Los dos siglos en los que los cordobeses se podían bañar en el Guadalquivir en la ciudad
La búsqueda de un lugar donde refrescarse con las altas temperaturas que en estos días azotan a Córdoba hace tirar de memoria y recordar que el baño en el Guadalquivir fue posible durante más de dos siglos a su paso por la capital.
El Archivo Municipal de Córdoba ha difundido en estos días un documento que certifica que el baño en el Guadalquivir estuvo regulado ya desde 1750. La playa fluvial del río en la ciudad era frecuentada entonces por los cordobeses siguiendo las normas dictadas por el obispo de acuerdo con el Ayuntamiento, “señalando sitios separados para que se bañasen hombres y mujeres”, recuerdan, en lo que entonces se consideraba “cuidar de la moral pública”.
Así, desde mediados del siglo XVIII, el Guadalquivir a su paso por Córdoba fue un lugar donde refrescarse en días de calor y se podía decir aquello de 'aquí sí hay playa (fluvial)'. Los baños continuaron hasta finales de los años 60 del siglo pasado. De hecho, hay imágenes históricas de concursos de natación y hasta de saltos al río. Pero a partir de entonces, la progresiva contaminación de sus aguas llevó a limitar y hasta prohibir el baño en el río a su paso por el casco urbano.
En algunas ocasiones en los últimos años, como ocurrió en 2020, la arena y sedimentos arrastrados por el río han conformado alguna lengua de playa en el Guadalquivir y ha sido aprovechada por algunas personas para tumbarse a tomar el sol e incluso bañarse. Ambas actividades están prohibidas actualmente en este entorno protegido que se localiza en pleno casco urbano de Córdoba.
Además, en la zona que forma parte del Monumento Natural de los Sotos de la Albolafia rige un decreto que prohíbe cualquier acto de menoscabo, deterioro o desfiguración de los monumentos naturales, que implica sanción. Y existe otro decreto que establece “como actividad no compatible el baño y el acceso a las barras de sedimentos y a la colonia de reproducción de aves fuera de los itinerarios establecidos”.
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