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REPORTAJE

El director del Festival de Cine Fantástico promocionó en México una serie de Netflix que nunca se emitió

Alberto Casanova, a la izquierda, cuando trabajaba en la producción de 'Me gustan mayores'

Juan Velasco

26 de octubre de 2024 20:44 h

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“Es muy importante para nuestro desempeño, el apoyo total del municipio, así como de la gente en general. Le puedo decir que no venimos a lucrar, no queremos dinero, solo hago un llamado a las autoridades correspondientes para que nos ayuden”. Estas son las declaraciones que hizo en 2019 el hoy director del Festival de Cine Fantástico de Córdoba, Noctámbulo, Alberto Casanova, cuando estaba al frente de una presunta producción vendida a Netflix que iba a rodarse en el estado de Sonora, México.

Son palabras que seguro sonarán muy similares a las autoridades cordobesas, especialmente al Ayuntamiento, ya que apoyaron inicialmente el proyecto fallido del festival, que ha terminado esta semana después de conocerse que muchos de sus anuncios eran falsos y con los organizadores devolviendo el importe de las entradas cobradas por asistir a eventos que no se han celebrado.

Las declaraciones de Casanova que encabezan este artículo son de febrero de 2019, y se publicaron en el periódico Tribuna, en una entrevista que concedió el entonces productor cinematográfico a una periodista con motivo del presunto inicio inminente del rodaje de una serie titulada Me gustan mayores, que se había vendido como futura adquisición del catálogo de la plataforma Netflix. Un mes antes, ya hay rastro de otras presentaciones similares en otras ciudades del estado.

El rodaje que nunca arrancaba

En aquella misma entrevista, aseguraba que planeaba terminar el rodaje en San Carlos en abril de 2019, y que se iba a emitir en junio de aquel mismo año. El plazo venció. Meses después, en septiembre de 2019, hay un vídeo del productor asegurando que el rodaje comenzaría a finales de ese mismo año. Pero lo cierto es que nunca se emitió tal serie. Netflix no tiene ningún rastro de ella en su web, ni en España ni en México, ni tampoco aparece nada en el portal Imdb, que rastrea hasta la más mínima producción de cine/tv del mundo, y en el que sí que aparece Alberto Casanova, vinculado como escritor y productor a otros contenidos y películas.

Cinco años después de aquel rodaje abortado, la polémica sobre el proyecto fallido del Festival de Cine Fantástico de Córdoba ha llegado a México a través de las redes sociales. Y, en los últimos días, algunas de las personas afectadas por la producción de Me gustan mayores han contactado con este periódico para denunciar que el productor de cine/promotor del festival llevó a cabo el mismo modus operandi en Sonora, México, que en Córdoba.

Una de las personas que ha ofrecido su testimonio a este periódico ha sido un hostelero de San Carlos, un área costera y turística de Sonora, que asegura haber sido una de las muchas “víctimas del engaño”. El testigo afirma que Casanova llegó con la promesa de realizar la serie y vendió que su idea era destacar los paisajes de Sonora y atraer turismo a la región. Así, siempre según el hostelero, Casanova solicitó recursos de hosteleros locales, quienes ofrecieron servicios de alojamiento y comida para el equipo de grabación.

“Yo tengo un restaurante, soy socio de un hotel y le dimos apoyo con hospedaje y alimentación, incluso llegamos a cubrir el costo de vuelos desde la Ciudad de México para que él y su equipo llegaran a Hermosillo”, asegura el empresario en una conversación por mensajería instantánea en la que afirma que, durante los ocho meses que Casanova vivió en Sonora, mantuvo expectativas de que la grabación comenzaría en cualquier momento, al tiempo que solicitaba recursos y apoyo tanto de empresarios como de las autoridades municipales.

Este lapso de tiempo coincide con las fechas de la entrevista que ofrece Casanova para Tribuna y con el vídeo de la presentación de la serie, ya en septiembre de ese mismo año, anunciando a su vez el inicio del rodaje para tres meses después. El hostelero asegura que Casanova no solo acudió a hosteleros y empresarios, sino también a diversas instituciones y autoridades municipales de varias localidades de la zona, con el fin de presentar la serie como un proyecto único que impulsaría el turismo.

En estos municipios -tal y como se puede comprobar en Google-, Casanova participó públicamente en eventos y conferencias de prensa, y también se organizaron castings de extras. En todo momento se anunciaba el inminente inicio de las grabaciones. Sin embargo, a pesar de los recursos y espacios públicos que le fueron facilitados, los trabajos nunca llegaron a ningún puerto.

Casanova se niega a comentar los hechos

Por su parte, Casanova, preguntado por este episodio, ha rechazado comentar su papel en los hechos denunciados y ha asegurado que en aquella producción estaba bajo el mando de una productora y que no fue responsable directo de lo ocurrido en Sonora. “Yo trabajaba para otras personas. No me vayan a meter en ese lío, porque en ese lío yo no tengo nada que ver. Yo trabajaba para una empresa donde había muchas personas”, asegura Casanova, quien aparece en la mayoría de publicaciones rastreadas por internet como escritor y productor de la serie

Casanova subraya que prefiere mantenerse al margen de este asunto, y ha insistido en que su papel en la producción fue como empleado de una productora, Perreo Films, que aún sigue activa, y de la que ha preferido desvincularse. “No tengo comentarios porque no me quiero meter con esa gente ni con esa productora”, se defiende el promotor.

“Una mentira con otra mentira”

Por su parte, el hostelero que contactó con este periódico apunta que, al igual que ha ocurrido en Córdoba con algunas de las empresas y artistas que iban a participar en el festival, en Sonora no hubo documentos formales de compromiso en la producción, y lamenta que se confiara en Casanova de manera verbal.  “El tipo no va dejando huella, no hay una firma en lo que refiere a los acuerdos que hizo con nosotros. Ni siquiera se hicieron contratos formales, y todo fue verbal, de buena fe, confiando en sus palabras”, recalca este afectado, que define a Casanova como “una persona que cierra una mentira con otra mentira”.

Además, entiende que, al igual que ocurrió en Sonora, en Córdoba haya habido administraciones públicas que han entrado al juego de Casanova: “Los ayuntamientos no tienen la culpa de haberlo apoyado, porque cuando alguien se presenta con ideas que pueden ayudar a un pueblo, haces lo posible por apoyarle”, comenta el hostelero, que llegó a contactar hace semanas con personas de Córdoba que habían comenzado a sospechar de la actitud del promotor del Noctámbulo Film Fest.

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