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“Es el camino para cerrar heridas”: las exhumaciones en la fosa de La Salud estudian ya a una docena de represaliados

Carmen Reina

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Sobre una tabla, los huesos de un varón se disponen conformando los restos de su esqueleto. En el cráneo, un orificio de entrada y otro de salida de proyectil. Es una de las personas que fueron ejecutadas por la represión franquista y enterrada en la fosa común abierta en el cuadro de la Virgen de los Dolores del cementerio de La Salud de Córdoba. Es una de las miles de personas que fueron ejecutadas, fusiladas o murieron en la cárcel siendo presos del régimen franquista y de las que, más de 87 años después, se han comenzado a recuperar sus restos.

Los trabajos en las fosas de La Salud han extraído ya más de un centenar de cuerpos, la mayoría de enterramientos normalizados. Pero no ha sido hasta pocas fechas cuando se ha llegado a la cota de terreno en la que han empezado a aparecer los restos de las víctimas de la represión. A 2,60 metros bajo el nivel actual del terreno, el equipo de especialistas trabaja ahora en la extracción de los restos y su posterior estudio biológico, para detallar en un informe -individuo a individuo-, todos los rasgos de cada persona que ayuden en un futuro a cotejar su restos y muestras de ADN para su identificación.

Este miércoles, todo este proceso ha tenido unos testigos especialmente emocionados. Colectivos memorialistas y algunos familiares de las víctimas han podido seguir los trabajos que se llevan a cabo, a pie de fosa y en el laboratorio, con las explicaciones detalladas de los especialistas que las realizan. Es un paso anhelado durante décadas, poder ver el momento en que se empiezan a recuperar los restos de sus familiares. “Este proceso ya es el camino para cerrar heridas”, describía el coordinador de los trabajos en La Salud, Daniel Quiroga. Con él al frente está el equipo de Themis Córdoba, la empresa encargada de realizar estos trabajos y conformada por una veintena de especialistas, entre antropólogos, sociólogos, arqueólogos, historiadores, topógrafos, cartógrafos y conservadores.

Hasta el momento, “estamos en proceso de estudio con entre 12 o 14 personas” de las víctimas represaliadas que se encuentran en la fosa de Virgen de los Dolores. “Sabemos ya que seis o siete muestran lesiones perimortem o fueron ejecutados”. También tratan de confirmar que otra de las víctimas fue fusilada. Unas fueron arrojadas directamente a la fosa, aparecen boca abajo, mientras en otros casos aparecen ataúdes. Trabajan con la ide que ahora mismo están en el estrato de la víctimas de la represión entre febrero y marzo de 1937.

Visita de los familiares a los trabajos de exhumación

A los colectivos memorialistas y familiares se les ha explicado cómo se han llevado los trabajos desde su inicio en otoño del año pasado hasta ahora y han comprobado con sus propios ojos como el equipo trabaja extrayendo los huesos que la tierra devuelve en la excavación. A pie de fosa, el presidente de la asociación de familiares Dejadnos Llorar, Antonio Deza, y otros miembros de la misma siguen atentos toda la información. Y agradecen -una y otra vez-, que los expertos estén haciendo esta tarea y se les dé la oportunidad de seguirlas de cerca. La esperanza de encontrar a sus familiares nunca se apaga, aunque sea algo aún lejano, pero el hecho de ver que la tarea se lleva a cabo, da consuelo a la larga espera.

Luego, también han podido pasar a la zona de laboratorio, donde se disponen los restos. Una vez exhumados por secciones anatómicas para facilitar el estudio de cada individuo, se disponen en una mesa y se procede a su estudio y fotografía. De cada individuo se realiza un perfil, un informe donde aparecen datos desde si es hombre o mujer, se toman medidas de huesos, su posible estatura, horquilla de edad, o si los restos muestran, por ejemplo, que tenía alguna patología. Las lesiones que puede presentar -como los orificios de proyectiles-, ayudan a conocer si fueron objeto de ejecuciones o fusilamientos, las fracturas perimortem también dan muestra de las causas de su muerte.

En la sala de al lado, se realiza un estudio similar con los objetos que aparecen con cada individuo. Un zapato y monedas están siendo objeto de análisis cuando se realiza la visita. Pero también lo son los botones, peines u otros objetos que aparecen con los restos óseos.

Con todo ello, cada uno de los cuerpos exhumados cuenta con una ficha e informe completo, que se digitaliza y servirá para las fases posteriores. Queda la extracción de muestras de ADN del núcleo de hueso, una parte de hueso largo y una pieza dental. Todo ellos servirá para que la Universidad de Granada, encargada de realizar las identificaciones de ADN de las víctimas exhumadas en toda Andalucía, pueda hacerlo con los restos extraídos de los cementerios de Córdoba.

