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La caducidad del primer proyecto y los nuevos requisitos ambientales hacen inviable la autovía de la N-432 en Córdoba

Acceso a la carretera N-432 desde Córdoba capital

Alfonso Alba

28 de diciembre de 2025 19:59 h

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No habrá autovía que sustituya a la carretera N-432 a su paso por Córdoba a corto ni a medio plazo. La caducidad del proyecto original y los nuevos requisitos ambientales hacen inviable la construcción de un nuevo trazado de cuatro carriles entre Zafra (Badajoz) y Granada, atravesando de noroeste a sureste toda la provincia de Córdoba.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, ya anunció en una visita reciente a Córdoba que el Ejecutivo iba a centrar sus esfuerzos de construcción de una autovía en los alrededores de Granada y en la conexión de Badajoz con Zafra. En el resto del trazado se trabajaría en mejorar su seguridad, construyendo carriles para vehículos lentos y rectificando curvas. Pero nada de una autovía nueva.

Las palabras de Puente llegaron antes de las respuestas oficiales del Gobierno en el Senado. Primero, el Ejecutivo informó a los senadores del PP, que habían preguntado, que el tramo entre Córdoba y Granada no había logrado superar la declaración de impacto ambiental, necesaria para poder autorizar una obra de esa envergadura. Apenas días después llegó una segunda respuesta, en la que señalaba que el tramo entre Zafra y Espiel tampoco lo iba a lograr, ya que en la zona prevista en el nuevo trazado había una presencia importante de linces ibéricos. El tramo entre Espiel y Córdoba estaba descartado de inicio, ya que atravesaba el corazón de Sierra Morena y era inviable que el Ejecutivo (y Europa) autorizase la construcción de una nueva brecha más.

El proyecto para construir esta autovía, la A-81, se topó con la crisis. El primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fue quien encargó el estudio. Se llegó a presupuestar la obra, unos 1.300 millones de euros, y hasta a dividir en 20 tramos. Pero la crisis de 2008 que se convirtió en una de deuda pública en 2011 forzó al Gobierno a suspender los planes para construir nuevas infraestructuras por exigencia de la Comisión Europea.

El posterior Gobierno de Mariano Rajoy fue prorrogando su intención de sacar adelante las obras, que tenían el estudio informativo y el de impacto ambiental aprobados, hasta que finalmente los proyectos caducaron. El Ejecutivo de Pedro Sánchez retomó la intención de construir la autovía. Pero con los proyectos caducados, tuvo que empezar de cero. El problema es que en estas dos décadas la normativa ambiental ha cambiado y se ha hecho mucho más dura. Ahora, abrir un nuevo trazado para una autovía es casi ciencia ficción. Y así se ha demostrado para el tramo entre Córdoba y Granada, que aparentemente presenta menos problemas ambientales que el del norte. Todo el recorrido está jalonado de tierras de labor y olivares, salvo en la zona de la Subbética. A pesar de ello, el informe ambiental ha sido negativo.

Por otra parte, y según ha podido saber este periódico, ha pesado el problema de la financiación. Hasta prácticamente 2011, las grandes infraestructuras de carreteras y autovías las pagaba en su mayor parte Europa. A través de los fondos comunitarios, destinados a mejorar las infraestructuras de transporte de los países europeos, Bruselas dedicó miles de millones de euros para que España construyera autovías y líneas de tren de alta velocidad. Con la nueva estrategia europea, cristalizada a través de los fondos Next Generation y sobre todo tras la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania, Europa optó por financiar aquellas infraestructuras de transporte sostenible. Es decir, ferrocarriles.

El objetivo europeo pasa ahora por sacar la mayor parte del tráfico pesado de las carreteras y autovías, y subirlo a trenes. Ese es el objetivo de la autopista ferroviaria entre Algeciras y Zaragoza que tendrá un nudo logístico en Córdoba. Y es donde está el dinero europeo. Una obra como es construir una autovía de cero tendría que ser financiada a pulmón por el Gobierno de España.

Por otra parte, se alude a que la intensidad del tráfico de la carretera N-432 no es tan alta como para construir una autovía, algo con lo que están radicalmente en contra los alcaldes de la zona. El tramo entre Córdoba y Baena sí que presenta altos picos de demanda. E incluso entre Córdoba y Espiel. Por eso, Transportes señala que el objetivo pasará por mejorar el trazado actual, no por construir uno nuevo. El sueño de la N-432 aparece ya totalmente desdibujado.

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