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Condenados a prisión dos varones por amenazas de muerte por el pago de una deuda

Ciudad de la Justicia de Córdoba.

Redacción Cordópolis

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La Sección Segunda de la Audiencia de Córdoba ha condenado tras una conformidad a sendas penas de un año y tres meses de cárcel a dos hombres por un delito de amenazas condicionales, tras supuestamente amenazar de muerte a un varón conocido en relación al pago de una cantidad de 10.000 euros sobre una deuda.

Según han informado a Europa Press fuentes judiciales, los dos procesados han aceptado también ser condenados al pago de una indemnización de mil euros y cinco años de orden de alejamiento sobre el afectado.

En concreto, según recoge la calificación inicial del fiscal, a mediados de mayo de 2014 la víctima recibió una llamada de una persona que decía vivir en el barrio de las Tres Mil Viviendas de Sevilla, diciéndole que “tenía que pagar una deuda de 40.000 euros de forma inmediata”.

Posteriormente, volvieron a llamarle en varias ocasiones por teléfono presionándole para que le pagaran, diciéndole que le iban a “hacer daño, tanto a su madre, como a su hermana”. Así, le citaron para que acudiera a final de mayo a un establecimiento de Montoro (Córdoba).

A dicho lugar acudió la citada persona junto a uno de los procesados y otra persona más. Dicho procesado ya había hecho gestiones anteriormente sobre el presunto deudor en relación a deudas que tenía pendientes de cobro.

De este modo, al llegar al aparcamiento del establecimiento se le acercaron dos personas, cuya identidad no se ha acreditado. Estas personas se llevaron al presunto deudor detrás del local, le indicaron la deuda que tenía que pagar y le preguntaron si había traído el dinero, a lo que les contestó que no.

En ese momento, uno de los individuos no identificados supuestamente sacó una pistola y el otro le amenazó con un cuchillo de grandes dimensiones, a la vez que le golpearon en la cara, “sin que conste que le causaran lesión alguna”.

Tras ello, el presunto deudor les propuso a las personas que le amenazaban que le dejaran marchar a Córdoba, con el fin de recoger el dinero, a lo que ellos accedieron y uno de sus acompañantes fue con él, mientras que el otro, acusado en este caso, se quedó en Montoro con los no identificados.

Después de coger de su domicilio 30.000 euros, volvió a Montoro y le entregó el dinero a las dos personas no identificadas y les dijo que “la deuda con ese dinero quedaba zanjada”, marchándose del lugar.

“Extorsionado”

Entretanto, los dos procesados tenían conocimiento de los problemas del presunto deudor y de que “había sido extorsionado”, dado que eran conocidos y uno de ellos estuvo en Montoro a petición del afectado.

Así, “aprovechándose de esta circunstancia, ambos acusados de común acuerdo decidieron amenazar” a su conocido, “exigiéndole el pago de un dinero”, supuestamente relacionado con el pago de la deuda a la que se ha hecho referencia anteriormente. De esta forma, en julio de 2014 el afectado recibió dos llamadas telefónicas, a las que respondió y comprobó que la personas que le contestaba era uno de los procesados.

Igualmente, recibió varias llamadas del teléfono del otro acusado, “amenazando” éste al citado “con ir a su casa y coger a sus hijos y matarlos si no pagaba la cantidad de 10.000 euros que era parte de la deuda de 40.000 que le reclamaban en Montoro”.

También, recibió una carta en su casa remitida por ambos procesados y escrita por una persona en nombre de aquellos en la que le exigían la entrega de 10.000 euros, diciéndole entre otras: “sabemos dónde buscarte, ahórrate problemas y paga y no se te ocurra llamar a la Policía, ya sabes cómo las gastamos”. Asimismo, recibió mensajes en otro teléfono por uno de los acusados, donde presuntamente le decía que tendría que “llorar lágrimas de sangre”.

Ante estas circunstancias, el perjudicado concertó una cita con los procesados, a la vez que le comunicó a la Policía lo que le había sucedido, por lo que los agentes solicitaron que se intervinieran los teléfonos desde donde se realizaban las amenazas y el del denunciante.

De este modo, concertaron la cita para julio de 2014 en un centro comercial de la capital cordobesa, después de mantener varias conversaciones previas con unos de los acusados. A la misma acudieron, ambos y el afectado, quien tras un breve saludo le indicó a uno de ellos que “todo había quedado solucionado en mayo”, si bien le contestó que todavía debe 10.000 euros.

Así, el perjudicado le dice que tiene el dinero en el coche, momento en el que uno de los procesados llama al otro y le dice que “todo va bien”. Cuando se estaban desplazando hasta el coche, la Policía detiene a uno de ellos, quien forcejea con los agentes causando lesiones a uno de ellos, hechos que se siguen en otro procedimiento.

Posteriormente, los agentes detienen al otro procesado, quien junto con el primero “estuvieron de acuerdo en amenazar de muerte” al afectado para que les entregara los 10.000 euros, según la calificación inicial.

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