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Un catálogo con más de 300 puntos 'mapea' las fuentes que hay en Córdoba

Fuente del Oso o de los Cinco Pilones, ubicada en la Vereda de Trassierra y recuperada recientemente por el Grupo de Voluntarios de las Siete Fincas.

Carmen Reina

7 de febrero de 2021 06:00 h

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El término municipal de Córdoba está jalonado por más de 300 fuentes, abrevaderos y alcubillas, puntos donde el agua ha dotado históricamente de vida a sus entornos y que, ahora, mediante un trabajo de recopilación y geolocalización, ofrece un completo catálogo y mapa de todos estos puntos en la geografía cordobesa.

Ese trabajo lo viene realizando desde hace tres años la plataforma A Desalambrar -que defiende las vías pecuarias, los caminos públicos y cauces-, pero es ahora cuando lo ha publicado, una vez concluido el proceso de investigación y elaboración del catálogo de fuentes. Se han podido identificar más de 300 puntos con fuentes, abrevaderos y alcubillas, y se han geolocalizado, según explica a Cordópolis el portavoz de A Desalambrar, Manuel Trujillo.

Toda esa información se ha volcado y difundido en la página web del colectivo, con la recopilación de investigaciones sobre las fuentes de agua que inició hace tiempo Serafín Pedraza y ya recopilaba unas 200 fuentes. Con ese punto de partida -explica Trujillo-, la elaboración del catálogo completo ha contado también con las descripciones realizadas de muchas de las fuentes por parte de Paco Muñoz y en su blog Notas Cordobesas, junto a la colaboración de integrantes de A Desalambrar implicados en este trabajo.

Investigaciones, libros y mapas

Otra de las principales fuentes de información ha sido la web Conoce tus fuentes y el libro de Mario López y Antonio Povedano Fuentes de Córdoba, editado en 1986, con un apartado específico sobre las localizadas en Trassierra. Junto a ello, se han revisado los catálogos de fuentes incluidos en las Ordenanzas de 1884, el que aparece en el libro Fuentes y cañerías de López Amo (1876), reeditado como Las aguas de Córdoba (1997) y las descripciones de Casas-Deza en El Indicador Cordobés (1867) y Teodoro Ramírez de Arellano en Paseos por Córdoba (1877).

Todo este trabajo de investigación y revisión bibliográfica se ha complementado con la planimetría del Catastro de los años 50, donde aparecen muchas de las fuentes, además de la ayuda de la georreferenciación de dicho catastro y las copias proporcionadas por el Archivo Histórico Provincial de Córdoba. Asimismo, se ha consultado la investigación sobre los veneros de Córdoba de Luis Cid de 1905, reflejada en Mapas de veneros y abastecimientos, así como la Memoria de Aguas de 1912 de Mellada e Iznardi, con descripciones en cada uno de ellos. Y, de igual forma, el catálogo se ha completado con las aguas relacionadas con el abastecimiento de Córdoba, a través del experto y presidente de A Desalambrar Pancho Gamero y la información incluida en su tesis sobre ello.

Colaboración ciudadana y geolocalización de las fuentes

Desde el colectivo que ha llevado a cabo este profuso trabajo señalan que el catálogo está aún en construcción, abierto a la colaboración ciudadana, además de en búsqueda de más información como la que se podía consultar en el mapa militar de 1893 de la ciudad, cuyo original no han podido consultar aún pero que incluye muchas fuentes, así como otros planos de zonas concretas del término municipal de Córdoba.

Para la difusión del listado de fuentes, abrevaderos y alcubillas identificados, A Desalambrar ha dividido el catálogo por zonas geográficas, según su accesibilidad y restos existentes, entre las fuentes del Oeste de la Sierra y el Valle (al oeste de la Carretera de Villaviciosa) ; las del Centro de la Sierra (al este de la Carretera de Villaviciosa y oeste de la Carretera del Muriano); las ubicadas en el Este de la Sierra (al este de la Carrretera del Muriano) y, por último, las fuentes de la Campiña.

Ahora, por delante, queda todo un trabajo de visita a cada uno de estas ubicaciones para detallar el estado de cada fuente, su conservación, deterioro y si el agua sigue manando de ellas. A Desalambrar se abre a la colaboración ciudadana en este punto, para completar con toda esa información el catálogo elaborado, además de organizar rutas senderistas para conocer las distintas fuentes, como la que se hace este domingo a la Fuente del Fraile -en el cruce de la carretera de Trassierra con la de las Ermitas-, rutas adaptadas a las circunstancias de la pandemia del Covid-19.

A Desalambrar inicia así, con la publicación de todo este trabajo, un proyecto de difusión para dar a conocer las fuentes del término municipal de Córdoba, una iniciativa que cuenta con una ayuda del área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Córdoba para apoyar esta labor.

Y precisamente a las administraciones, desde este colectivo hacen “un llamamiento, al Ayuntamiento, a la Junta de Andalucía y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG)” para que asuman sus competencias ante “el deterioro y el abandono de muchas fuentes, algunas sin agua ya”, para que sea posible la recuperación de este patrimonio de Córdoba.

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