Felipe Alcaraz advierte a la izquierda del riesgo de cambiar el “Sí, se puede” por el “si se puede”

“No hay que decir si se puede lo haremos. Hay que decir: Sí, se puede. Lo haremos”. Felipe Alcaraz reflexiona sobre la situación de la izquierda -las izquierdas, si se quiere- en la Unión Europea asaltada por la ultraderecha.

Lo hace en declaraciones a este periódico y lo hace, sobre todo, en Los últimos días de la izquierda, una novela “de autoficción” que “no va contra la izquierda, sino contra el fin de la izquierda”, según su autor, que la ha presentado este miércoles en Córdoba, acompañado por el excoordinador de IU Julio Anguita, que también tiene hueco en la obra.

Alcaraz, que fue portavoz de IU en el Congreso y expresidente del PCE, recurre a su historia para analizar la historia de la izquierda. Y concluye que existe la posibilidad de que ésta desaparezca engullida en una Europa en la que lo que crece es la ultraderecha. Así parece que ha ocurrido en todo el continente, excepto en dos sitios: “España y Portugal conservan una franja de izquierda transformadora”, explica el autor, que confía en que el análisis marxista conduzca a las fuerzas progresistas a convertirse “en un fantasma que emerja en tiempos convulsos y cambie la situación”.

Y lo hace novelando el relato, pues entiende que no hay género mejor para ver “cómo funcionan las relaciones reales en el mundo”. “La literatura permite esa gran explanada en la que todo cabe, aunque sea a nivel metafórico”, indica Alcaraz, que recuerda que Marx reconocía haber aprendido más de economía con las novelas de Balzac, a pesar de que era conservador y de derechas, que con todos los economistas de la época.

Sobre la izquierda y la entrada en el Gobierno, el expresidente del PCE se alinea con Julio Anguita a la hora de advertir del riesgo que existe a la pesoización de la coalición de Unidas Podemos. “La izquierda tiene que atreverse, porque si no, vamos a cambiar el Sí, se puede, con acento, por el si se puede condicional”, explica Alcaraz, que alerta de que “la UE y el neoliberalismo han situado la política en una especie de callejón de las migajas”.

Un callejón en el que, a su juicio, “no se permite hacer gran cosa”, en un momento en el que “hay que hacer política con mayúsculas”. Porque lo que está en juego es mucho más que un gobierno, aclara.

“La izquierda joven y la izquierda pobre reacciona y cree que está votando un cambio de sistema cuando vota a la ultraderecha”, analiza Alcaraz, que afina todavía más el tiro: “No vale hablar de manera metafórica intentando seducir a la gente, hay que convencerla con un programa de política fuerte. Porque, si no se hace, la gente o se va a la abstención o se va a votar a ese neofascismo con corbata que está aflorando en toda Europa”.