Gafas de realidad aumentada para poder operar con total precisión un tumor cerebral
A primera hora de la mañana, sobre la mesa de operaciones ya está el paciente sedado y preparado para una operación que se calcula puede durar entre ocho y diez horas. Tiene 55 años y un meningioma, un tumor cerebral que hay que extraer mediante una intervención que se antoja compleja, por la profundidad en la que se haya.
Junto al paciente, dos neurocirujanos le observan con gafas de realidad aumentada. Con ellas, pueden ver por dentro su cabeza, con una reconstrucción en 3D totalmente precisa de lo que se van a encontrar cuando le intervengan.
En una pantalla táctil a un lado del quirófano, también se observa esa representación tridimensional de la localización exacta del tumor y sus dimensiones, claves que guiarán de manera anticipada al equipo médico para el éxito de la operación.
“El abordaje de esta intervención no es sencillo y estas herramientas de última tecnología nos ayudan en la planificación”, explica el jefe del Servicio de Neurocirugía, Juan Solivera, que dirige la operación.
Previamente, se ha hecho ese trabajo de planificación, que deja atrás los tiempos en que se utilizaban como guía para la intervención en neurocirugía solo unas resonancias. Ahora, cuentan con herramientas como las gafas de realidad aumentada, un puntero como neuronavegador o una cámara de infrarrojos y pantallas táctiles, que ayudan al equipo médico en este tipo de operaciones.
Solivera destaca cómo, reproduciendo virtualmente las características del tumor y su situación, pueden saber exactamente, por ejemplo, algo tan sencillo y de tanto valor a la vez como es cómo colocar exactamente al paciente en la mesa de operaciones para que llegar al tumor sea lo más fácil posible por parte del equipo médico.
Personalizar al detalle cada operación
“Esta tecnología permite personalizar cada caso, cada operación”. Con el registro tridimensional que se hace del paciente, el neurocirujano tiene la posibilidad de estudiar casi sobre el terreno cómo va a ser la operación y preparar previamente cada detalle. Con las gafas de realidad aumentada, observando de cerca al paciente puede ver cada detalle de la situación que se le presenta, antes de empezar a intervenir.
A partir de ese momento, empiezan a conjugarse todas las herramientas tecnológicas. Las gafas de realidad aumentada son utilizadas también por los neurocirujanos que completan el equipo y les sirven para ver detenidamente la ubicación del tumor antes de intervenir. Sobre una resonancia en tres dimensiones se van marcando puntos con un puntero con navegador, que funcionará gracias a una cámara de infrarrojos que va registrando las zonas señaladas para la intervención. Esto permite una revisión continua del transcurso de la operación. Y, mientras, al paciente se le colocan transmisores que servirán para que, en todo momento durante la operación, los cirujanos sepan que su respuesta neuronal es la adecuada.
Cirugía con microscopio
Todo ello conforma la fase previa a la intervención, preparada así al detalle gracias a herramientas tecnológicas incorporadas al hospital recientemente. Pero la innovación también sigue en la propia operación, donde se utiliza un gran microscopio de alta resolución como lente para intervenir. A través de él, hora tras hora, los cirujanos irán viendo cada uno de los pasos que den para extraer el tumor de esa profunda zona en el cerebro.
Y, junto a todos los medios materiales, se suma el equipo de profesionales, que han recibido formación especializada para poder trabajar con las herramientas tecnológicas de última generación en operaciones como esta, con unas características tan específicas.
Al neurocirujano jefe que dirige la intervención le acompaña un segundo y también un residente de esta especialidad. El equipo se completa, entre otros, con una neurofisióloga que vigila que las constantes neuronales del paciente se mantengan y dé la respuesta adecuada, además del anestesista, las enfermeras y auxiliares.
Todo está ya a punto para comenzar la intervención. Todos están preparados y el engranaje de sincronía perfecta de tecnología y equipo humano comienza a funcionar. La realidad aumentada ha llegado para quedarse, para aumentar, realmente, las posibilidades de éxito para el paciente.
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