Y después de todo... ya es Feria en Córdoba

Arrancan los nueve días más intensos en la ciudad después del encendido de un alumbrado que este año despertó más atención que nunca

Era inevitable. Todo el mundo estaba pendiente del encendido del alumbrado de la Feria de Córdoba. Después de una semana en la que se ha denunciado el sabotaje del alumbrado, de dimes y diretes, de polémicas municipales y de mucho hablar y escribir sobre la Feria de Córdoba, había llegado el momento. Había que encender el alumbrado (más que probado) y esperar a ver si pasaba algo. Y, más allá de la foto de todos los años, de un palco repleto de autoridades dando los mejores deseos a los ciudadanos, a que olviden por unos días los problemas y disfruten de la Feria, también pasaron algunas cosas.

Antes del encendido del alumbrado, la Corporación sufrió dos protestas simultáneas, que se podrían llamar escraches. Desde que el alcalde, José Antonio Nieto, pisó la Feria estuvo acompañado por los trabajadores de Acsur, que en manifestación le acompañaron primero hasta las puertas de la Caseta Municipal y después hasta el lugar acordonado para inaugurar oficialmente la foto. En ese mismo sitio, y de forma inesperada, surgió un segundo grupo poco antes de que se encendiesen las luces de la Feria. En una esquina, una treintena de personas del 15M surgieron de la masa con sus pancartas y sus gritos a lo “no hay pan para tanto chorizo” y denuncias de “sobresueldos” y recortes en servicios públicos. No pararon de gritar durante todo el acto.

Quizás, esto fue lo que provocó que la inauguración del alumbrado se adelantase cinco minutos. A las 23.55 se encendía la mayor parte de la portada. Durante unos segundos, los que más pendientes estaban de este momento crucial se temieron lo peor. Pero finalmente se encendió la portada al completo. Luego, unos minutos después, las luces del Puente del Arenal y del resto de la Feria. Sobre las 00.00 y tras una gran traca, comenzaron unos breves fuegos artificiales. A las 00.05, y después de todo, había empezado la Feria.

A esa hora, una masa se apoderó del recinto ferial. Miles de personas se hacían fotos con la portada detrás que, segundos después, inundaban las redes sociales. Mientras, miles de jóvenes también inauguraban lo que el Ayuntamiento llama la zona de encuentro juvenil y que no era nada más que un macrobotellón acotado con vallas en el Balcón del Guadalquivir que ocupaba, en línea recta, más de 300 metros.

Y por fin, la Feria. Por delante, ocho días hasta el próximo domingo en un recinto donde todo el mundo acude a pasar un buen rato.