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El colectivo queer de Córdoba denuncia un altercado verbal con un vigilante de seguridad durante un evento

Bandera LGTBI | PIXABAY

Redacción Cordópolis

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El colectivo qeer Nosotres somos QueerCor ha denunciado mediante un escrito un incidente verbal que uno de sus miembros habría sufrido el pasado 7 de mayo en el evento ElectronicLunch después de que dos vigilantes de seguridad le pidiera a uno de los miembros del colectivo que se pusiera unos pantalones que se había quitado, aunque esta persona llevaba también encima un vestido. Mientras que uno se disculpó minutos después, según la organización, el segundo le espetó “gilipollas” al miembro del colectivo objeto de este incidente.

En un comunicado, el colectivo asegura que minutos después de que uno de sus compañeros se quitaran los pantalones, donde los profesionales de seguridad se acercaron a él, indicándole que se “volviera a colocar los pantalones”. “Aunque les pedimos amablemente que reflexionaran acerca de lo inadecuado de su petición, se mantuvieron en una inflexible negativa al diálogo. Tras un breve y acalorado intercambio de palabras, uno de los vigilantes se retractó, pidió disculpas y abrazó a nuestre compañere interpelade, que ya se había puesto los pantalones para, dentro de su estado de intimidación, evitar una escalada de tensión. El otro profesional, sin  embargo, se retiró del espacio”. 

Seguidamente, afirma el colectivo, “y después de atender a nuestre compañere que estaba en un  estado de ansiedad, decidimos abandonar el evento. Mientras nuestre compañere recogía su bicicleta, situada a escasos metros de la entrada y lugar de reunión del grupo de vigilantes, escuchó cómo uno de estos recriminaba a otro el haberse disculpado con nosotres. En ese momento nuestre compañere se sintió nuevamente ofendide y reclamó que estaba siendo sujeto de violencia homófoba. El vigilante  interpelado en ese momento dijo: ”Gilipollas serás tú“, no sabemos si movido por n  haber entendido el comentario de nuestre compañere o con el objeto de manipular los términos que se habían empleado. A partir de aquí se generó un altercado verbal que  finalizó con nuestro abandono del espacio ante la negativa del vigilante a reflexionar sobre sus actos y modificar su conducta”. 

Para la organización, este desencuentro “es sintomático de la violencia que se ejerce contra nuestros cuerpos al expresarse de forma no binaria en una sociedad cuya estructura binarista persigue nuestra disidencia. El efecto de esta violencia simbólica en nuestre compañere ha resultado en una desestabilización de su confianza y un miedo a denunciar la situación por temor a no ser adecuadamente recibide por las instituciones”. Desde QueerCor han manifestado que “la violencia contra la autonomía de su cuerpo es un atentado contra todos nuestros cuerpos”.

“La violencia desde el binarismo existe y se manifiesta tanto en el ámbito físico como en  el simbólico y verbal, como precisamente ha ocurrido en este caso. Llevar un vestido no es una conducta inapropiada. Más bien la sociedad debería reflexionar sobre la  imposición de vestimentas según el género, y más aún tratándose de un espacio público. Como ya hemos dicho, este altercado, por desgracia, es solo un reflejo más del  constante cuestionamiento y hostilidad a los que nos vemos sometides por el mero  hecho de querer expresarnos bajo nuestras condiciones”.  

“Y si no fuera suficiente argumentar que este hecho es indudablemente una agresión  la mera existencia de nuestre compañere por lo ya referido, podemos señalar que nos  encontramos ante un hecho en el que se vulneran los valores superiores reconocidos  internacionalmente, derechos como la igualdad, la libertad y la dignidad. Estas garantías  están reconocidas universalmente por la Declaración Universal de los Derechos  Humanos (1948); por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) y por  el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966)”.

Por último, el colectivo ha manifestado que este altercado “supone una vulneración de los derechos de nuestre compañere, pues se le trató de forma discriminatoria en una situación que no era justificable porque no suponía de forma alguna un altercado para el evento en cuestión; se le trató diferente por ser quien es y por cómo se mostraba. Se vulneró su dignidad, pues se le humilló y  se le puso en una situación completamente incómoda e innecesaria, nuevamente por el  hecho de ser, por como se mostraba. Se vulneró su dignidad, porque le impidieron el simple hecho de ser. Rechazamos por completo esta situación y les pedimos a las instituciones que hagan lo  mismo, pues el silencio y la indiferencia ante este tipo de casos son los causantes  directos de que el odio y la discriminación se perpetúen, concluyen. 

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