La contaminación mejoró en el año de la pandemia aunque el ozono sigue arrojando valores muy altos en Córdoba
2020 pasará a la historia por muchas cosas. También por ser el primer año en la última década en el que mejoró la calidad del aire respirado en toda España. Eso sí, con matices. Aunque en Córdoba ha mejorado mucho el aire respirado por sus ciudadanos, el ozono, uno de los principales contaminantes en la ciudad (motivado sobre todo por el calor combinado con el tráfico), ha aumentado en la estación de medición de la zona de Lepanto, según el informe elaborado a nivel nacional por Ecologistas en Acción.
Según el informe de Ecologistas, los niveles de ozono han sido significativamente más bajos que en años anteriores. En conjunto, se redujeron las superaciones del valor objetivo legal en un 48% respecto al promedio del periodo 2012-2019, siendo las registradas en 2020 las más bajas de la última década, salvo en la Bahía de Algeciras y la aglomeración de Málaga. La mejoría de la situación ha sido en especial relevante en las zonas industriales de Bailén, Huelva, Carboneras y Puente Nuevo (las dos últimas con sus centrales termoeléctricas paradas). De manera puntual, el ozono aumentó en algunas estaciones industriales y urbanas de la Bahía de Algeciras (Cortijillos, Campamento y Guadarranque), Almería (Mediterráneo), Córdoba (Lepanto), Málaga y Costa del Sol (El Atabal), en Sevilla y su área metropolitana (Torneo y Dos Hermanas). “Si tenemos en cuenta el valor guía que recomienda la OMS, en el 2020 buena parte de las estaciones andaluzas habría sobrepasado todas las superaciones”, señala el documento.
En concreto, en el caso de Córdoba, el ozono ha sido alto y considerado peligroso para la salud durante 38 días al año, de media, durante 2020. En 2019, en la estación de Villaharta, el ozono fue alto durante casi 80 días del año, según el informe anterior de Ecologistas en Acción.
¿Qué es el ozono?
El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias.
Por inhalación, provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.
El ozono troposférico es el contaminante que presenta en España una mayor extensión y afección a la población y a la vegetación, con unos niveles al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante la primavera y el verano, por efecto del cambio climático.
La calidad del aire ha mejorado
“El factor esencial para explicar la mejoría de la calidad del aire durante 2020 es la reducción general de la movilidad y la actividad económica derivada de los dos estados de alarma declarados para combatir la COVID-19”, analiza la organización. También apuntan al cese de actividad de centrales eléctricas térmicas. Los registros del año pasado muestran una “reducción notable” en las concentaciones de díoxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2). “Es más matizado para las micropartículas”, que se han revelado como un tóxico muy dañino para la salud humana, añade la revisión.
En Córdoba, por ejemplo, la contaminación asociada al tráfico se redujo en un 60% durante los meses clave del estado de alarma, según el informe de los Ecologistas. Fue la mayor reducción y la mejora más notable en la calidad del aire de toda Andalucía.
Adiós a Puente Nuevo
Por otra parte, el informe destaca cómo ha desaparecido otro foco de contaminación en la provincia: la central térmica de Puente Nuevo, que se alimentaba de quemar carbón. Su cierre durante el año 2020 ha motivado que mejore de manera muy sustancial la calidad del aire en esta zona de Córdoba.
“La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando el tránsito peatonal, la bicicleta y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión y declarar sin dilaciones un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo”, asegura el colectivo.
“La crisis de la Covid 19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria son las únicas herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales. La dramática situación creada por la pandemia corrobora que la reducción de las emisiones urbanas mejora la salud pública y la vida ciudadana”, concluyen.
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