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La lucha contra el silencio y el miedo a informar

Redacción Cordópolis

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El colectivo 'Periodistas de a Pie' gana el premio de periodismo Julio Anguita Parrado por su misión de formar y apoyar a los periodistas amenazados en México

Tienen sólo un habitación con libros, revistas, un par de ordenadores y una silla que es una caja llena de viejas publicaciones. Si el tiempo lo permite en la Ciudad de México también cuentan con una pequeña azotea en la que colocan una mesa de camping para trabajar. “Esto es todo. Esto es Periodistas de a Pie”, me cuenta Daniela Pastrana, directora ejecutiva de esta red de periodistas que acaba de recibir el Premio Julio Anguita Parrado.

“Pensamos este nombre cuando nos fundamos porque queríamos reivindicar un periodismo que va a la calle, a los temas sociales”, comenta Pastrana. Sin embargo, en el inicio no había otra idea que la de mejorar el trabajo periodístico. Por ello comenzaron la labor de capacitación: organizar talleres, conferencias… Hasta que “nos agarró la violencia como en 2008 y se empezaron a generar espacios de violencia y silencio. Nuestros compañeros periodistas empezaron a tener miedo y a generar estrategias de censura en su trabajo”, cuenta Margarita Torres, la “académica” tal y como le define Daniela porque ejerce profesionalmente como profesora en la Universidad Iberoamericana.

Fue en mayo de 2010, tras el fallecimiento de Armando Rodríguez, cuando redefinen la labor de Periodistas de a Pie porque fue el año en el que más periodistas fueron asesinados en México. El colectivo incorporó a su ideario de forma clara la lucha y defensa por la libertad de expresión y los derechos humanos. “Iban cayendo compañeros reporteros, casi uno por mes…”, recuerda Daniela con la emoción en la voz y en los ojos. Y se vuelve a emocionar al citar el momento en que más de 2000 periodistas salieron a la calle en DF bajo el lema “los queremos vivos”, como consecuencia del secuestro de cuatro reporteros en Durango que fueron liberados con vida tras dos semanas intensas.

Así comenzaron a hacer esta labor silenciosa “con la idea de que para cambiar algo había que fortalecer el periodismo en los estados, sobre todo en los más complicados”. Siguieron con los cursos formativos y con un diplomado de derechos humanos que reunió a gran cantidad de compañeros de todas las regiones del país, una estrategia que fue clave para articular esas redes de periodistas que sirven para autoprotegerse.

Golpes duros para el periodismo

Sin embargo, vinieron años difíciles para los colegas de Veracruz en 2012 y 2013. “Los sentía tan solos, tan lejos de nosotros y con tanto miedo... Yo me obsesioné con esta cuestión, para mí era algo personal ya”. Daniela afirma ahora sentirse casi como una madre para ellos y cada vez que ha surgido una situación difícil -“golpes duros”, como los define- corre a darles apoyo 'in situ' porque cree que es muy necesario.

Saltan nombres de colegas caídos como Regina Martínez o Gregorio Jiménez, que detonaron otra manifestación multitudinaria que unió a toda la profesión bajo una misma pancarta pero sobre todo una nueva misión clara para este colectivo, la de observación. “En esta evolución de nuestra labor no nos podíamos dar el lujo de abandonar los dos pilares, que eran la capacitación y la defensa de la libertad de expresión, pero sentimos que la investigación era el siguiente paso”, afirma Margarita. Se desplazaron a Veracruz para investigar la desaparición y muerte del compañero Goyo Jiménez, puesto que las autoridades no daban respuesta. “Es una de las mejores cosas que hemos hecho. En tres días dieciséis reporteros conseguimos más información que en dos semanas todo el aparato del estado de este país. Demostramos que somos buenos reporteros”, admite orgullosa Daniela.

Pero no hay que perder de vista que todo esto ocurre en un país que oficialmente no está en guerra y se mantiene en lo más alto de los rankings mundiales por ser uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo, equiparable a Irak. Con cierto enojo sostiene Daniela: “Estamos fingiendo que esto es una bonita democracia pero no se sostiene si sólo el 2% de los delitos son sancionados, el sistema judicial no funciona”. Aunque apostilla que la responsabilidad no es sólo de su país, México, sino de todos los aliados como Estados Unidos o Canadá, que cierran los ojos en pro de sus intereses económicos.

