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Confinados en chabolas: el coronavirus deja a los asentamientos rumanos sin capacidad de reacción

Familias rumanas en una imagen de archivo | MADERO CUBERO

Juan Velasco

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Confinados en chabolas, sin apoyo vecinal ni familiar, sin agua corriente potable, ni herramientas para afrontar la emergencias sanitaria y económica. Así pasan los días los habitantes de los asentamientos de rumanos de Córdoba, contando con el único sustento aportado por los alimentos que va a empezar a repartirles el Ayuntamiento de Córdoba y el agua que les suministra la Cruz Roja.

Todo ello lo coordina la Asociación Cordobesa para la Inserción Social de Gitanas Rumanas (Acisgru). Su presidenta, Cati Rojas, describe como “conflictiva” la situación en los 19 asentamientos de la ciudad, en los que viven 111 familias (unas 150 personas, de las que un buen número son niños). Rojas reconoce que la situación llega a ser extrema en algunos puntos. Hablamos de una “carencia absoluta, hacinamiento en algunos casos y falta total de medios y de alimentos”, explica la activista.

¿Una bomba de relojería? Según Rojas, los asentamientos están muy expuestos a conflictos, partiendo de la base de que en ellos la gente vive en chabolas y en exclusión total. El confinamiento para ellos es reclusión en su miseria diaria, con el extra de que el estado de alarma les impide moverse para buscar medios con los que vivir.

“Nosotros tenemos resuelto el agua y la higiene, ellos no tienen nada resuelto. Y no tienen mecanismos para resolverlo, porque ya no pueden pedir, ni recoger chatarra, ni ir a coger naranja. En fin, la situación es muy complicada”, tercia la presidenta de Acisgru.

Lo positivo, valga la redundancia, es que en estos momentos no se han detectado positivos por coronavirus y que, aparentemente, no hay nadie enfermo por Covid-19. Aunque resulta difícil saberlo con certeza, puesto que las autoridades tampoco han ido a hacerles tests. Además, la carestía es tal que no hay mascarillas, guantes ni ningún tipo de material de prevención en unos emplazamientos que no tienen, en muchos casos, ni agua para defenderse de un virus al que, en gran medida, se le vence manteniendo una higiene continua.

Ante esta situación, la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento ha firmado un convenio con Acisgru para que sea ella la que se encargue de hacerles llegar alimentos de primera necesidad. Con anterioridad, la propia asociación ha dado 60 euros por familia de la cuenta solidaria abierta en la que han ido entrando donaciones de particulares.

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