida de meses intensos de trabajo y de formación de todo el equipo de profesionales sanitarios. Las ventajas, ha enumerado, “son la comodidad y confortabilidad del paciente, que ya no está ingresado en la cámara de trasplante; una mayor participación tanto del paciente como del cuidador y una mejor recuperación”.

Otra de las mejoras es que la estancia del paciente en el hospital se reduce a los días estrictamente necesarios para la extracción de las células madre que luego se le implantarán, por lo que permanecerá una media de 16 días menos en el hospital para su tratamiento.

Por su parte, la responsable de Hematología, Concepción Herrera, ha señalado que los este tipo de trasplantes está indicado para diagnósticos de mieolma y linfoma. En la unidad que dirige, los trasplantes autólogos en el hospital han aumentado a lo largo de los años, pasando de 23 en 2015 a 36 en 2019, por lo que todos ellos podrían beneficiarse y hacer este proceso en casa. Eso sí, siempre y cuando el cuidador y la vivienda cumplan los requisitos estipulados para ello.

En este sentido, para que un paciente sea candidato a incluirse en el TAD tienen que confluir una serie de condiciones como la aceptación del propio paciente, que el grado de autonomía de la persona sea el adecuado, contar con un cuidador responsable las 24 horas del día, que el domicilio se encuentre a menos de 30 minutos del hospital y condiciones relacionadas con las características del propio hogar –conexión telefónica, higiene, etc.-. Si un paciente reside a más de media hora del centro sanitario de referencia, puede alojarse en un piso que la Asociación Española Contra el Cáncer ha cedido para la recuperación de estos pacientes, como ha sucedido con Mercedes, cuyo domicilio se ubica en un municipio de la provincia a más de 30 minutos del Reina Sofía.

Testimonios de los primeros traspantados

Mercedes Rodríguez ha dio la primera paciente que ha recibido este tipo de trasplante. Tal y como ella misma ha explicado, fue en abril cuando empezó con dolores por todo el cuerpo. Aunque su médico de cabecera le recetaba medicamentos para atajar el dolor, los molestias continuaban y tuvo, incluso, que acudir al Hospital Infanta Margarita de Cabra. Tras el confinamiento, Mercedes acudió a un médico privado para intentar descubrir qué estaba pasando. Le realizaron una analítica de sangre que fue remitida a su médico de cabecera. Fue entonces cuando acudió de nuevo al hospital de Cabra, donde se sometió a sesiones de quimioterapia. El 8 de enero recibió el trasplante autólogo en su casa. Cinco días después, recibía el alta y ha podido afrontar en el domicilio todo el periodo de bajada de defensas que se produce tras el acondicionamiento y su recuperación. Hasta esa fecha, el Reina Sofía realizaba todo el proceso del trasplante con el paciente ingresado en el hospital.

Y si importante es la actitud del paciente más lo es aún la predisposición del cuidador, que se convierte en los pies y en las manos de la persona ingresada y en el interlocutor con los profesionales sanitarios que realizan el seguimiento. En este sentido, el cuidador tiene que estar presente en la mayor parte del proceso, ingresar con el paciente, llevar una detallada e intensa limpieza del domicilio, conocer la nutrición del paciente y preparar los alimentos oportunos, asegurar que la adherencia terapéutica del paciente es la correcta, colaborar con el equipo multidisciplinar que atiende a su familiar y saber detectar cualquier posible complicación.

Según ha explicado Cristóbal García, cuidador de Mercedes, ésta “ha sido una experiencia muy positiva” que le ha permitido estar cerca de su mujer, “ayudarla en un momento complicado y, la verdad, es que no ha supuesto ningún tipo de dificultad ni miedo” porque ha estado “arropado y acompañado por el equipo sanitario”.

Luis Jiménez es el segundo paciente que ha recibido esta misma semana el alta médica. En la rueda de prensa ha explicado que “no podía imaginarme que el trasplante me permitiera llevar una calidad de vida como he tenido. He podido comer lo que he querido, cuando he querido e incluso pasear por el campo”. Uno de los requisitos para participar en estos trasplantes es que no haya ningún animal en casa. En la de Luis y María Araceli, su mujer, sí había, por lo que la familia ha tenido que cuidarlos durante todo el proceso.

Araceli, que ha sido su cuidadora, ha hecho un llamamiento a todos aquellos que puedan verse en esta situación “no tengáis miedo, estás todo el tiempo acompañada por los profesionales y te llevas la satisfacción de estar ayudando a tu familiar en uno de los momentos más difíciles”.

Fases del trasplante

Una vez diagnosticado de mieloma o linfoma, el paciente tiene que recibir su tratamiento de quimioterapia y, tras la valoración de los resultados del mismo, es aceptado para trasplante y se estudia si es o no candidato a beneficiarse del TAD.

De forma paralela, la Unidad de Hematología valora el momento adecuado para la extracción de las células madre del paciente –que se utilizarán para su posterior infusión-. Para realizar este procedimiento, el paciente tiene que ingresar en el hospital unos cuatro días para recibir un tratamiento específico. Tras ello, vuelve a su domicilio y retorna al hospital a la semana para la extracción de las células en la Unidad de Aféresis del servicio de Hematológica. Estas células quedan congeladas y almacenadas en la Unidad de Terapia Celular hasta el momento de la infusión.

Superado este primer escalón, comienza la fase del Trasplante. Para ello, cuatro días antes de la fecha fijada, hay que realizar una PCR para descartar infección por Sars-CoV-2 en paciente y cuidador. Tras los resultados negativos de ésta, ambos ingresan en el hospital y al paciente se le realizan una serie de pruebas y se lleva a cabo el trasplante -infusión de células madre-. Si todo evoluciona de forma normal, al quinto día el paciente y su cuidador pasarían del ingreso hospitalario al ingreso en domicilio.

En domicilio, paciente y cuidador están aislados y sólo reciben la visita de Enfermería para realizar una valoración integral del paciente: la exploración física, revisión de registro y el control que está llevando a cabo el cuidador, etc. Es importante destacar que la enfermera y la hematóloga están en constante comunicación para llevar un control estricto de la evolución.

Igualmente, el cuidador puede contactar de forma directa con el equipo especializado las 24 horas del día. “Si en algún momento se detectara algún tipo empeoramiento del paciente, cansancio del cuidador o cualquier riesgo que pueda afectar a la salud del paciente, éste abandonaría el ingreso domicilio y seguiría su recuperación en el hospital, con un ingreso convencional”, explica la doctora Herrera. Para ello, el programa contempla que cada paciente con ingreso en domicilio tenga una habitación de aislamiento disponible en el hospital para dar respuesta inmediata a las eventualidades del proceso, sin mermar la salud del paciente.

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