Rafa Jurado, el enfermero cordobés que recorre las casas de Madrid haciendo pruebas de coronavirus
Los contagios por coronavirus en España no dejan de crecer. A la espera del parte de este viernes, el número de personas afectadas es ya de 17.147, los muertos ascienden a 767 y los dados de alta son 1.107. Aunque ninguna comunidad autónoma ha quedado exenta de sufrir esta pandemia, Madrid es la que más contagiados tiene, con 6.777. Los profesionales sanitarios están al borde del colapso y sus peticiones de material son cada vez más frecuentes. Rafa Jurado, un enfermero cordobés, es uno de los trabajadores que se encuentra trabajando a destajo en Madrid y viajando por las casas realizando las pruebas del coronavirus desde el pasado 9 de marzo.
Llegó hace dos años y medio a la capital, cuando empezó a trabajar en el Hospital 12 de Octubre, donde ejercía en quirófanos -dada su especialidad en cirugía cardíaca- y realizaba suplencias en atención primaria. Una vez finalizado su contrato, que era una sustitución por baja de maternidad, le ofrecieron trabajar en la Asistencia a Domicilio, dedica a confirmar los nuevos casos de coronavirus en la Comunidad de Madrid.
Desde que estallara la crisis, confiesa que los protocolos han ido cambiando para adaptarse a las necesidades más urgentes que ha ido teniendo la población madrileña. “Durante mi primera semana de trabajo, la unidad de Asistencia a Domicilio atendía a gente que necesitaba valoración o era sospechosa de tener el coronavirus”, cuenta este enfermero, que en todos sus trayectos va acompañado de un médico y dos conductores.
Tras un cambio de protocolos por porte de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, la asistencia a domicilio pasó a centrarse en “pacientes confirmados con coronavirus y en otros que padecen enfermedades crónicas y que no pueden acudir a los centros de salud por estar aislados”. Entre otras asistencias, Jurado realizaba curas, hacía el segimiento Sintrom y controlaba el estado de pacientes hipertensos.
Sin embargo, el auge de personas infectadas en Madrid ha llevado a un nuevo cambio en el protocolo y, ahora, Jurado y sus compañeros acuden también a las viviendas de los médicos y profesionales sanitarios que tienen síntomas del virus y que han dejado de trabajar. La necesidad de personal en los hospitales públicos madrileños es apremiante por lo que la detección de contagios negativos es primordial para la Comunidad de Madrid. La prueba consiste en la obtención de una muestra de saliva a través de la garganta y utilizando un bastoncillo un poco más largo que el empleado para los oídos.
El incremento de los contagios ha llevado a que las unidades de Asistencia a Domicilio se multipliquen, explica este enfermero, pasando de dos equipos a una decena. Durante el pasado martes, Jurado realizó un total de diez pruebas aunque sabe que otros médicos y enfermeros han llegado a hacer hasta 30 en una jornada. A pesar del riesgo al que este cordobés está expuesto a diario, asegura que los Equipos de Protección Individual (los denominados EPIs) todavía no escasean en su unidad, lo que le hace afrontar su trabajo sin inseguridad alguna.
Sin embargo, sí pide más material para el resto de sus compañeros que ejercen en los hospitales, como en el Hospital 12 de octubre, “donde están a rebosar”. Como vecino de Madrid considera que las medidas deberían haber llegado antes aunque ahora sólo queda batallar para vencer a este pandemia lo antes posible. Por el momento, su contrato de trabajo se renueva mes a mes y todo parece indicar que continuará hasta que Madrid tenga controlada la crisis. Cuando todo acabe, Jurado volverá a retomar el sueño que le llevo a estudiar la carrera: ser enfermero perfusionista.
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