Marcela Turati, reconocida por Reporteros Sin Fronteras como una de las 10 mejores periodistas en zona de peligro, es miembro fundadora de Periodistas de a Pie. De hecho de ella parte la idea en 2007. Ahora se encuentra en España, donde recibe la noticia de este premio. Marcela se niega a definirse como activista o periodista: “Soy una periodista que defiende la libertad de expresión y el derecho de la gente a estar informada. Y quizás soy nueva en esto del activismo, pero me metí cuando vi que había muy pocos en esa trinchera contra el silenciamiento forzado. Lo hice porque creo que donde se instala el silencio gana la muerte y que hay que apostarle a la vida”. Y qué gran verdad… Marcela habla del gran problema de su país y confirma ese oscuro panorama, donde es difícil ejercer el periodismo. Lo peor es la impunidad con la que se cometen estos crímenes: “México es un país donde en los últimos 15 años han asesinado a 103 periodistas y han desaparecido 25. A partir del año 2010 es considerado tan mortífero como Irak. Estos crímenes no se investigan, no se castigan, permanecen impunes. Matar a un periodista no tiene castigo alguno. Las fuentes de riesgo son principalmente los funcionarios de gobierno y las organizaciones de delincuencia organizada, muchas veces coludidas entre sí”.

Pero Margarita pone vitalidad y una sonrisa a toda esta fotografía y nos cuenta que el periodismo está cambiando desde las aulas donde ella imparte ética y donde transmite esa labor de Periodistas de a Pie: “Hacemos una apuesta por el periodismo, por el valor que tiene la información. La información nos importa y nos importa que la sociedad señale y diga que vale la pena. Y hoy los estudiantes sean suficientemente creativos para enfrentar todas estas condiciones y hacer un periodismo diferente”.

El Premio de Periodismo Julio Anguita Parrado

“¿Heroica labor? No me siento nada heroica. Es lo que nos toca hacer. Yo elegí ser periodista hace muchos años y sé que esto implica cierto riesgo porque incomodamos a los poderes”, contesta Daniela refiriéndose al comunicado del premio fallado esta semana en la ciudad de Córdoba, en España. Todavía se están felicitando sin saber bien qué repercusiones tendrá la entrega de este premio. Sin embargo, Marcela agradece el orgullo y el entusiasmo de la solidaridad internacional: “El premio lo recibimos todas y todos los miembros del colectivo muy entusiasmados y nos hace sentirnos más comprometidos con la labor que estábamos realizando. Viene bien saber que en otras partes del mundo se mira con cariño lo que hacemos y se nos reconoce. Este premio además es especial porque honra la memoria de un colega, Julio Anguita Parrado, asesinado durante el ejercicio del periodismo. Nosotras, nosotros en México sabemos lo que es eso y cada muerte o desaparición de un periodista nos parece indignante”, sentencia la reportera de Proceso.

Lo recibe igual de orgullosa y emocionada Margarita: “Te hace sonreír y recordar a todos los que nos han ayudado y a los colegas que nos han acompañado en este tiempo a hacer Periodistas de a Pie y a recordar todos esos temas que no queremos que queden invisibles”. También cuenta Daniela Pastrana que aún no habían recibido la información oficial del fallo del premio, que apenas se habían enterado por la prensa, pero ya se muestra ilusionada con viajar a España y contar la experiencia de lo que viven en México. “Yo ya quiero retirarme. Quiero vivir en Burgos”, dice. Entre risas, le contamos que un buen destino para quedarse es Córdoba.

Generar espacios de publicación

Esos Periodistas de a Pie, que han crecido como colectivo en este devenir desde 2007, aprendiendo de los golpes, hoy lo conforman 11 personas junto a otros 40 periodistas que tejen esa red en todos los estados del país. No olvidan que un periodista debe informar y tienen varias publicaciones dirigidas a dar voz a esos colectivos silenciados. “Entre las Cenizas” es un libro y un website con 10 historias de lucha contra la marginación en este país que no se publicaría en otro medio y por eso surgió este libro. Además, editan un pequeño periódico para migrantes llamado “En el Camino”, puesto que sabemos que México es país de paso desde otras zonas de marginación de Centroamérica. Ofrecen información periodística útil, amena para estas personas que acuden a albergues y carecen de medios.

Daniela aprovecha la ocasión para hacer un anuncio que compete a esta misión de informar. En una semana sale la web “Pie de Página”, que recogerá estas historias que velan por los derechos humanos en todo el país y que según dice “dará visibilidad a muchos colegas que trabajan en México en la sombra y no encuentran espacios de publicación”.

Bien parece que Periodistas de a Pie no se cansa. Además han participado en la puesta en marcha junto a otras organizaciones y diversos medios de comunicación mexicanos del portal MexicoLeaks, con la idea de ofrecer una plataforma segura para la filtración de información y documentos de interés público que hagan más transparente esta sociedad. Un periodismo diferente y comprometido en un país que está cada vez más cansado del crimen y el miedo. Ése es el desafío en marcha del colectivo Periodistas de a Pie.

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