Linternas y notarios para comprobar la fábrica de Pérez Giménez

Responsables de Globalaeronautic comprueban, junto a los administradores concursales, el estado de los laboratorios

Acompañados por linternas y un notario, los responsables de la multinacional Globalaeronautic y dos administradores concursales entraron ayer en la fábrica de los laboratorios Pérez Giménez para comprobar su estado. La fábrica lleva meses sin suministro eléctrico y más de un año sin fabricar ni un gramo de medicamentos. Los responsables de Globaleronautic, a los que  la Audiencia Provincial le han dado la razón, pretenden comprar la fábrica, pero antes quieren comprobar su estado.

En la puerta de la fábrica, un grupo de extrabajadores (todos han sido despedidos ya) esperaban a ver el estado de las gestiones. Según ha podido saber este periódico, en la visita se ha comprobado que a grandes rasgos el estado de la fábrica es bueno, más allá de algunas goteras provocadas por las últimas lluvias. La maquinaria, muy moderna, también está en buen estado. No obstante, el gran problema está en las licencias y autorizaciones para fabricar medicamentos, muchas de ellas caducadas, según las fuentes.

Hace dos semanas, la Sección Primera de la Audiencia Provincial ha dictado una sentencia que le ha dado la razón a Globalaeronautic y prácticamente le ha entregado los laboratorios. Global ganó la subasta convocada por el Juzgado de lo Mercantil el pasado mes de junio, pero el propio juez retiró a la multinacional al no haber firmado la empresa ante notario la venta, alegando que habían cambiado las condiciones de la adquisición. Los jueces de la Audiencia Provincial han dado la razón a Global y ordenado al Juzgado de lo Mercantil que vuelva a convocar a la empresa a la firma de la compra de los laboratorios. Para hacerlo, la multinacional tiene que aportar los diez millones de euros acordados, que se sumarían al millón de euros que depositó como fianza.

Antes de seguir adelante con el proceso, Globalaeronautic pidió a los administradores concursales comprobar el estado de la fábrica. Su intención, según anunciaron en una reciente comparecencia pública, sigue siendo la de comprar los laboratorios. En principio, su precio sigue siendo el mismo: diez millones de euros.