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Carmen Reina

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La Feria de Córdoba 2022 es la más esperada después de dos años en blanco por culpa de la pandemia de la Covid. Pero también es la que más obstáculos está teniendo para los colectivos y entidades que habitualmente montan su caseta en el recinto de El Arenal. De hecho, ya son ocho las que han dado un paso atrás y no estarán presentes en la Feria. Y el resto están en pleno montaje en una situación donde se ha sumado el cierre de proveedores por la pandemia, la subida de precios de los combustibles y su proyección en los materiales y la proximidad de las ferias de Sevilla y Jerez con la consiguiente escasez de materias y personal.

“Ha sido la tormenta perfecta”, explica a Cordópolis Miguel Sánchez, encargado en el montaje de la caseta La Puñetera, de la Asociación Cultural Claustro de Derecho. Cuenta que, a diferencia de otros años, en esta ocasión no se ha decidido “hasta marzo” que sí iba a celebrarse la Feria. “Otros años, empezabas meses antes a negociar el precio de las carpas y este año ha sido más tarde”. A eso se suma que, de esos proveedores de carpas y toldos, buena parte ha quebrado por la pandemia y sus consecuencias durante los dos últimos años. “Si antes había veinte empresas, ahora hay tres. Y eso se rige por la ley de la oferta y la demanda, subiendo los precios”.

El precio de la carpa por metro cuadrado estaba en la última feria en 2019 sobre seis euros. Ahora el precio se duplica: “Va de 12 a 15 euros. Yo he podido encontrarlo a diez”. Y lo mismo ocurre con el material para los suelos, los aires acondicionados y todos los materiales necesarios para el montaje de las casetas. “En general, la subida ha sido de un 40%”, calcula Sánchez.

El mismo problema lo han encontrado para montar la caseta El Cotarro. “Nos hemos encontrado con que en enero, al llamar a montadores de carpa, suelo, electricistas, fontaneros, todo lo necesario para el montaje, pintura, decoración... encuentro precios muchos más elevados. El doble”, confirma Fernando Salazar, uno de los cuatro socios de esta caseta. “El presupuesto para montar la caseta es casi el doble prácticamente. Si antes te podía costar de 20.000 a 25.000 euros, ahora el montaje se va de 40.000 a 50.000” asegura.

Con apenas tiempo para desmontar otras ferias y montar en Córdoba

A la quiebra de las empresas suministradoras por la pandemia y la escasez de materiales por ello, se suma la subida de precios de los combustibles y su repercusión en los siguientes eslabones de la cadena: “Si te tienen que traer materiales, el camión, el porte, te vale mucho más”, comenta Miguel Sánchez mientras acaban de descargar precisamente la puerta de la caseta y otros materiales.

Y, además, las fechas de otras ferias andaluzas ha apretado los tiempos de tal manera que faltan horas en el día, personal y materiales para desmontarlas y montar en Córdoba. “La feria de Sevilla ha sido en mayo y también la de Jerez. Están desmontando y trayendo las cosas para montar aquí. Los proveedores están trabajando de lunes a domingo...porque si no, no da tiempo. Yo todavía no tengo la máquina de aire acondicionado, que siempre está cuando empezamos a montar”, pone como ejemplo.

Porque ese tipo de maquinaria, como las carpas, son materias que se utilizan de una feria a otra, por las empresas proveedoras especializadas que se dedican a ello y que, tras la crisis por la pandemia, han visto mermado mucho su número.

A todo ello, la lista de costes sigue sumando los equipos de música, la decoración, la bebida y comida, el sueldo del personal que trabajará en la cocina, de camarero y de seguridad, además de las facturas por la electricidad, entre otras cuestiones.

Precios que repercutirán en las consumiciones

Lo que está claro es que la subida de precios que se están encontrando por una u otra causa para montar las casetas, acabará transfiriéndose en parte a los precios de la comida y la bebida que se pongan a la venta durante la Feria. “Todo eso repercutirá en los precios de las consumiciones”, dice Salazar. “Habrá que sufragar los costes”.

“Obviamente habrá que subir los precios, pero un 5% o un 10% si eres muy arriesgado. No puedes repercutir toda la subida en el cliente”, explica Sánchez. “Yo no puedo poner la cerveza a 5 euros”, pone de ejemplo.

Entretanto, El Arenal es un ir y venir de furgonetas y camiones, y de cuadrillas más o menos numerosas trabajando en cada caseta. Los encargados de las casetas consultadas cuentan que no han tenido problemas para encontrar personal para el montaje, que suelen contar siempre con un grupo en el que cada año cambian o se añaden algunas personas.

Aunque en algunos casos, como en La Puñetera, “hasta última hora hemos estado echando números para decidir si montábamos este año la caseta”, admite Sánchez. “No vas a montar para tener pérdidas”.

En el caso de El Cotarro, no se lo pensaron mucho. “No hemos dudado en montarla, porque sabemos que el que aguanta, es el que sigue. Como dejes de montarla un año, lo dejas, y queremos seguir haciéndolo”, dice, aunque admite que “este año está costando mucho más trabajo todo”.

Ocho casetas que no estarán presentes

Tanto está costando que algunos colectivos y entidades ya han dicho 'no' a estar presentes en la Feria 2022. De momento son ocho las que ya no aparecerán en el plano del recinto de El Arenal de este año: Fosforito, Dapines, La Regaora, CNT, Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, Alminar del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón, Círculo Cultural Juan XXIII y la Hermandad del Rescatado. En total, habrá 87 casetas confirmadas hasta este momento, once menos que en 2019, el último año que hubo Feria, cuando se autorizaron 98.

Las dificultades de este año están entre las razones de quienes no estarán en la Feria. Es el caso de Al-Zahara, que siempre ha tratado de montar una caseta de ambiente familiar y precios populares, como una de sus condiciones. Y en esta edición, eso no será posible. “El casetero que la tiene que montar, al ver incrementados los costes, debe repercutirlo luego en las tarifas, en los precios a los consumidores”, cuenta el presidente de la Federación de Asociación Vecinales, Antonio Toledano.

“Evidentemente, si un casetero tiene unos costes disparados, tiene que repercutirlo en los precios. Y ya no serían populares. No culpo a los caseteros. Pero al exigirles que pusieran precios populares, nos dicen que no”. Y, en el caso de Al-Zahara, la entidad no cobraba nada de alquiler al casetero, ni la caseta se cerraba para un día de socios.

“La Feria se está convirtiendo en otra cosa.... Solo es un negocio”, reflexiona sobre una situación que también ha alejado a los representantes de las asociaciones de vecinos de montar su caseta en la Feria este año 2022.

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