Iznájar saldría en diez días de su situación de emergencia pero la zona sur seguirá aplicando restricciones
La sequía se alivia, pero la escasez se mantiene. Al menos, en la zona sur de la provincia de Córdoba, según ha advertido la Mesa Social de la Sequía. Las lluvias de este año han aliviado la sed que padecía la provincia y han dejado embalses casi llenos en algunos puntos de Sierra Morena, como el sistema de abastecimiento a la capital desde el Guadalmellato. Pero hay otras zonas menos beneficiadas por las precipitaciones donde se mantiene la escasez. La principal: toda la zona al sur de Córdoba capital que se abastece del pantano de Iznájar, el mayor de Andalucía.
La sequía era tan profunda que Iznájar estaba en situación de emergencia desde hacía dos años. El embalse es tan grande que mantenía agua suficiente como para abastecer las necesidades de las 200.000 personas que viven al sur de Córdoba capital. Pero sobre el pantano también tienen derechos adquiridos los regantes del canal Genil-Cabra, que ya vieron cómo el año pasado apenas recibieron aportaciones. Poco a poco, este gigante hídrico va recuperándose, pero de una forma muy lenta. En su cuenca, la del Genil, ha llovido mucho menos que en Sierra Morena. Pero las escorrentías y el lento deshielo de Sierra Nevada hacen que poco a poco vaya acumulando agua.
Los ingenieros de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) calculan que Iznájar podría salir en unos diez días, si no llueve, de la situación de emergencia. Ese es el tiempo que necesitaría para acumular los 11 hectómetros cúbicos que necesita para alcanzar una reserva total de 251 hectómetros. Ese es el umbral fijado por la empresa provincial de Aguas de Córdoba, Emproacsa, para pasar de la situación de emergencia a alerta. La normalidad está mucho más lejos. Iznájar necesitaría alcanzar los 512 hectómetros cúbicos, una cifra que se considera casi imposible antes del verano, a no ser que se produzca la llegada de una nueva e intensa borrasca. En total, el embalse tiene capacidad para retener 920 hectómetros cúbicos de agua.
200.000 personas afectadas
Iznájar es el pulmón hidrológico de todo el sur de la provincia y de su situación depende de las restricciones de los municipios de Aguilar de la Frontera, Almodóvar del Río, Baena, Benamejí, La Carlota, Castro del Río, Doña Mencía, Encinas Reales, Espejo, Fernán-Núñez (en parte), Fuente Carretero, Fuente Palmera, Guadalcázar, La Guijarrosa, Iznájar, Lucena (en parte), Luque, Montalbán de Córdoba, Montemayor, Montilla, Monturque, Moriles, Nueva Carteya, Palenciana, Posadas, Puente Genil, La Rambla, San Sebastián de los Ballesteros, Santaella, La Victoria y Zuheros.
Actualmente, sobre estos pueblos ya pesan restricciones. Emproacsa bombea un 10% menos de agua a sus depósitos municipales y prohíbe el riego de parques y jardines, el baldeo y el llenado de piscinas. Además, insta a los ayuntamientos a publicar bandos municipales haciendo recomendaciones a la población para reducir el consumo y busca nuevos recursos en la zona.
Pero, ¿qué supondría pasar de emergencia a alerta? Sobre el papel, seguiría prohibido el uso de agua potable para llenar piscinas durante este verano. Pero se reducirían en parte algunas restricciones. Emproacsa podría, si así lo decidiese, mejorar el bombeo de agua a los depósitos municipales. Y permitiría el riego de parques y jardines, aunque con medidas de ahorro, además de que vuelvan a funcionar las fuentes ornamentales.
Solo en situación de normalidad, los municipios del sur de la provincia se librarían de las restricciones y de las medidas de ahorro, se podrían volver a llenar piscinas, las fuentes manarían sin problema y la sequía formaría parte de los recuerdos del pasado. Pero eso solo lo puede cambiar que siga lloviendo de manera abundante.
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