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De la “epidemia de amnesia” a la declaración de la víctima: así ha sido la segunda sesión del juicio a 'La Manada'

Segunda jornada del juicio contra 'La Manada' en Córdoba | POOL / Rafa Alcaide

Alejandra Luque

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Muchas imprecisiones y vagos recuerdos. La segunda sesión del juicio a los cuatro acusados de La Manada por los supuestos abusos sexuales cometidos en Pozoblanco poco ha ayudado a dilucidar qué ocurrió la madrugada del 30 de abril al 1 de mayo de 2016, en qué condiciones se encontraba la víctima o quiénes conocían el vídeo que probaría los delitos de los que se acusa a José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero.

En total, una quincena de testigos ha prestado declaración ante el juez, Luis Javier Santos, que al final de la sesión ha llegado a hacer referencia a la “epidemia de amnesia” que ha afectado a buena parte de las personas que estaban llamadas a comparecer. Una situación de inexactitud que ha arrancado, incluso, la sonrisa a los imputados. Tres años después de que ocurrieran los hechos, pocos han sido los testigos que han declarado sin hacer constar que no recordaban nada. La memoria ha fallado también a la hora de rememorar conversaciones -incluidas en las diligencias- que una testigo había tenido con la víctima en días posteriores a los hechos. “Ese es mi número, sí, pero yo no me acuerdo de nada”, respondía después de que se le mostraran los folios correspondientes a esa conversación a petición de la acusación popular, ejercida por la asociación Clara Campoamor.

En cuanto al vídeo, tan sólo dos testigos -e integrantes de los grupos de whatsapp La Manada y El Peligro- y amigos de los imputados han reconocido haberlo visto. Sobre lo que el documento audiovisual mostraba, ambos han señalado que la víctima parecía “medio dormida”, aunque no han precisado qué más recuerdan. Uno de ellos ha llegado a describir el vídeo como un momento “de cachondeo, de risas, sin tocamientos y nada grave”, y ha defendido a sus amistades, a las que considera “personas normales”. “Una niñería”, ha manifestado. Otros tantos han negado no sólo haber visto el vídeo, sino haber formulado comentarios como “¿Está muerta o qué?” o “Éste es otro caso como el de Marta del Castillo”, que constan en las actuaciones de esta causa y que obran en manos del Ministerio Fiscal como pruebas documentales.

Según el relato de algunos declarantes, la víctima y tres amigos acudieron la noche del 30 de mayo de 2016 a las Cruces de Añora. Después de estar un rato de botellón, los cuatro decidieron ir hasta Torrecampo, donde se estaba celebrando su feria patronal. Una vez finalizada la fiesta, la víctima -siguiendo el relato de los testigos- había pedido a los cuatro acusados de La Manada que la llevaran hasta su casa. Previamente, la joven habría entablado más conversación con Alfonso Jesús Cabezuelo en la barra da la caseta. Algunos testigos se han referido a él como el “chico del sombrero”, ya que hasta ese momento no conocían su nombre.

Los amigos que acompañaron a la víctima durante aquella noche también han relatado que aunque la joven había bebido alcohol, mantenía el habla y el equilibrio, aunque a la salida de la caseta sufrió una caída. Después, la chica se introdujo en el asiento de atrás del coche conducido por uno de los acusados, mientras que el resto se situaba en los diferentes asientos. Cuando llegaron hasta la vivienda de Antonio Manuel Guerrero en Pozoblanco, los imputados Prenda, Escudero y el propio Guerrero habrían bajado del coche y Cabezuelo habría llevado a la víctima a su casa.

A este respecto, la joven ha admitido en su declaración ante el juez de lo Penal 1 que en un primer momento no recordó lo ocurrido en el coche, pero posteriormente fue consciente de los hechos, respaldados por la grabación de vídeo. De este modo, ha mantenido que “en ningún momento sabía lo que había ocurrido dentro del coche, ni sabía que la estaban grabando, ni había dado autorización para la grabación, ni permitió, ni consintió el envío de los vídeos a grupos de chat”, para que “quede constancia y se pueda acreditar un delito contra la intimidad, aparte de los vídeos que demuestran el delito de abusos sexuales”, ha remarcado su abogado, Blas Arévalo.

Uno de los testimonios más destacados de esta sesión ha sido el del chico que la noche del 30 de abril ejercía como fotógrafo en la caseta. Conocía a la víctima de verla en el pueblo y aquella noche le hizo algunas fotografías con otros amigos. Cuando regresó a casa de madrugada, vio que tenía una llamada de la joven y que, al descolgar, esta le dijo: “Peter, creo que me han violado”. Según ha declarado el testigo, oyó a la víctima “muy asustada” y dijo que luego se arrepintió de haberle llamado a él y colgó. El joven decidió, entonces, escribirle por whatsapp para aconsejarle que denunciara lo ocurrido, a lo que ella respondió que “no sabía a quién denunciar” y que “le daba mucha vergüenza”. A las preguntas de la defensa de “por qué creía que estaba asustada si habló muy poco con ella por teléfono”, el testigo ha señalado haber sido “víctima de abusos sexuales” y saber cuándo una persona había sufrido este tipo de violencia.

Otro de los amigos que estuvo aquella noche con la víctima ha relatado que al día siguiente de que ocurrieran los hechos, la chica escribió en el grupo de whatsapp que compartía con él y otras personas asegurando que “el chico del sombrero le escupió, la insultó y la echó del coche de muy malas maneras”. Por último, la amiga que la acompañó aquella noche ha recordado que al día siguiente la víctima la llamó para preguntarle si conocía los nombres de los acusados porque sólo sabía que eran sevillanos.

Por otra parte, un agente de Policía Local de Pozoblanco, con el que contactó la Policía Foral de Navarra para localizar a la joven, a quien él conoce, ha afirmado que le contó que un joven había intentado tener con ella algo que ella no quería, relacionado con “contenido sexual”.

Amigos y conocidos de los procesados han expuesto que ella estaba “normal, bebiendo como todo el mundo”, y que decidió irse con ellos en coche hasta Pozoblanco. En este punto, una de las amigas de ellos ha confirmado que presentó a la joven a uno de los procesados, al tiempo que ha dicho que no recuerda que le insistiera a ella sobre si se iba a ir con ellos en el coche ni que tras los hechos le preguntara por qué había denunciado. Según ha aseverado, la joven estaba “ebria”.

Durante la jornada de mañana miércoles tendrán lugar las pruebas periciales, con el interrogatorio a diez personas, además de la proyección del vídeo.

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