En las estanterías del laboratorio se pueden ver dos cajas ya cerradas. Ahí están los restos de dos individuos, guardados en bolsas de plástico por secciones anatómicas, signadas y numeradas, de los que ya se ha terminado el estudio de sus restos, a la espera de las muestras de ADN y su guarda en custiodia.

Fosa con enterramientos normalizados y víctimas de la represión

Mientras, los trabajos sobre el terreno continúan para extraer a la totalidad de las víctimas. Trabajan sobre uan fosa creada en el año 1932, que se usó como depósito colectivo en esos años y posteriores, con enterramientos normalizados, hasta que llegó la represión y se utilizó para depositar allí a las víctimas.

Se ha constatado ya, por ejemplo, que hay víctimas de bombardeos de 1938, además de otros enterramientos de 1948 y 1958. Pero el gran trabajo de recuperación de la memoria para las víctimas y sus familiares se centra en rescatar los restos de los represaliados que, los sondeos, los testimonios orales y la documentación, sitúan en el cuadro de la Virgen de los Dolores, además de en otros cuatro cuadros de la zona alta del cementerio.

Precisamente hace poco más de dos años, en octubre de 2021, las excavaciones en el cuadro de la Virgen de los Dolores del cementerio de La Salud de Córdoba hallaron, bajo metro y sesenta centímetros de terreno, los restos de al menos trece personas, asesinadas y arrojadas unas encima de otras, confirmando la aparición de una gran fosa común de represaliados de la Guerra Civil. Sondeos como ese y los del cementerio de San Rafael arrojaron certeza sobre la realidad que testimonios orales y escritos, además de pruebas fotográficas, habían descrito: más de 4.000 personas fueron represaliadas y asesinadas durante la Guerra Civil y el franquismo en Córdoba, y arrojadas en su día a fosas comunes de ambos camposantos.

Ahora, más de 87 años después del inicio de aquel horror, las exhumaciones de las fosas que guardan los restos de las personas represaliadas comienzan a rescatarlos para siempre.

Fosas localizadas en La Salud y San Rafael

Los trabajos se han iniciado en la fosa común situada en el cuadro de la Virgen de los Dolores, en el cementerio de La Salud, en la que se calcula que puedan estar sepultadas entre 500 y 800 víctimas asesinadas en los primeros meses del golpe militar en 1936.

Cerca, en el cuadro de San Ramón también se hallaron restos de personas represaliadas y se exhumaron a más de una veintena, obteniendo pruebas de ADN para cruzarlas con la de los familiares que buscan los restos de sus seres queridos. En otro cuadro, el de San Plácido, las catas arqueológicas también dieron resultado positivo y se sabe que allí reposan más represaliados en una fosa común.

En total, el estudio documental previo sobre las fosas del cementerio de La Salud y del de San Rafael señalan que en ambos camposantos de Córdoba se enterraron a más de 4.000 víctimas del golpe de estado de 1936 y el franquismo. Por eso, durante todo este tiempo, sus familiares han llamado a su petición de justicia y reparación, La causa de los 4.000.

Financiación de cuatro administraciones y la espera de los familiares

De su incansable reclamación nació el compromiso que alcanzaron las cuatro administraciones -Gobierno central, Junta de Andalucía, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Córdoba-, para financiar la mayor tarea de recuperación de víctimas en las fosas de ambos cementerios. En total, 1,6 millones de euros, a partes iguales entre las cuatro administraciones, gracias a un convenio de colaboración firmado por todas las instituciones en diciembre de 2020. Hasta casi tres años después, no ha arrancado la tarea de exhumación que acordaron.

En ese tiempo se llevaron a cabo distintos sondeos para ubicar las fosas que testimonios y documentos sitúaban en los cementerios de La Salud y en San Rafael. Y en ambos casos, el resultado fue positivo, hallando restos de personas represaliadas en 1936 y años posteriores, localizando así la ubicación exacta de las fosas en cada uno de los camposantos.

De un lado, en La Salud los trabajos de sondeo han concluido con el hallazgo de varias fosas en distintos cuadros del cementerio, entre ellos un enterramiento común de gran envergadura. De otro lado, en San Rafael, los expertos dieron finalmente con restos de varios cuerpos que alumbraban la ubicación de la fosa de este cementerio. El retraso en los plazos ha conllevado una reprogramación de las tareas de exhumación que ahora se prevén desarrollar hasta el año 2025.

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