Cómo un pueblo de apenas 2.300 vecinos se hace con robots y realidad aumentada para fijar población
La Victoria es un pequeño pueblo de Córdoba de apenas 2.312 habitantes, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque ha perdido población en la última década -73 vecinos-, el drama del despoblamiento no se cierne aún sobre este municipio, pero su Ayuntamiento busca anticiparse a lo que pudiera pasar. Para ello, en un local de la calle Velázquez, ha creado La Victoria Robot Hub, un espacio compuesto por multitud de herramientas tecnológicas relacionadas con la robótica social, la realidad aumentad y el metaverso; un proyecto que ha tenido una inversión cercana al medio millón de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea y los fondos NextGeneration.
De la mano de la empresa Futura Vive, La Victoria Robot Hub es una exposición permanente de este tipo de tecnología, a la que hay que sumar realidad virtual, y que podrá ser visitada por colegios y ciudadanos, de manera gratuita, hasta el próximo 31 de diciembre, tal y como han apuntado desde la entidad. En este espacio se podrán ver mesas y pantallas inteligentes, un robot recepcionista, hologramas, un asistente holográfico e implementación del metaverso. A partir del 1 de enero, el precio de la visita a esta exposición, así como interactuar con la misma, tendrá “un coste simbólico de cinco euros”, ha explicado el CEO de Futura Vive, Roberto Menéndez.
Esta primera pata del proyecto es fundamental, apunta este empresario, “ya que educará a la población en las nuevas tecnologías dado que la colección no es algo que se suele encontrar en un entorno rural, ni en Andalucía, España o Europa”. Además, habrá talleres para conocer más esta tecnología “que redundarán en el beneficio de los ciudadanos”, ya que promoverán el uso de las tecnologías disruptivas en la actividad comercial y turística del municipio.
Esta es la segunda pata del proyecto, ya que todas estas tecnologías también serán colocadas en calles y lugares públicos de La Victoria. En concreto, en el ayuntamiento se instalarán un robot recepcionista, un asistente holográfico, una pantalla inteligente y un smart locker -taquillas automáticas-; un robot camarero, en el local juvenil del municipio; cuatro hologramas, en el Paseo de la Victoria y en las calles Córdoba y Cronista Crespín Cuesta; y pantallas inteligentes en el colegio del pueblo, en la Casa de la Cultura, en el local juvenil, en el centro cívico, en la escuela infantil y en el recinto ferial.
Todo el entramado se complementa con una torre fotovoltaica en el ayuntamiento y un coche eléctrico con punto de carga. La instalación de la torre fotovoltaica es parte de la iniciativa de sostenibilidad y economía circular y tiene como objetivo principal proveer una fuente de energía renovable y sostenible para apoyar las actividades comerciales y comunitarias en La Victoria. Esta infraestructura no solo contribuirá a la reducción de la huella de carbono del municipio, sino que también servirá como un modelo de innovación y tecnología verde.
Durante la presentacióni del proyecto, el gerente del Grupo de Desarrollo Rural del Medio Guadalquivir en Córdoba, Jesús Orcaray, se ha referido a la importancia de esta iniciativa local para fijar población joven al territorio, la denominada “generación digital”. La delegada de Empleo de la Junta de Andalucía, María Dolores Gálvez, por su parte, se ha centrado en la necesidad de que el comercio local se adapte a ese “cambio radical” que supone incluir las nuevas tecnologías en su día a día porque “no podemos vivir a espaldas de ellas”.
A ello se ha referido el alcalde de La Victoria, José Abad, quien durante este lunes se reunió con comerciantes del municipio para explicarles el proyecto y las distintas tecnologías que ofrece. La principal pregunta de estos pequeños empresarios era saber cómo este proyecto “va a mejorar sus negocios”, por lo que ha insistido en la formación que van a recibir.
Por ello, “el reto es el cambio de mentalidad; saber que nuestros productos se pueden promocionar con las persianas bajadas y que nuestros clientes van a ser más allá de nuestros vecinos”. Asimismo, ha aludido a las oportunidades que este proyecto traerá para fijar a la población joven a un territorio que se levantó en el siglo XVI con el establecimiento del convento de los frailes Mínimos de San Francisco de Paula en Córdoba.
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